Ya lo digo de
antemano: no me gusta discutir por discutir; sólo, cuando merece la pena. Y en
este caso creo que sería interesante. Pero no hay opción.
Va la cuestión acerca
de la existencia de Satanás. ¡Uy, qué miedo!
Negándolo o banalizando
su existencia, hay quien afirma que también se devalúa tanto el mal como el
bien. O sea, que todo se debe a un confluir de circunstancias. Nada serio.
Suprimidas éstas, o modificadas, solución al canto.
Ya me gustaría abrir
un serio debate al respecto. Pero correríamos el riesgo de pasarnos el resto
del año que ahora acabamos de estrenar sin conseguir sacar sustancia.
Yo apuesto doble
contra sencillo porque sí existe.
Y digo más. Hay
personas que me parecen su auténtica encarnación. Las enfermedades tienen cura,
pero aquellas no hay dios que las arregle.
¡Cuidadín con ellas!
2 comentarios:
No me avergüenza confesar que no he entendido nada de esta entrada.
Besos Miguel Angel
Ni falta que hace que sientas vergüenza, está en clave. Es mi sugerencia a un post que no permite comentarios en su blog. Desde mi casa, como si hablara conmigo mismo, hay mi apostilla. Como ves, nada importante.
Besos, Anna
Publicar un comentario