Ya no escribes cosas
interesantes, me dice una persona amiga. ¿Y eso? Sí, me parece que has bajado
el listón y ya no te lee la gente, me replica.
Me pongo a pensarlo,
y acepto que es posible que haya entrado en la “anodinez” (permítaseme este
palabro que pretende equivaler a trivialidad, mediocridad, insustancialidad,
vulgaridad, sosería, futilidad, insipidez, nimiedad, insignificancia…), y que
escribo por escribir pero sin garra. Pero me replico que así es como soy y como
pienso; y como pienso, escribo y publico. Y me sigo diciendo que no lo hago
para contentar e interesar a nadie, sino únicamente por el placer
autocomplaciente de expresarme. Si de paso gusta, bien; y si no, pues también.
No obstante, vuelvo a
pensar conmigo mismo y me sugiero que ya que no soy de grandes luces, ¿qué tal
si las tomo prestadas? No por entusiasmar a persona ajena, sino por darme el
gusto de pasarme esta noche sanjuanera leyendo mientras fumo, en tanto el
personal se lo pasa bomba en la playa del Pisuerga esperando a ver si amanece,
tarde o pronto, temprano o a su hora.
Así que me digo a mí
mismo, miguelangel, toma a un clásico que encaje en el momento, ofrécetelo sin
complejos y a vivir… que son dos días. Y dicho y hecho. ¡Qué más clásico que
don Lope, el de Vega, autor de El Caballero de Olmedo, el de las más de mil obras
escritas, el que en una sola noche hacía pasar de sus musas al teatro lo que le
petara!
Y aquí está, con
entradilla incluida: LA NOCHE DE SAN JUAN
Esta comedia de Lope
de Vega, encargada por el Conde Duque de Olivares, fue escrita en tres días y
representada el 24 de junio de 1631, en el Jardín del Conde de Monterrey en la
Villa de Madrid, en una fiesta organizada por la Condesa Duquesa de Olivares,
Doña Inés de Zúñiga y Velasco para sus Majestades los Reyes de España Felipe IV
e Isabel de Borbón.
En la fiesta el autor
no perdió ocasión para darse a conocer ante el Rey y así Lope representó al
galán Don Juan, personaje que va presentando la trama y las sorpresas que va
deparando la obra.
La
primera comedia que se representó en dicha fiesta fue la titulada “Quien más
miente medra más”, de Francisco de Quevedo y Antonio Hurtado de Mendoza. La
segunda comedia, “La noche de San Juan”, escrita por Lope de Vega.
A buen entendedor/a:
La gente que me conoce me acepta como soy. Hay también quienes, y deben ser
legión, tras haberme conocido dijeron: cruz y raya. Y no han faltado personas
que me han estudiado… en plan psicológico, buscando percances y pormenores en
la infancia, desviaciones en la adolescencia, malas influencias en la juventud
y hasta perversiones en la madurez. Se me ha achacado falta de esta última y,
al grito de ¡madura, pibe, madura!, aconsejado que me deje seducir y conducir
hacia una cordura convenientemente aceptable.
No se busquen tres
pies al gato, ni se acuda a la conjunción de planetas y semovientes para
explicar lo que no lo necesita. Tengo una pinta de locura en mis genes, hay
también una brizna de genialidad en mi árbol genealógico, existen arrobas de
“corrientez” y si algo me hace falta, digamos que solicitaría algún pequeño
grano de sensatez.
En esta noche mágica,
la noche de San Juan, fervientemente pido me sea concedido que la paz que ahora
disfruto sea duradera por lo menos… otros sesenta y cinco años más, si es que aún
me queda crédito. En cualquier otro caso, que sea lo que Dios quiera.
Gracias por
anticipado.
2 comentarios:
En prueba de mi buena voluntad, para aquellas personas que no estén animadas a leerse las más de sesenta páginas versificadas, aquí está muy resumida, la trama o argumento de esta comedia:
Don Luis se vale del rico indiano don Juan, que está enamorado de su hermana Leonor, para pedir la mano de doña Blanca; pero don Bernardo, hermano de Blanca, pide a cambio la mano de doña Leonor. Desesperados, los amantes deciden fugarse aprovechando el tumulto de la noche de San Juan. Por desdicha, don Juan se ve envuelto en un altercado callejero y es detenido. En esos momentos de angustia Leonor encuentra el amparo de don Pedro, que pretendía darse a la fuga con su amada, que no es otra que doña Blanca. Los dos hermanos burlados (don Luis y don Bernardo) andan en medio del bullicio nocturno es busca de las fugitivas. También don Juan, ya libre, trata de dar con el paradero de doña Leonor. Cuando por fin se encuentran todos los protagonistas del enredo, don Luis y don Bernardo renuncian a sus pretensiones y los enamorados alcanzan la ansiada meta del matrimonio.
Junto a esta trama tan liadilla, esta comedia de Lope de Vega destaca por la autenticidad y perfección con que se recoge el ambiente festivo de la noche de San Juan en el Madrid de los Austrias, siempre al parecer de gente que sabe de esto.
¡Qué tiempos aquellos!
A mi no me importa mucho la noche de San Juan tal y como la vive el personal, ni los más espirituales ni los más mundanos ni ná.
De lo que quería hablar ahora y aquí es de ese comentario que dices que te ha hecho alguien amigo. Oye, no veo cómo se puede tener chispa todos los días del año e incluso dos veces al día. Qué cosas dice la gente sin pensar dos veces en lo que dice. A mi me gusta de lo que escribes, quienes te conocemos, más o menos, te reconocemos en tus entradas, unas veces más así y otras más asá, pero eres tú siempre. Unas veces te comentamos y otras no y te leemos los que queremos y te queremos, los que no, allá ellos. Sigue con lo tuyo, Míguel, que lo haces muy estupendamente.
Besos
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