Para eso no hacen falta palabras. Basta con imágenes.
Y ya que las tengo, las pongo.
Como los toros bravos al salir de los chiqueros, así
hemos salido nosotros tras este riguroso confinamiento.
En fila india, y con modales.
Le había prometido a Gumi, y de paso también a Luna
y Tano, que el primer día que nos dejaran salir al campo, iba a poder correr el
libertad sin límite de tiempo.
Yo he cumplido. Él también, y ha vuelto justo a
tiempo de poder volver a casa como nos gusta, todos juntos.
Familia que pasea unida, permanece unida.
Amén.
1 comentario:
¡Bueno, bueno y bueno! qué maravilla de imágenes, amapolas por doquier (adoro las amapolas porque me retrotraen a mi infancia en mi pueblo, ya sabes)y vosotros en perfecta formación, jajajajaja, qué bonito todo, Míguel, palabras así merecen la pena ser cumplidas, ¿no?.
Besos
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