No lloré entonces para no dar la nota, pero vaya si
me emocioné viendo al grupo girar, saltar y zapatear. Eran treintaitantos años
más mayores, pero yo vi niñas y niños jugueteando sobre el escenario.
Son las fiestas de La Cañada y se convino en dar
sorpresa. En lugar de llamar de fuera, aprovechar lo nuestro.
La presentadora, Roselen, secretaria de la asociación.
De pregonera, Vicky nuestra concejala.
Y como plato fuerte el grupo infantil de
jotas que tanto nos deleitó, repescado a toda prisa para la ocasión.
La presidenta, Pilar,
hizo su introducción con estas palabras:
No tenía razón Sergio Dalma cuando cantaba “Bailar
de lejos no es bailar, es como estar bailando solo”, por mucha Eurovisión 1991
que concursase.
Años antes, un grupo de niñas y niños de nuestro
barrio La Cañada demostraron que no hace falta bailar “pegados” para que los
corazones vibren al unísono y se caldeen mutuamente. Y lo que es mejor: que, viéndoles
bailar en grupo, los pies se nos hacían huéspedes dentro de los zapatos y
quisieran también, en libertad, expresar al son del tamboril y la dulzaina,
ritmos alegres y festivos de nuestra tierra castellana.
Mediando los ochenta, los vecinos del barrio llevábamos
más de diez años trabajando unidos y logrando mejoras para todos, pero la
amenaza seguía pesando sobre nuestras cabezas.
Desde entonces ha pasado mucho tiempo; todos hemos
ido creciendo y algunos hasta envejeciendo. También hemos perdido compañeras y
compañeros…
Aquellas niñas y aquellos niños son ahora madres y
padres de familia; parte puso nido aquí, parte fuera, y hay también quien aún lo
está pensando. Pero aquí están en su gran mayoría, –embutidos en sus trajes
regionales para bailar suelto, que no “de lejos”, en esta Cañada renovada que
disfrutamos, después de haber retomado los pasos medidos y las miradas cómplices–,
para ofrecernos lo que entonces practicaban con entusiasmo y desparpajo
infantil.
Vecinas y vecinos, amigas y amigos todos. Tengo el
honor, y la emoción mal contenida, de anunciar la actuación del grupo de danzas
castellanas de nuestros jóvenes de La Cañada.
Pero, antes de que suene la música, quiero deciros
que sois lo mejor de nuestras fiestas y que os agradecemos el esfuerzo de hacer
un hueco en vuestras ocupaciones familiares y laborales para recordar y ensayar
lo que aprendisteis hace tanto tiempo y con lo que nos hicisteis disfrutar en
tantas ocasiones.
Y entró el cuerpo de baile de esta manera:
Felices Fiestas La Cañada 2018
Y continúo así:
Finalmente, el escenario se cuajó con quienes se
animaron a redondear el espectáculo:
Luego vino el más tranquilo degustar de dulces típicos
y la clásica limonada, pero ya no había luz para inmortalizar la escena, que la
hubo, y quedó muy dentro del corazón.
Felices Fiestas La Cañada 2018
2 comentarios:
¡Toma ya! No me extraña que te emociones me ha pasado hasta a mi que nada tengo que ver con ellas ni él (¡¡arrítmico total, qué gracia!!, pero le ponía mucho empeño). No he podido pasar de la primera jota. Será la edad, Míguel, en mi caso digo, pero ya no puedo con según qué emociones, así que me las dosifico. Tus otrora chicas/chicos se conservan en plena forma jotera. Enhorabuena por la parte que te toque...
Besos
Esta plataforma está turulata, me ha borrado un comentario y no me avisa cuando otra persona escribe algo. ¿Cómo voy a administrar ahora mi blog, si hacen cambios y no los explican?
Bueno, Julita, ya sabes lo que pasa, yo no.
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