Bienve ya es conocido en este blog. Es el periquito, o periquita, que pidió posada y lo demás en nuestra casa, y fue bienvenido y acogido.
El día de la huelga quiso pegarse un baño mientras yo recogía mi cocina. Entraba por la ventana un sol de membrillo que anestesiaba los sentidos.
Lo intentó en el bebedero, y a duras penas conseguía meter su cabeza en el agua y chapucarse el resto. Corrí en su ayuda y puse un tazón en el medio de la jaula, pero tras probarlo volvía al bebedero.
Finalmente le puse un envase de plástico, de los de frutos secos, más ancho y con la base plana. Y entonces llegó el apoteosis.
Si tenéis ganas y paciencia podéis mirarlo. Son apenas tres minutos, interrumpidos por los ladridos de Gumi que amenazaba a alguien en la calle. Bienve se quedó a medio baño, pero parece que fue más que suficiente.
Ahora no me preguntéis por qué perdí parte de mi precioso tiempo en esta bobadilla; os contestaría que por mis amigos hago lo que sea, hasta perder el tiempo. Y además, disfruto.
2 comentarios:
A Diego, Ana y a mí se nos ha hecho corto. Y hemos sonreído todo el tiempo. Gracias!!
¡Toma! Como a mí. Por eso lo he puesto.
¡De nada!
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