Ayuntamiento de Valladolid. Planta principal |
-¿No fue la Jose
al ayuntamiento?
-¿Estás tonto o qué?
Desde el principio; llegó ahogada y en playeros, pero estuvo.
Y claro que estuvo,
incluso en primera línea de playa.
Cuando hay que
demostrar algo no hay más remedio que ser contundente, y con pruebas que no den
lugar a ningún tipo de duda.
Ayuntamiento de Valladolid. Salón de plenos |
La Jose estuvo, por
supuesto. Pero también estuve yo, que me pillaron in fraganti. Mira tú por
cuanto se me ve el plumero y mi verdadera vocación, la que oculto
vergonzantemente, va a resultar que es la política municipal. Así, según se me
ve ni a un lado ni al otro, sino al fondo, en el grupo mixto, donde cada quien
va por libre y toma de aquí o de allá, se ajunta con una parte o con la otra o
con ninguna, según convenga, según razonen, según muestren sus cartas, según
sople el viento. Veleta no, ¿eh? ¡Que quede claro!
Y no digo más, pero sí que estoy justo enfrente de la presidencia. ¿Querrá indicar algo?
Estandarte de San Mauricio. Palacio de Fabio Nelli |
Pero tampoco faltaron
a la cita Roselen y María, aunque para estar tuvieran que llegar corriendo y a
la hora justa, raspada por la parte de popa.
Sí, definitivamente
una imagen es prueba clara del delito, es indiscutible.
Me pregunto ahora ¿por
qué ese señor tan importante está pensando convertir en sancionable ir por la
vida con una cámara de fotos por si acaso? ¿Tendrá algo que ocultar?
Mi mamá siempre me
decía que antes se le pilla al mentiroso que al cojo. No sé si viene a cuento
ahora este dicho; pero no me queda mal como remate. ¿A que no?
4 comentarios:
Realmente en este tipo de foto no hay lugar a dudas ¿de quien hay y quien no?....
Me recuerdas a mi sobrino cuando era muy pequeño que un dia dijo al enseñarle una foto suya, ¡yo no estoy!, evidentemente nos reimos todos con su salida...
Yo en ellas no te he visto, pero puedo decir que has estado, porque te creo, pero no puedo asegurarlo.
Las fotos no mienten, las palabras puede que si.
Besos
Anna J R
Pues sí, Anna, delante de la vidriera de la segunda foto, apoyado sobre el respaldo de la primera fila de asientos, al fondo, solo y de frente. Ese soy yo. Y me pillaron, no esperaba que me fijaran en mí.
Dichosa tú, que aún no viéndome, lo has creído.
Besos
Miguel Ángel, no dudo de lo que dices, te creo, pero no se te distingue.
Ya lo sé José Luis, yo estaba tan tranquilo mirando el recinto y al grupo que lo visitaba y me dispararon, así de simple. Quien la sacó lo sabe bien.
Luego yo, por exclusión, he deducido que no podía ser otra persona.
De todas formas es mi paso fugaz por la política municipal. Los siglos venideros no podrán decir que no estuve. Aunque seguro que no tendrán interés por defenderlo. Ni yo tampoco.
Un saludo
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