Me resulta imposible
imaginar que nadie de este país haya visto las imágenes del Congreso de los
Diputados tras la exposición del presidente, señor Rajoy, anunciando las
últimas y, más que drásticas, draconianas medidas para aguantarnos ante esta
crisis. Los aplausos de los de su bando, en pie, ante las cámaras, no hay que
echarle intencionalidad añadida, es el mayor bofetón que se le podía arrear a
la ciudadanía. Me niego a poner esa foto, vista a través de la pantalla una y otra vez, y publicada en papel creo que en todos los diarios del imperio.
Sin embargo, el día
ha transcurrido con normalidad. Nadie de quienes he tratado a lo largo de la
jornada me ha sacado el tema ni he notado, salvo esas manifestaciones
espontáneas en algunas capitales, que se esté organizando algaradas o
similares.
Hoy ha hecho mucho
calor, y va a ser que estamos aplatanados. Seguro que es eso.
No sé por qué, cuando
ya es la madrugada me da por recordar a Mío Cid, desterrado por su rey, que
salió de Burgos dejando todas las puertas cerradas por temor a represalias.
Alguien, así está
escrito, dijo: “¡Que buen vasallo, si tuviera buen rey!”
El
ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.
El
ciego sol, la sed y la fatiga…
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
–polvo sudor y hierro-, el Cid cabalga.
Cerrado
está el mesón a piedra y lodo…
Nadie responde. Al pomo de la espada
y al cuento de las picas el postigo
va a ceder… ¡Quema el sol, el aire abrasa!
A
los terribles golpes,
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal responde… Hay una niña
muy débil y muy blanca
en el umbral. Es toda
ojos azules y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.
Buen
Cid, pasad… El Rey nos dará muerte,
arruinará la casa,
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja…
Idos. El cielo os colme de venturas…
¡En nuestro mal, oh Cid, no ganáis nada!
Calla
la niña y llora sin gemido…
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: "¡En
marcha!"
El
ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos,
–polvo, sudor y hierro- el
Cid cabalga.
Al destierro, que no
a la emigración, se van a ir muchos de los nuestros, y, lejos de lamentarlo, un
ministro osa decir que eso es bueno. Y nadie le ha partido la cara, hasta
ahora. Y creo que tampoco ni mañana ni pasado.
Nos han anestesiado,
el miedo nos tiene atenazados, con lo que tenemos estamos satisfechos, tal vez
después de vacaciones ahora no que llevo prisa, o haya aquí paz y después
gloria. Todo junto y bien revuelto.
En fin, ya es tarde y
no me apetece seguir escribiendo. Me voy a dormir y mañana ya veremos.
2 comentarios:
Estoy tan "furiosa" como tú y me "hierve" la sangre por muchas cosas, pero dime ¿qué crees que hubiera hecho El Cid si se hubiera encontrado un pais en estas condiciones?.
Hace siete meses pensaba lo mismo que ahora, que había que ser muy valiente o muy loco, para hacerse cargo de "esta" España.
¡ESTAMOS APAÑAOS".
Un fuerte abrazo.
Pues, querida Rosi, ni muy valiente -que no lo es, más bien lo contrario- ni muy loco - porque tampoco lo está, sólo hace falta ser un cínico y un mediocre señoritingo de Pontevedra y, claro, todos sus adlateres que no te los pierdas de vista. No hay por donde cogerlos. Hace siete meses -incluso un poco antes- estaba como estaba por falta de agallas y de buenísmo un tanto tontorrón, ahora está peor que nunca - volvemos a los cincuenta del siglo pasado- por incapacidad manifiesta, por mediocridad cantada y salmodiada (el ejemplo que pone Míguel lo deja patente). Y sobre todo por la falta de sensibilidad de tanto patán suelto gobernando en toda la geografía española y en todas las instancias, para ejemplo cercano el señor alcalde de Valladolid es una muestra que ni hecha a propósito. Y así miles y miles de gentes apañando de aquí y de allá los dineros que nos quitan a los demás y, lo más tremendo, ¡¡VOTADOS POR LOS CIUDADANOS!! que ya es delito y la población medio atontada, no sé si por miedo (que lo hay), por falta de sesera (que también la hay) por pasotismo o porqué o por todo a la vez. Los que nos indignamos y bramamos en hebreo somos los que somos porque de otra manera no estarían las cosas como están, habríamos parado tanta estupidez hace un tiempo.
Yo confío en que el próximo día 19 en la convocatoria de protesta haya mucha gente (los demás estarán en la playa por si es el último año que pueden hacerlo, todo se andará).
Míguel, esto se pone cada ver peor, vas a tener curro
extra... si es que te llegan los camiones para repartir.
Besos
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