Esta entrada va por mí, que la necesito. De Karl Rahner ya hablé no hace mucho. De mí no hay nada que decir. Quien lo desee, pase y lea; o rece, que también se puede.
LA PALABRA DE DIOS, COMO PROMESA PARA MI
Jesús: Tú planteaste la ilimitada pregunta sobre el ser humano, la pregunta que todo lo inquiere y todo lo examina, la pregunta que yo mismo soy. Esto sucedió no sólo con palabras, sino a través de toda tu historia; no lo hiciste a medias y con reservas, como yo lo hago. Yo me aferro a lo único que es seguro y me atengo a la muerte, que soporto sólo y únicamente como interrogante, pero sin que muera activamente. Tú eres la pregunta radical que yo mismo debería ser. Es decir, Tú moriste libremente, y en ti Dios se apropió esa pregunta ilimitada, la asumió y la superó en aquella respuesta, que es su insondable misterio, santo y bendito.
Lo que dice sobre ti la Iglesia, de quien soy miembro bautizado, me resulta con frecuencia incomprensible. Enséñamelo a través de mi propia vida. Quiero ser paciente y hombre de esperanza. Intentaré traducir constantemente en mi vida lo que sé de ti. Quiero también ampliar cuanto sé de ti y albergarlo en lo que la Iglesia cree y confiesa de ti.
Tú eres ayer, hoy y siempre, porque tu vida ante Dios no puede perderse. Tú eres la infinita pregunta en la que participo yo y mi vida mortal, en la que participa el hombre. Tú eres la Palabra de Dios, porque en ti Dios mismo se me ha prometido y se ha dado a sí mismo como respuesta. Tú eres la respuesta de Dios, porque la pregunta que eres Tú, el moribundo Crucificado, ha sido respondida eternamente por Dios mismo mediante tu resurrección. Tú eres el Dios-Hombre, ambas cosas sin confusión y eternamente indivisibles. Hazme tuyo en la vida y en la muerte. Amén.
("Karl Rahner. Oraciones de vida", Publicaciones Claretianas, Madrid 1986, págs. 99-100).
Hermosa y profuda oración- reflexión. Trascendental respuesta la de Dios: si Jesús resucitó es que tenía razón y, por tanto, se convierte en el referente de toda la humanidad, para bien o para mal.Él es la respuesta a todas las inquietudes del corazón humano. Un místico abrazo.
ResponderEliminarMiguel Ángel-
ResponderEliminarHe leído tu entrada con verdadera atención, estoy pasando por unos momentos de confusión.
Miguel Ángel a veces dudamos de todo pero creo que es humano.
Me ha reconfortado esta oración, o estas preguntas...creo que ahí está la respuestas.
"Hazme tuyo en la vida y en la muerte". Amén
Muchos abrazos un poco fresquitos ya que desde la Sierra de Guara que veo desde mi casa llega un vientecillo...
"Intentaré traducir constantemente en mi vida lo que sé de ti". En este compromiso se encierra a mi entender parte del Mensaje del Nuevo Testamento. Dios se hizo hombre para evangelizar al pueblo y lo hizo a pie de calle. No solo rezando continuamos Su Mensaje, podríamos hacer (de fabricar) mucho más, y creo que todavía hay mucho beato. En fin...
ResponderEliminarEspero que te haya venido bien la entrada ya que la necesitabas. Me ha gustado mucho la oración y te veo por el texto.
Saludos.
Mónica, gracias. Me gustaría afirmar que Dios-Jesús es referente universal para bien; pero ¿cómo hacerlo si existe una parte muy amplia de esa humanidad que no sólo no lo acepta, sino que incluso lo toma para mal? Esa Buena Noticia tal vez la hayamos deformado en un envoltorio equivocado, porque de otra manera no entiendo que produzca semejante rechazo. ¿O es el mensajero el que no es adecuado?
ResponderEliminarUn abrazo místico pero también físico, a través de las ondas…
María Luisa, por supuesto que es natural pasar por momentos de confusión, de desánimo o de perplejidad… Afortunadamente podrán ser pasajeros si tomamos el reconstituyente adecuado o conseguimos salir pronto de la situación que los produzca. Y sabemos que en la vida las cosas pasan y el tiempo las coloca en el lugar que les corresponde.
Esta oración de Rahner también me ha ayudado a mí. Por eso la he ofrecido públicamente. No se trata siempre de pedir; también hay que hacer preguntas, y ofrecerse respuestas, y mostrar las que no sirven e invitar a proponer otras nuevas. Y por supuesto, mantener las que son definitivas, y agarrarse a ellas para siempre y con todas las fuerzas.
También aquí zumban las heladas, pero la tarde ha sido soleada, y por eso te puedo mandar un cálido beso con abrazo.
Javier, sólo rezando continuaremos su Mensaje, porque rezar es también -y a veces la única oración que nos es lícita- traducir constantemente en la propia vida lo que sabemos de Dios, incluyendo las preguntas y las dudas, las respuestas que nos atrevemos a dar y los errores y aciertos que vamos consiguiendo.
Ya veo que me ves, sigo aquí igual que siempre.
Saludos a toda la familia.