Tenemos que darle un voto a la esperanza




Acabo de encontrarme un poema cuyas palabras encuentro plenas de sentido. Estaba leyendo a una escritora que disertaba sobre el adviento como actitud permanente, cuando se la ocurre citar a “una cantautora argentina” para apoyar su pensamiento. Picado por la curiosidad, quise saber de quién se trataba. Y tras varias indagaciones, descubrí que la cantautora era en realidad un señor ya fallecido, argentino sí, además de obispo metodista y esforzado defensor de los derechos humanos.
Porque Él entró en el mundo y en la historia
Porque Él quebró el silencio y la agonía
Porque llenó la tierra de su gloria
Porque fue luz en nuestra noche fría.
Porque Él nació en un pesebre oscuro
Porque vivió sembrando amor y vida
Porque partió los corazones duros
Y levantó las almas abatidas.

Por eso es que hoy tenemos esperanza
Por eso es que hoy luchamos con porfía
Por eso es que hoy miramos con confianza
El porvenir en esta tierra mía.
Por eso es que hoy tenemos esperanza
Por eso es que hoy luchamos con porfía
Por eso es que hoy miramos con confianza
El porvenir.

Porque atacó a ambiciosos mercaderes
Y denunció maldad e hipocresía
Porque exaltó a los niños las mujeres
Y rechazó a los que de orgullo ardían.
Porque Él cargó la cruz de nuestras penas
Y saboreó la hiel de nuestros males
Porque aceptó sufrir nuestra condena
Y así morir por todos los mortales

Porque una aurora vio su gran victoria
Sobre la muerte, el miedo, las mentiras
Ya nada puede detener su historia
Ni de su Reino eterno la venida.

José Federico Pagura (1923-2016), argentino, obispo metodista y luchador por los derechos humanos.

El poema en cuestión, titulado Tenemos Esperanza está musicalizado como tango, y a lo que pude comprobar lo cantan en todas las iglesias metodistas de Hispanoamérica.
Un poco harto de que gran parte del mundillo que frecuento trate de si la Inmaculada sí, la Inmaculada no; de que si la culpa es del dogma; o del pecado original; de una fiesta religiosa convertida también en civil; de si es perjudicial para el sexo femenino; de que está pensado desde una visión patriarcal y por lo tanto machista; de poner sobre María de Nazaret mantos, joyas y coronas; o de quitárselas, que también.
En fin, un poco harto del barullo en que solemos sepultar cosas importantes, haciéndolas imposibles. Harto, como digo repitiéndome, me quedo con la corona de adviento de mi casa y con estas palabras de Pagura, el autor para mí hasta ahora desconocido, del que he encontrado este vídeo casero:

Y concluyo con estas palabras de fray Marcos que me ha redondeado este 8 de diciembre:
“Si descubrimos lo divino en Jesús y en María, ¿a qué estamos esperando para descubrirlo en nosotros?”.

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