El misal



Está a la vista de multitudes permanentemente. Todo se hace siguiendo sus dictados. No falta ni en la más pequeña iglesia. Se abre al comenzar cualquier celebración y se cierra al concluirla. Como todo libro tiene erratas, pero lo contiene todo y nada se hace sin que esté en él anotado. A pesar de todo ello, es el gran desconocido, y no digo, aunque pudiera hacerlo, que sea el gran ignorado.
Es el misal romano. En latín en su versión original, se adapta a la lengua vernácula, la propia del lugar, y es la conferencia episcopal nacional la que edita y aprueba. Rige para todo el orbe católico y es su tercera edición.
Acabamos de estrenarlo en mi parroquia, y como es de precepto lo he presentado brevemente. Ahora vengo aquí a enseñarlo.
En principio, nada más verlo o cogerlo, se aprecia que es contundente: bien impreso, bien encuadernado y muy bien presentado. Un defecto: pesa un montón, ahí está la prueba. Me preocupan los monaguillos y monaguillas, allí donde se den, que tengan que transportarlo ante la comunidad congregada.
Ha ganado en claridad, porque las explicaciones, que están escritas en rojo y se llaman rúbricas, no interfieren por su tamaño discreto y su estilo diferente con el texto litúrgico propiamente dicho. De modo que, si ahora al principio parece algo complicado de manejar un libro de casi dos mil páginas, no tardando mucho será coser y cantar.
El cambio más importante, a mi modo de ver, es el realizado en la fórmula de la consagración del cáliz. Aunque sabíamos que no era literal, ya estábamos acostumbrados a «por vosotros y por todos los hombres», porque ni considerábamos hubiera inexactitud en la expresión ni problema de género. Ahora se ha querido guardar fidelidad a las palabras de Jesús en los textos bíblicos y diremos «por vosotros y por muchos».
Y que nadie piense que es reduccionista la frase, porque Jesús no lo quiso así. Por eso han aconsejado que se explique el por qué de esa modificación. Lo he hecho así ante mi gente lo concisamente que me permite una celebración, pero como aquí tengo espacio y tiempo suficiente voy a dar la explicación completa con el documento que Joseph Ratzinger, papa Benedicto XVI, dirigió a los obispos de Alemania, que le pidieron una aclaración a la vuelta al «pro multis» original.

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