Engaño en diferido



¿Para qué voté a Pedro Sánchez si es otro ahora el que decide?
Esto de la democracia formal es muy curioso. Votes lo que votes, el resultado será el que se decida. ¿Por quién? Se verá.
Confieso que me siento profundamente estafado. Si fuera militante, rompería el carné. Como no lo soy, no tengo nada que triturar. Hago, voy a hacer, lo único que está en mi mano: De simpatizante paso a displicente.
En adelante me cuidaré bien, lo mejor que pueda, de las soflamas y promesa; voy a estudiar a Max Weber para entender qué es ética de la convicción y qué la ética de la responsabilidad; volveré a Santo Tomás para profundizar en su pensamiento sobre el comportamiento humano y sus consecuencias; y, lejos de volverme autista, permaneceré atento a la realidad y responsable de mi voto.

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