Obras de aquí y de allá


Estoy disfrutando como un enano viendo las obras que está realizando en “mis tejados” un grupo de expertos profesionales. Eso, además de estar de simple mirón. Con arquitecto, aparejador, contratista, obreros cualificados y… el apoyo económico incondicional, más que de obras, estoy de vacaciones. Sólo me llaman para preguntarme por mis gustos y pareceres. Yo respondo a mi manera, sin importarme en absoluto si lo van a tener o no en cuenta. Que lo hagan como quieran, que quedará bien.
Nada que ver con las “otras obras” en que me he visto implicado en las que me tocó actuar de “hombre de muchos oficios”.
Da gusto ver cómo “se construye” en la actualidad; en concepto, en materiales y en la forma. Nada que ver con lo de antaño. Así que este vetusto y avejentado edificio, cuando esté todo terminado, habrá rejuvenecido un par de siglos por lo menos.
Mi alegría, sin embargo, tiene un matiz no poco importante. Ayer leí por encima el discurso del relator del sínodo de los obispos que empezaba en Roma, y creí estar ante un albañil que aún construye con barro, tira los niveles a ojo de buen cubero, replantea los muros sobre la marcha y sigue pensando que en una obra todo hay que hacerlo a base de fuerza bruta. Se llama Peter Erdö, es cardenal, arzobispo de Esztergom-Budapest, primado de Hungría y presidente de la Conferencia Episcopal Húngara y del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa. Todo un titulón.
Mal comienzo para unas jornadas de reflexión y trabajo si empezamos recordando lo que no se puede tocar, o sea nada, y que quienes están fuera del corral ellos se lo han buscado.
Para ese viaje no necesitamos estos bueyes.
Afortunadamente él sólo es el relator, o sea un simple secretario. Habrá muchos que piensen de otra manera. Y desde luego, Francisco tiene la última palabra.
También soy mirón ante Roma, como la mayoría de los simples mortales. Y estoy seguro de que, conforme vayan pasando los días, se oirán voces que nos alegren porque anuncien cosas nuevas.
Las necesitamos.

1 comentario:

  1. Pues sí, Míguel, te están haciendo una obra con todas las de la ley, sólo hay que ver el pedazo de grúa que se gastan, así da gusto. Parece que lo estás disfrutando, me alegro que ya has penado lo tuyo con todas las aventuras que te han tocado en otros tiempos y circunstancias. Parece que ya tocaba a tu edificio la atención profesionalizada tutelada y financiada por el obispado o como se llame.

    Lo del sínodo ese que se traen entre manos en Roma, menos mal que contrapuesto al relator húngaro (Hungría parece que está hundida en las catacumbas en todos los sentidos, véase cómo tratan a otros seres humanos -por otra parte igual que aquí en Ceuta y Melilla-), contrapuesto a él digo, está lo que refieres en tu siguiente entrada. Parece que es un buen contrapunto.

    Suerte.

    Besos

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