¡Estamos de obras!



Que hay que levantar los tejados y hacerlos nuevos, ¡qué mejor momento que cuando amenaza lluvia! Esto es, como decía mi papá, “acertar y no escoger”. Frase que nunca conseguí entender del todo, aunque para mí tengo que viene a querer decir que no se debe uno calentar la cabeza cuando la suerte está por medio. Lo que ha de ser, será.
Lo importante es que ya están aquí los albañiles, y han empezado a destruir cosas; por lo que estoy viendo, casi todo. Si queda algo en pie al final de la jornada, luego habrá que levantar nuevo sobre casi nada.
Compruebo con satisfacción que no hicimos mal las cosas en aquel momento, y que, aunque ha habido muchas voces alertando ruina, todo sigue tal cual lo dejamos hace treinta y cuatro años. Ni un milímetro han cedido unas vigas que son simples tablones de obra puesto de perfil.
Incluso la escayola que logré amasar correctamente al enémiso intento se ha mantenido inalterado a pesar de todos los pesares. Yo abajo y él arriba, yo atento a las indicaciones del que decía saber y él hablándome sin soltar la faria de entre sus dientes: Primero echas agua en la caldereta, y luego vas añadiendo polvo a puñados hasta que te parezca. No te pases y no te quedes corto, verás cómo esto no se cae ni aunque me ponga yo encima. Y el pavo andaría por los noventa kilos o más. Al grito de ¡masa!, levantaba yo el estropajo bien untado en la lechada blanca y tanto escurría sobre mí que más parecía que me estaba preparando para hacer de figurín callejero que ayudando a colocar placas de escayola. ¡Vaya par de principiantes! Él, sin embargo, estaba bien seguro de lo que hacíamos. ¡Todo un figura!
Me pregunto quién sería el que soldó ese par de vigas, detalle que no logro recordar… La memoria empieza a fallarme.
Comienza, pues, el relato de lo que debió hacerse en un principio, y que no se realizó porque quien tenía que haber asumido su papel, se mantuvo de espectador en el palo del gallinero, como si con él no fuera la cosa. Han cambiado los tiempos, parece ser, o hay ahora otras personas asumiendo sus responsabilidades.
Está por ver, e iré desgranando aquí, detalle a detalle, lo que vaya sucediendo.

1 comentario:

  1. Que te sea leve Miguel Ángel y tomatelo con calma que poco a poco se va haciendo camino.
    Besos

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