De “ya no te quiero” a “donde hay amor, allí está Dios” (Cfr 1ª Juan)



Peña Lara
No empecé demasiado bien este mes de mayo, pero a poco me fui entonando. Al compás de las cosas que he vivido en estos días pasados, y más en concreto por la manera como las he soportado, puedo afirmar sin mentir que mayo no traerá buena cosecha en grano, pero no deja mal sabor de boca. Y eso que hay dos gestos, precisamente en los últimos días, que han encrespado a la inmensa mayoría: la pitada al himno nacional en la final de la copa del rey y no quitarse la gorra tras quedar tercero en el giro de Italia. Lo primero fue obra de las hinchadas del barça y del atleti; lo segundo, de un tal mikel landa. No me han hecho perder la compostura, pero sí me han molestado.
Como también me han molestado manifestaciones de personajes de la política tras las votaciones del pasado domingo. No han conseguido asustarme, por más miedo que avisaren.
Otras cosillas se han dado, pero ni merecen citarse. Allá cada cual con el resquemor que acumule; si no sabe cómo liberarse de él, siempre puede encontrar algún manual de autoayuda, que hay cantidad y de balde.
El caso es que termina mayo con una fiesta que no recibe la atención y el eco que merece, la Santa Trinidad. Eso está claro que es normal en una sociedad que además de no confesional está convencida de haberse liberado de cualquier lazo religioso. Lo anómalo es que precisamente hoy no se notara más significativamente entre quienes debieran sentirse implicados.
Pelillos a la mar. Yo por mi parte he encontrado esto, que me parece colocarlo para deleite y reflexión, también para anuncio y proclama. Ojala haya muchos que al leerlo se sientan reflejados.

Bienaventuranzas de la misericordia
de Miguel Ángel Mesa Bouzas

Felices quienes han comprendido que la Divinidad está más allá de los nombres, las imágenes, las afirmaciones de la fe. Pero la sentimos: nos mira, nos respira, nos envuelve.
Felices a quienes cada mañana les despierta el mismo sol y les acuna por la noche la luna de siempre y en ello comprenden que el Dios de la Vida se mantiene día y noche cuidándonos, esperándonos. Quienes han llegado a descubrir que es como un Padre lleno de bondad, ternura y misericordia, con un corazón de Madre.
Felices quienes ayudan a los demás a descubrir lo que han vislumbrado bajo la inmensa luz del misterio de Dios Padre y Madre, e intentan expresarlo con profunda humildad, desde sus palabras y, sobre todo, con sus hechos diarios.
Felices quienes se han dejado impregnar por la Buena Noticia de Jesús, el deseo del Reino de Dios, es decir, la construcción de una sociedad que no esté basada en el dinero, en el poder, en el dominio de unos sobre otros, sino en la igualdad y la fraternidad.
Felices quienes experimentan como Jesús, la cercanía, la presencia y la íntima certeza de un Dios-todo-bondad que nos fortalece, anima y acompaña en el sendero de la vida.
Felices quienes se comprometen, como lo hizo Jesús, en curar, aliviar, liberar, integrar y dar valor a cada persona con la que nos encontremos, especialmente con las más marginadas y humilladas a las que debemos salir al encuentro.
Felices quienes creen que el Espíritu de Dios es la fuerza, el aliento, la audacia y la profecía para emprender cada día una nueva vida.
Felices quienes ven las señales del Espíritu en cualquier signo que muestre semillas de fraternidad, de ternura, de acercamiento, de superación del sufrimiento, de paz.
Felices quienes gozan al contemplar el Espíritu de Dios que se cierne sobre los océanos, las montañas, los animales, las flores y sobre el ser humano, que llegan a ser ellos mismos en profundidad cuando se dejan amar por Él entre las sábanas del alma.
Felices quienes descubren que la Trinidad no es un misterio incomprensible, sino la cotidiana experiencia del Amor, desde una vida encarnada en nuestra historia, con un respiro, un ánimo y una pasión especial por seguir viviendo cada día con los mismos sentimientos de Jesús, junto a tanta gente en toda nuestra tierra que trabaja por otro mundo más fraterno, justo y solidario. Es el espejo que nos muestra cómo debe ser y comportarse la mejor comunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario