Ni falta que hacía. Sólo ha bastado con mantener el ritmo y mirar al
fondo, siguiendo la línea azul. Y contar, mientras braceaba, al tiempo que
pensaba en si faltaba algo por organizar. No es fácil tener el hilo al tiempo
que se nada, pero he adquirido experiencia, y la maña suficiente, para que mi
rato de piscina sea algo más que estar en el agua y con bañador.
Al final, 35 minutos las 29 series, un record. Y dos notas preocupantes.
El record es menor, porque llevo una semana nadando sólo a croll, y,
aunque he aumentado en dos las series, así no hay comparanza respecto de la
rutina habitual con cambio de estilo en cada vuelta. Aún así estoy satisfecho.
Me mantengo.
La preocupación venía de que pensé que había cosas en el aire, que no debían quedar a la
improvisación. ¿O sí? Mientras me duchaba decidí hablar con ellos y ver qué les
parecía.
En cuanto llegué a casa, les envié un correo. Ahora mismo acabo de
recibir su contestación. Todo está hablado y cada papel tiene su
correspondiente asignación.
No hay liebre, ni ha hecho falta. He nadado contra mí mismo y he
empatado. Ahora voy a preparar sólo mi papel, que los demás ya tienen el suyo,
y espero también quedar en tablas. Al fin y al cabo, yo seré un simple
comparsa, y ellos los protagonistas.
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