San Juan, un santo con vísperas



Lo resalto porque no es frecuente. Como que de San Juan se celebre su nacimiento. Otro hecho llamativo ya que lo acostumbrado es recordar el día de la muerte de los santos, bien por  martirio, bien de forma natural, como haremos el próximo 29 de agosto con la Degollación de San Juan.
Esto indica que quien conocemos como El Precursor no es uno más en la pléyade de nombres que componen el santoral católico. Tiene puesto de categoría. Que a nadie le extrañe, porque consta en el evangelio que Juan Bautista dio a Jesús ocasión para este comentario: -«¿Qué salisteis ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver? ¿Un hombre lujosamente vestido? Los que visten con lujo y se dan buena vida están en los palacios de los reyes. ¿Qué salisteis entonces a ver? ¿Un profeta? Sí, incluso más que un profeta. Éste es de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti; él te preparará el camino. Os digo que entre los nacidos de mujer no hay otro mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él». (Lucas 7, 24b-28)
Esta circunstancia me brinda la oportunidad de presentar a Jerónimo Vicente Vallejo Cósida, un señor que pasó la mayor parte de su vida en Zaragoza y que se dedicó a muchas cosas, incluida la pintura. Suya es esta «Tabla del nacimiento de San Juan el Bautista» del Retablo Mayor y Sagrario de la Cartuja de Nuestra Señora de Aula Dei, 1574-1585, óleo sobre tabla, (147 x 116,5 cm), que se guarda en el Museo de Zaragoza. De carácter manierista, figuras de canon estilizado e influida por Rafael Sanzio y Leonardo da Vinci, destaca en esta tabla la composición en el espacio de los personajes, así como los blancos de las telas, los contrastes cromáticos con el rojo y el verde, la escena de fondo con la Visitación abierta al paisaje, y una muchacha posiblemente gitana (con piel más oscura) que porta joyas minuciosamente pintadas.
Existen otros cuadros con el mismo tema, de los que aquí ofrezco una pequeña selección.
El nacimiento de Juan el Bautista. Tintoretto, c. 1554. Óleo sobre lienzo, 181 x 266 cm. The Hermitage, San Petersburgo
El Nacimiento de San Juan Bautista. Jacopo Carucci (Pontormo), 1526, Galería Uffizi, Florencia

Nacimiento de San Juan Bautista. Artemisia Gentileschi, 1633-1635. Óleo sobre lienzo. Museo del Prado, Madrid


Nacimiento de San Juan Bautista. Domenico Ghirlandaio (1449-1494), Capilla Tornabuoni, Santa María Novella, Florencia, Italia

Escena del nacimiento de San Juan Bautista. Retablo de la iglesia mayor del monasterio de El Paular

Ni caña dócil al viento, ni hombre vestido con lujos. Un profeta, el último. Bueno, esto no lo dijo Jesús, pero se afirma por ahí sin ningún rubor.
Por eso mismo yo creo que sigue habiendo profetas, aunque no se les pueda identificar por la piel de camello ni por alimentarse de miel silvestre.
Dejo este asunto para mejor ocasión. Hoy sólo me interesa resaltar que a Juan lo nacieron como a todo el mundo de un tiempo en que se nos hacía llegar a la vida en casa y rodeados de abuelas y vecinas.

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