Cuando mac da problemas



Es triste, pero cierto. Si la computadora personal falla, nuestra vida, –la de quienes la hemos convertido en el centro de toda nuestra actividad vital, ¡ja!–, se va al garete. Sin paliativos.
Podría ahora relatar mis afanes de los dos últimos días, pero, como empezaría y no acabaría, no lo voy a hacer. Y como ella tampoco va a decir ni pamplona, razón de menos.
Esto es que a mi vecina se le ha deteriorado el software de su hardware, que rige en coordenadas appelianas. En lenguaje vulgar, se le ha desconfigurado el mac. Y tiene todo manga por hombro y nada funciona. La solución, reimplantar el sistema y reiniciar el ordenador, pasa por recuperar la información contenida.
En eso estoy, en sacar todo lo que ha ido metiendo dentro de su máquina que, a parte de la comunicación permanente con el mundo entero, está constituido por lo más variopinto que uno pueda imaginarse. Fotos, pelis, libros, recetas de cocina, direcciones, buzón de correo, registros de facturas de la luz, del gas, del agua, documentos de hacienda, escrituras de la propiedad, remedios para males del cuerpo y del alma, oraciones diversas… Todo, menos música. Afortunadamente, porque así me evito recuperar vídeos musicales y documentos mp3.
Cuando termine de salvarlo, empezaré. Pero no hay prisas, son casi quinientos mil items, en gigas una pasta gansa. Y esto lleva su tiempo.
 
P.D. Y que nadie venga ahora diciéndome… ¿no tenía copia de seguridad? ¡Si es facilísimo!
Hemos ido a la tienda y hemos vuelto con, no uno, ¡dos! discos externos.

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