Me parece que sobre
este particular huelga todo comentario. Aquí y en Pekín, el que manda, manda. Y
los demás, a callar.
No obstante, siempre
se pueden hacer consideraciones, –“considerandos” tal como suele hacerse en los
largos escritos de las sentencias judiciales–, a fin de dulcificar la posible
dureza y rudeza de lo que a todas luces es evidente, que quien tiene la fuerza,
tiene el poder.
Pero, ¿merece la pena
perder el tiempo en tales divagaciones?
Dejo aquí estas imágenes, y que cada quien haga su composición de lugar. Tengo muchas cosas que hacer y el tiempo apremia.
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