El que avisa no es traidor



Precaución. Advertencia. Se dice esta paremia para prevenir a alguien de que tendrá que atenerse a las consecuencias si no respeta algo establecido. Esto es lo que dice el Centro Virtual Cervantes acerca de este proverbio popular.
Y he aprendido de paso otra cosa que desconocía: La paremia es un enunciado breve, sentencioso e ingenioso que transmite un mensaje instructivo, incitando a la reflexión intelectual y moral. Esta vez ha sido Wikipedia quien responde.
Así, pues, en el día de antesdeayer saqué provecho por partida triple.
1. Aprendí una palabra, que, aunque rima con anemia, no tiene nada que ver con la salud física, aunque sí con las demás. Todo lo que sea alimentar el intelecto, ayuda a gozar de la vida.
2. Me enteré de que los focos que iluminan el templo parroquial están avisándome de que llega su final. Demasiado tiempo han lucido, incluso más allá de las previsiones más optimistas.
A la vista de estas indicaciones, han sobrepasado con creces los cálculos, siempre exagerados, de los fabricantes de estos artilugios. Tienen tiempo máximo de duración dos años o dos mil horas; y ya han estado funcionando durante casi tres mil a lo largo de más de trece años. Es tiempo, pues, de prevenir y tener repuesto para una emergencia. Igual falla uno cualquiera, o todos de golpe y porrazo. Avisado estoy.
3. Niemöller se equivocó y cayó en la cuenta tarde de lo que suponía el nazismo. Cuando dijo lo que dijo ya no podía hacer nada, salvo prevenirnos. Si no aprendemos de él y de otros tantos que no pudieron enmendar su yerro, no tenemos excusa; nadie vendrá a salvarnos.
Aprovecho la tacada para colocar aquí otras versiones que Forges hizo, en forma de monigotes chistosos pero serios, de aquellas palabras con que Niemöller es recordado.




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