Es que en nochevieja me pongo siempre melancólica

 

Lo acaba de decir mi vecina favorita para justificar la necesidad que tenía de darme un achuchón. Se lo he “consentido” y me he dejado apretujar, porque el último día del año da ocasión y también justificación para realizar lo que ha quedado en el deseo o en el tintero. Hay que hacer balance, ¿no? Pues cerrémoslo ajustando las partidas.
Claro que tampoco hay que pasarse, no todo es posible ni sería conveniente. Hay que dejar alguna cosa en el debe, para tener ocupaciones con qué iniciar la siguiente jornada. Si empezáramos con la pizarra limpia, ¿por dónde cogeríamos el hilo?
Lo que no debe permanecer al empezar de nuevo con 2014 es precisamente melancolía. ¿Echar de menos algo del 2013? De un año tan aciago, mejor no recordar absolutamente nada.
Supongamos, pues, que acabamos a cero. Así, empezamos por abajo. A nivel.
Y pongamos que si el profeta afirmó:
Ahora te hago saber cosas nuevas,
secretas, no sabidas,
7que han sido creadas ahora, no hace tiempo,
de las que hasta ahora nada oíste,
para que no puedas decir: “Ya lo sabía.” (Isaías 48, 6b-7)
Y el que manda porque puede dice:
-«He aquí que hago nuevas todas las cosas». (Apocalipsis 21, 5)
¿Vamos a ser menos nosotros? Puesto que solos no podemos gran cosa, contemos con la Fuerza de Quien Es, nos sostiene y en el que somos, en expresión que ahora tanto se lleva, porque hay que estar a bien con las cosas del momento.
Yo soy mucho más simple y digo con quien sea que escribió esta plegaria, y aprovechando que he encontrado lo que dicen que es su versión original:

Seigneur, faites de moi un instrument de votre paix.
Là où il y a de la haine, que je mette l’amour.
Là où il y a l’offense, que je mette le pardon.
Là où il y a la discorde, que je mette l’union.
Là où il y a l’erreur, que je mette la vérité.
Là où il y a le doute, que je mette la foi.
Là où il y a le désespoir, que je mette l’espérance.
Là où il y a les ténèbres, que je mette votre lumière.
Là où il y a la tristesse, que je mette la joie.
Ô Maître, que je ne cherche pas tant à être consolé qu’à consoler,
à être compris qu’à comprendre,
à être aimé qu’à aimer,
car c’est en donnant qu’on reçoit,
c’est en s’oubliant qu’on trouve,
c’est en pardonnant qu’on est pardonné,
c’est en mourant qu’on ressuscite à l’éternelle vie.



La Oración de san Francisco de Asís, también llamada Oración simple, u Oración franciscana por la paz, es un poema escrito probablemente a principios del siglo XX pero atribuido hasta fines de ese siglo al fraile italiano Francisco de Asís (1182-1226). Investigaciones posteriores realizadas por el académico francés Christian Renoux permitieron entrever los verdaderos orígenes de la oración, cuya autoría continúa siendo incierta. Con todo, la oración fue objeto de análisis y predicación por personalidades contemporáneas de variada extracción, y fue integrada en el programa de «los doce pasos» de recuperación del alcoholismo por parte de Alcohólicos Anónimos. Esta oración es hoy una de las devociones más populares dentro del cristianismo, reconocida como una síntesis -hasta el presente anónima- del ideario vivido por el «santo de Asís».

4 comentarios:

  1. Entre tu y la Wikipedia ya nos habéis dado una lección magistral.

    Consintamos pues, en que sea lo que tiene que ser según las leyes universales, o los deseos de los dioses, o lo que dios quiera, o hágase en mi según tu palabra...En definitiva, nada puede ser controlado, solo podemos vivir lo que nos toque a cada cual.

    Bueno, al menos sigamos por el camino emprendido.

    Un abrazo y Feliz Año Nuevo

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  2. No se trata esta vez de Wikipedia, sino de la misma orden tercera franciscana la que bucea En busca de su auténtico origen y nos deja una aproximación que se acerca si no del todo, casi hasta el mismo San Francisco.
    No hacemos nada malo si decimos que le pertenece a él.

    Y no es que esté todo escrito y atado, porque anda por medio nuestra libertad, y de ahí que seamos responsables tanto de lo que suceda como de lo deje de ocurrir.

    Besos de fin de año o de principio, según como lo mires.

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  3. Perdona MÍguel que en este caso te enmiende la plana, declino mi responsabilidad de usar mi libertad, que me traigan y me lleven los vientos por donde quieran, a pesar de mis quilos de más me dejaré llevar.
    Creo que quien maneja los hilos de mi vida , conoce mucho mejor que yo lo que conviene a mi quehacer.
    A lo mejor es vaguería , pero estoy rendida a la vida.

    Muchos besos

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  4. Quisiste los besos antes de empezar el año, bueno. Pero ahora que ya estamos en el nuevo, si quieres vivir "rendida", al menos que no sea "derrotada".

    Tu quehacer es sólo tuyo, que te conste.

    Besos nuevos

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