El palomarcico



Esto es que en el balcón de la casa de mis padres han anidado este verano un par de palomas. Notaba yo que estaba más sucio de lo habitual, habida cuenta de que voy de tarde de tarde, cada semana o más, sólo para mantener vivo el viejo reloj familiar y las plantas que fueran de mi madre. Extrañóme, pues, que últimamente hubiera tantas plumas y cagadas, así que decidí investigar. La cuestión no era nada complicada: tiene tres metros y medio de largo por uno y medio de fondo, y sólo tiene una mesa de hierro forjado y mármol con alguna maceta encima. Sólo fue agacharme y ver el nido. Había un palomino que resultó ya volandero. Así que fue cogerle y lanzarle, y se perdió sobre los tejados.
Lo malo es que tanto la madre como el padre han fijado ahí su residencia a perpetuidad. Y a pesar de que cada vez que voy lo barro y friego, retirando cual servicio de limpieza la palomina resultante, ellos dos siguen, no sólo durmiendo allí, sino también espulgándose y defecando.
Y eso ya es harina de otro costal. Porque, claro, pernoctar es una cosa; hacer de aquello un muladar, otra bien distinta.
Voy a tener que tomar las armas de la guerra.
Los animalitos de dios son muy simpáticos, pero a distancia. En el tú a tú, cambian a molestos; e incluso pueden resultar directamente peligrosos.
Antes de que allí se declare zona de urgente erradicación de la pulguicie, voy a tener que rememorar mi antigua condición de “cogedor de palominos”. Y de la misma manera que, con nocturnidad y alevosía, limpiamos el tejado de la iglesia del pueblo y sacamos muy buenas pesetas para reparar goteras con el resultante de palomas y estiércol, así ahora tendré que arremangarme para hacerme con este par de tórtolas o torcaces.
No sé qué haré luego con ellas. Si muertas, de tan duras no merecerá la pena cocinarlas. Si vivas, ¿tendré que irme a lo alto del páramo para alejarlas? ¿Será suficiente? Mira que estos animalillos son capaces de recorrer grandes distancias…
En todo caso no volveré a citarlas  aquí, porque me temo que si lo hiciere, alguien podría dejarme comentarios desagradables e injuriosos.
No quiero tener roces con las protectoras de animales. Yo también soy ecologista.

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