¡La primera helada!



La helada había dejado su huella mientras amanecía. Pero el sol corrió detrás de ella borrándola. A pesar de ello, el frío se mantuvo hasta bien entrada la mañana.
La claridad del día fue invadiéndolo absolutamente todo resaltando la diversidad cromática del otoño.

Donde apenas conseguía entrar, aún era primavera.

Y en los lugares menos protegidos, el resultado está a la vista.
En mi ánimo, sin embargo, venció el sol, como astro rey que es. Rendido y cautivo, regresé con los últimos productos de la huerta. Aún están comestibles, pero su aspecto no aconseja ponerlos en el escaparate.
A partir de ahora, lombardas y berzas, que aguantan lo que sea.

1 comentario:

  1. Ha bajado el termómetro ¡y mucho! esta mañana aquí 7 º,después sale el sol y todo cambia.
    Nos convertimos en cebollas poniendo y quitando ropa durante todo el día.

    También aquí se nota mucho el cambio cromático, las choperas- como la que nos muestras en tu foto- están de unos colores indescifrables, a su lado los arces de un intenso color granate contrasta con el plateado de las carrascas ¡y ese suelo tapizado de colores!.
    Me gusta el otoño, está lleno de poesía, es maduro como los membrillos, huele a humedad, a recogimiento.

    Hoy comeremos brocoli con cus-cus y mañana ¡cocido! BIENNNNNN.

    Besos

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