De paseo por Valladolid


Llegó el aviso por correo electrónico y apenas lo miré por encima. ¡Qué raro! me dije; formación permanente en miércoles, si siempre es en lunes. En fin, lo tengo libre, iré a ver. Y no paré en más.
Normalmente ese aviso telemático lo envían primero y luego llega por correo convencional, porque no todas las parroquias tienen internet. En este caso no esperé, porque ni caí en la cuenta. Así que esta mañana me fui para allá. No había nadie. Preguntando quedó la cosa en que había leído mal y no era hoy, es el lunes que viene.
Con todo el tiempo del mundo y ya que estaba en el centro, decidí dar una vuelta y visitarlo.
Primero me fijé en el edificio en el que estaba. Ahora se titula Centro Diocesano de Espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús. Antes era el Real Colegio de los Escoceses, desde 1772. Y antes, el Colegio de San Ambrosio, de los jesuitas, desde 1543.

Además del edificio central, tiene una torre que es una maravilla como lugar donde estar y como mirador del centro de la ciudad. Tres patios jardines hacen que no tengas demasiada prisa en marcharte. Y están también la capilla llamada de La Congregación, el santuario del Corazón de Jesús y la pequeña capilla interior para uso de la casa.

De camino pasé por la plazuela de El Salvador, y pude fotografiar la renovada casa donde vivieron mis abuelos maternos y el espacio que otrora ocupara Cáritas Diocesana, ahora convertido en espacio público con el monumento al patrón de la ciudad, San Pedro Regalado, cabe la torre de la Iglesia de El Salvador.
Terminé en el edificio del Arzobispado, para curiosear novedades en la librería de pastoral y saludar a los amiguetes. Como voy por allá de tarde en tarde, siempre hay cosas que contar y que escuchar.
Así ha transcurrido una mañana que en principio iba a ser interesante, que luego pareció perdida del todo y que finalmente resultó provechosa. El paseo en bici terminó por ser el mejor preludio para un buen cocido castellano. De la siesta, mejor no decir nada.

3 comentarios:

  1. ¡ay Miguel Angel! Como me gustaría poder coger la bici, tanto es así que cualquier día la saco del sótano y me arriesgo.
    Una espléndida mañana y nos regalas unas buenas fotos.

    Besos

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  2. Sácala, porfa, y que brille con el sol en plena calle, y tú tiesa sobre el manillar, dándole pedales mientras sonríes de placer.

    Y coges también la máquina, y sacas fotos de tu Barcelona a pie de acera.

    Besos

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  3. ¡jajajajaja! pues mira no lo descarto. Tanto una cosa como otra.
    Besos y eres muy alentador.

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