Y entró en casa,
porque firmar la papela en plena calle resulta incómodo. Era un aviso de
inspección. Que es que en Madrid no se creen lo que hacemos en Valladolizzzz y
vuelven a solicitar informes. El encargado de hacerlos se ha echado a reír, y
ha prometido venir a pasar la revisión solicitada, el recuento de lo que queda
en almacén y supervisar la rutina que aquí nos gastamos con el personal que
recibe la cantidad que necesita para seguir viniendo la próxima vez, porque no
es mucho más; pura y dura subsistencia.
Pero en Madrid
piensan que están salvando al mundo. Y que los que estamos a pie de obra algo
hacemos que no cuadra. Por eso la inspección. Como ellos están muy arriba y
miden en términos macroeconómicos, no digieren que otros pocos a pocos repartan
mucho más de lo que ellos calculan.
Todo está en regla.
Que vengan y vean. Pero no vienen, envían. Y el enviado ya está harto de mandar
informes con el correcto subrayado; aún así, humilde y dócilmente, repite cada
vez que le requieren.
Y así estamos.
Pero llegó otra carta
más, ésta no certificada. Ahora es de la Junta. Se han enterado de que estamos
en el rollo, y ellos no. Y quieren estar. Mejor dicho, quieren dirigirlo. Y
planean organizar otro canal de distribución, a su modo y manera. Y quieren que
estemos, porque importamos.
Iremos, haremos acto
de presencia. De momento sólo para ver el panorama. De momento, nada más. Ya no
somos primerizos, ni estamos como en otro tiempo más solos que la una. Ahora no
es que seamos fuertes, que no se trata de eso. Ahora sabemos lo que queremos y
hacemos lo que podemos. Pero barrer para casa ajena…
También trajo el
cartero otras cosas: del banco, avisos de reuniones, y hasta un tocho de
revistas para que nos enteremos de lo que hacen en otras partes.
El pobre hombre se fue con el macuto
casi vacío. Yo creo que cobra un extra cada vez que viene por la parroquia para
dejarnos el correo.
P.D. Es muy posible
que este post no se entienda. Normal. Está escrito sólo para desahogarme.
Pues desahogate que no pasa nada.
ResponderEliminarQueman a los enviados con tanto ir y venir , todos quieren controlar a todos pero a ellos ( a los mandamases) que no se les toque ni un pelo.
Pues si quieren controlar que se mojen y vean lo que hay.
Te mando un abrazo
Laura
Miguel Angel, lo tienes facil para los informes, cambia las fecha y a correr. Y ahora se acuerdan de vosotros, casualidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya lo hago, Laura. Para esto me sirve también el blog.
ResponderEliminarBesos
José Luis, no puede ser así. Le toca a un funcionario llevar a cabo la inspección. A él también le tienen frito. No le arriendo la tarea de contar todo lo que queda en el almacén y supervisar las entregas realizadas. Es un registro con casi mil fichas.
Un abrazo