Las otras dos veces
que asistí a una boda “civil” fue en los juzgados, y tengo un mal recuerdo;
demasiada frialdad y los funcionarios ejecutores se limitaron a leer los
artículos del Código Civil reglamentarios.
Esta de ayer, fue
otra cosa. La concejala delegada por el señor alcalde se lo había preparado.
Por supuesto leyó los artículos de la legislación civil, pero puso alma en el
acto. Y concluido éste, y antes de las firmas protocolarias y preceptivas, nos
mandó sentar y leyó con mucho sentimiento estas palabras de Kahlil Gibran, de
su obra El Profeta:
“Entonces, Almitra habló otra vez: ¿Qué nos diréis sobre
el Matrimonio, Maestro?
Y él respondió, diciendo:
Nacisteis juntos y juntos permaneceréis en todo y para siempre.
Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros
días.
Sí; estaréis juntos aun en la memoria silenciosa de Dios. Pero dejad
que haya espacios en vuestra cercanía.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros. Amaos el uno
al otro, pero no hagáis del amor una atadura.
Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.
Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros
sea independiente.
Las cuerdas de un laúd están solas, aunque tiemblen con la misma
música.
Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga.
Porque sólo la mano de la vida puede contener los corazones.
Y estad juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares del
templo están aparte.
Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la
del roble.”
Como nadie esperaba gran cosa,
todas y todos se lo agradecimos.
Tengo para mí que en casos así los
contrayentes no tienen, porque no se la ofrecen, alternativa. Tampoco los
asistentes, salvo que organicen algún asuntillo a la salida, en medio de la
plaza mayor. Muy al contrario que en las bodas “inciviles”, quiero decir las
que se celebran según el rito católico, en que incluso la fórmula matrimonial
cambia de raíz, al ser recitada por los mismos interesados, asumiendo que son
ellos al tiempo jueces y parte, y todo el resto importantes pero simples
testigos.
No pudo ser de otra manera, muy a
pesar de que la novia deseaba otra cosa. Ya se lo dije hace unos días, eso está
en tu mano; si quieres, puedes. A él le dará lo mismo; a ti, no.
Hace unos meses asistí por primera vez a una boda civil y fue bonita. También allí leyeron este texto y eso le dio mas calor a la ceremonia. Pero sigo pensando que donde se ponga una boda católica....
ResponderEliminarPara mi es mucho mas tierna, romántica y bonita. Lo se... soy demasiado romanticona, pero las palabras que dijo el párroco de mi iglesia dejaron huella en muchos de los presentes porque fueron preciosas. Lástima que no pude conseguir el texto para tenerlo, pues siempre sospeché que lo había reescrito el.
Mas abracitos.... jejeje...