¡Sí, cielos, sí!
Ahora viene lo peor: ¿qué
hago con ella? Lo primero, me dije, solicitar la opinión de alguien experto.
Entro en el hogar y pregunto a las señoras. Ellas huelen, y se alegran.
No obstante, leo para
saber más. Y descubro que la trufa blanca se cosecha en otoño. ¿Entonces?
Resulta que en hongos hay mucha variedad. Lo que acabo de encontrarme bajo el
acebo es una criadilla de tierra. De mucho menos interés culinario y por
supuesto crematístico.
¡Vida!
Pero, se come o no. Aunque no sea como las trufas negras esas que dicen que son... hummm... una delicia, a lo mejor está buena y te permite hacer algún guiso con ella. Ya nos contarás cuál ha sido el destino de semejante hallazgo.
ResponderEliminarBesos
Claro que se come, y se paga bien pagá. Dicen que está a más de 3000€ el kilo. Pero yo no cato hongo o seta que me encuentre. Ya se la daré a alguien que entienda de verdad. A más de uno he llevado a urgencias, más muertos que vivos por probar setas prohibidas.
ResponderEliminarNo lo comeré, pero me ufanaré de haberme encontrado eso lo que sea en mi jardín.
Besos