¡Pero hombre, el día
de tu cumple…! ¡Mira que romperte un pie!
¡Eso no lo hago ni
yo, que dice el míguel que soy un patosón!
Pues nada, majo, que
lo cures con salud, –lo del huesecillo–, y lo celebres por muchos años, –lo del
cumple.
Y que yo te pueda
felicitar otras muchas veces más. Pero a Pamplona ya no vuelvo, que te conste.
El otro día me vi con
Carlota y me sopló que hace tiempo que no la visitas. Está deseando verte y
darte un paseo por el valle. También te felicita y espera que tú la felicites, que es también su día.
Con cariño, Berto
Un traspies lo da cualquiera, pero a Pamplona vuenve cuando quieras.
ResponderEliminarSeras bien recibido en esta tierra.
Saludos.
¡Un año entero estuve viviendo allí! Pero me rechazaron… En aquella casa nueva no se me admitía, y mi amo de entonces tuvo que desprenderse de mí.
ResponderEliminarAhora con este otro amo a lo mejor voy a la montaña. Me ha hablado mucho de los Pirineros, y de Irati, y de Estriviellas, y Zugarramurdi, y de la Mesa de los tres reyes…
Si me lleva con un ladrido te aviso.
Gracias.
Guau, guau…
iñaki, gracias por la bienvenida. En Navarra siempre me he encontrado como en casa. Berto es el que tiene una pizca de morriña por culpa de una casera algo tiquismiquis.
ResponderEliminarHemos recorrido toda esa tierra de norte a sur y de este a oeste. Y pensamos volver a pisarla y disfrutarla.
Un saludo cordial