Tocaba mañana campera


Tocaba mañana campera, así que con las mismas nos fuimos p’al monte. Conforme subíamos al páramo el sol que empezaba a asomarse tímidamente dejó que lo taparan nubes grisáceas, y el termómetro fue bajando de los 5° C a sólo 1,5° C. Pero era el aire, justo del oeste, frío y desconsiderado, que no me consintió sacar las manos del bolsillo durante todo el recorrido.
Así que no saqué ninguna foto, porque no me apeteció sacar las manos o ellas se negaron ante tan inhóspito panorama. Total, que dimos un paseo con gorro hasta las cejas y bufanda hasta el mismo gorro, de modo y manera que los ojos parecían mirar al frente a través de la rendija horizontal de mi armadura.
Gumi y Berto, como si el uno fuera la sombra del otro, corrieron a la par, bajaron y subieron, y desaparecieron al unísono. Regresaron en orden, cada cual en su momento; primero el pequeño, luego el mayor.
Sola también hizo sus pinitos, pero no se alejó de nosotros más de un buen tiro de piedra. Siempre a la vista y atenta a cualquier orden.

Al llegar al prado salieron a recibirnos las ovejas y los caballos. A estos sí me pareció inmortalizarlos.
La sorpresa estaba dentro.
Poco a poco hila la vieja el copo; y, oveja a oveja, alguien que yo me sé terminará por formar un atajo.
Habría estado bien que hubiera nevado, pero no tuvimos esa suerte. Ahora, cuando escribo esto, caen copos mansamente. Mañana estará bonito el pinar.
Para remate quise acercarme a la tumba de Moli, pero no di con ella.  Alguien que yo me sé y que no nombro, más que ayudar, estorbó. Pero eso no es para contarlo aquí.

2 comentarios:

  1. Pues mañana estará el pinar blanco nevado o helado. Bonito paisaje siempre.

    Mira comparto contigo este enlace. Pues uno de mis relatos presentados ha tenido una mención especial:
    Es en el blog de Esta noche te cuento
    El tema ya ves relacionado con la novela El retrato de Dorian Gray.

    Besos Miguel Angel.

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  2. Qué envidia me das siempre que dices que has salido al campo y pones esas fotos queme recuerdan otro tiempos de pequeña en la casa del pueblo. Aunque el frío, tengo que decirte, me tira p'atrás y prefiero una buena chimenea y una manta.

    Besos

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