Las cosas son lo que parecen. ¿O no?

 
Me he reído tanto que no he podido sustraerme a caer en la tentación. Pero tranquis, que no pienso provocar a nadie, no es esa mi intención.
Aunque me repita en la forma de presentarlo… ahí va esta selección de fotos que es posible que estén amañadas, pero que tal vez no, y sólo reflejen una realidad que supera con creces la imaginación más delirante.


 
Y de paso coloco a estos dos que no me han perdido de vista en toda la mañana, mientras estaba escabuchando el jardín, que ya era hora de que lo hiciera. Me lo estaba pidiendo a gritos.
Si alguien merece el título de portero de barrio ¡qué mejor que asignárselo a uno de los dos, o a los dos a la par, ex equo; desde allá arriba se enteran de la misa y del repique.
Ya los conoce todo el mundo: Gumi a la izquierda, Berto a la derecha. Y un servidor abajo, a la máquina de cavar… manual, por supuesto, y de tirar fotos… digital, faltaría más.

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