LA OTRA IGLESIA DE LA TRANSICIÓN, A DEBATE EN LA UNIVERSIDAD
Publicado el martes, 26 abril 2011
LA OTRA IGLESIA DE LA TRANSICIÓN, A DEBATE EN LA UNIVERSIDAD
A la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, el Colectivo contra el Olvido y la Asociación Memoria de la Transición proponen un nuevo debate en la Universidad de Valladolid sobre la otra Iglesia de la Transición democrática. El debate tendrá lugar el 28 de abril, a las 8 de la tarde, en el Aula Mergelina de la Facultad de Derecho.
Si la jerarquía eclesiástica estuvo ligada al franquismo durante los 40 años de la dictadura, en los últimos años del régimen de Franco y en el período constituyente, se hizo más visible el compromiso social de una Iglesia distinta.
Tras el Concilio Vaticano II y durante el mandato del cardenal Tarancón como Presidente de la Conferencia Episcopal española, la presencia de la Iglesia en los barrios, el apoyo de algunas parroquias a las demandas democráticas y a las reivindicaciones de los trabajadores, llevaron a pie de calle a los curas obreros y a las religiosas que se implicaron en el movimiento vecinal.
Para ofrecer su versión de primera mano de lo que ocurrió en aquellos años, en los que la ultraderecha resumía su rechazo frontal al giro democrático y social de la Iglesia con la consigna “Tarancón al paredón”, el Colectivo contra el Olvido y la Asociación Memoria de la Tansición han buscado el testimonio del teólogo, director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III.
Junto a él, intervendrán Manuel González, excura obrero y exteniente de alcalde de Valladolid con Tomás Rodríguez Bolaños; Gonzalo Blanco, también excura obrero y editor; y la religiosa Elena de la Fuente, vinculada al movimiento vecinal.
Como es habitual en las actividades programadas por el Colectivo contra el Olvido y la Asociación Memoria de la Transición, después de las intervenciones de los ponentes, habrá un debate abierto a la participación del público.
Vino Asun a invitarme, tras informarme de lo que tenían programado desde su departamento de Historia. Ya le dije que el asunto me resultaba interesante, pero que no podría asistir; problema de incompatibilidad de horario.
Pero sí ha estado gente conocida, y sé cómo se ha desarrollado.
A tantos años vista, habría sido conveniente contar con más personas de las que aún viven, aunque ya no están muchas que fueron decisivas entonces en esta ciudad.
El título no me pareció, ni ahora tampoco, demasiado afortunado; no había otra, era la misma y única Iglesia. El programa en principio sí lo era, con una salvedad: había una ausencia muy determinante, en una provincia con un pasado rural suficientemente significativo.
Bien representados los diversos grupos que residieron en barrios, yo echo en falta a quienes desde los pueblos animaron, acompañaron e incluso soportaron el peso de una transición que también fue rural. Y puedo asegurar que desde allá era bastante complicado dar la cara y mantener con coherencia el tipo.
Recuerdo cuando un amiguete se me acercó, estando yo en el pueblo, a pedirme nombres de personas buenas y honradas, sin importarle su ideología. Querían ofrecerles el amparo de unas siglas políticas ante las primeras elecciones democráticas. Entonces más que ahora eran dos mundos, el urbano y el rural, apenas relacionados y conectados; en lo político y en lo eclesial. Y quizás en el aspecto eclesiástico estuvieron en aquellos años mejor atendidos los pueblos que desde las instancias civiles.
Según me han informado, tampoco estoy muy conforme con el apelativo “taranconiano” que se le ha colgado en el debate a la Iglesia de los años setenta. Es cierto que el cardenal Enrique y Tarancón, Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, la lideró la Iglesia española -por decirlo de alguna manera-, aunque a mí me gusta más decir que fue el catalizador y la voz que habló en nombre de otras muchas personas que desde provincias, y desde la misma capital del reino, hicieron lo suyo por hacer posible la Transición.
La Transición no la hizo la Iglesia de España, pero sin la Iglesia no estaríamos ahora como estamos. Lo tengo muy claro.
Parece interesante. Los invitados también. Estoy de acuerdo contigo en lo de las dos iglesias... en determinados círculos de opinión la iglesia de los DDHH y de la justicia social tiene que ser necesariamente "otra" iglesia. Como si no fuera posible aceptar las propias palabras del Maestro cuando dijo aquello de que "el trigo y la cizaña crecen juntos" pues de todo hay en la viña del Señor...
ResponderEliminarUn Abrazo y ¡ Feliz Pascua!
Bueno no te creas, estaríamos de otra manera y sobre todo si no hubiera habido un Enrique Tarancón liderando a la iglesia católica, los católicos sensatos estaríais en las catacumbas como, de hecho, lo estáis ahora (aunque exagere un poco pero se os ve más bien poco dentro de la jerarquía). Es mi opinión.
ResponderEliminarBesos