Esta tarde me ha dicho Toñi que la Merkel no ha venido a España en plan visita de cortesía, que ella bien lo sabe; ha venido a llevarse para allá a toda la gente lista de este país que o está infrautilizada o simplemente ociosa. Y algo de ello debe ser cierto.
Cuando yo estudiaba, me enseñaron que la base de la economía era la producción de bienes de consumo para la satisfacción de las necesidades. Y lo normal es que las cosas se produzcan en algún sitio, preferiblemente cerca de donde se van a consumir, para que el transporte no aumente el precio por culpa de los costes excesivos.
Cuando era pequeño el pan lo hacía Marcelo, el panadero del pueblo. La carne la vendía Félix, el cortador, del pueblo también. El pescado lo traía el señor Víctor, que venía en bici con su caja atada al transportín y repleta de peces y trozos de hielo mezclado con helechos; venía de un pueblo cercano, Fuentes de Nava. Mi escuela estaba en la calle de abajo, y el gaseosero dos calles más allá. Lo normal. De productor a consumidor con el mínimo trasiego y la más pequeña distancia.
Propiamente, en mi opinión, la economía más perfecta es la de autoconsumo: produces tú mismo lo que necesitas. Y lo que no sabes, no puedes o no quieres producir lo adquieres mediante un justo y equitativo intercambio. Así se inventaría la permuta, digo yo.
El caso es que creo que nuestro país, España, dejó de ser productor de bienes hace mucho tiempo, demasiado. Se traía oro de fuera, para comprar también fuera lo que necesita dentro, en lugar de producirlo aquí. De esa manera nos fuimos degenerando, hasta llegar a ser lo que somos. Ni productores, ni comerciantes. Sólo consumidores.
Digo esto porque se me ha ocurrido esta mañana al ir a comprar una lata de servus para los zapatos. Entré en un mercadona que no frecuento, y tuve que preguntar a un dependiente. Rectifiqué a tiempo para decirle que buscaba crema de zapatos. Me indicó el mostrador del fondo y allí inútilmente rebusqué. Ahora los productos reciben nombres muy sugerentes y se ofrecen en envases que en absoluto se parecen a los de mi infancia, pero siguen siendo básicamente iguales. De esa manera encontré una crema para enriquecer la piel de mis zapatos y darle al mismo tiempo un brillo deslumbrante por el módico precio de 1,59€. Es tal como era la lata de servus de mi chiquillez; y, a pesar de que en la factura figura como betún natural, en la tapa dice literalmente “shoe polish, shines, nourishes & protects, neutral” y está fabricado, eso dice por detrás, en Indonesia.
¡Cómo me va a extrañar que la Merkel venga a España a llevarse para Alemania médicos, ingenieros, arquitectos, y demás, si hasta el betún para los zapatos lo traemos de fuera!
Nadie piense que me acabo de enterar ahora mismo del asunto, que va. Ya me había dado cuenta de que las lechugas que me como son de Murcia, aunque las de aquí son exquisitas. Y las zanahorias, de Valencia; aunque las del Segovia son riquísimas. El pescado ya me sé que es de la mar, pero que en lugar del cantábrico lo que me como sea del índico me produce un cierto escozor no digo dónde. Y el trigo del pan que me como, ni pregunto; aunque bien me sé que en mi tierra se produce la mejor harina de trigo del mundo.
Mi gente generalmente trabajaba en la construcción. Ahora ya no, porque no se construye. Así que está parada. Si ahora viniera la Merkel y les dijera: “Pepe, vente para Alemania”, yo les animaría a marcharse con ella, y así dejarían de estar a dos velas y comiendo tanto fideo cabellín y tanto arroz con leche de los excedentes agrícolas de la ce que tengo a bien repartir sin mirar a quién.
Pero no. La Merkel necesita gente cualificada. Titulada y debidamente preparada. Y es que la vida moderna es así, en absoluto justa. Es tan injusta que no reparte bien las cosas. De modo que para que te den tienes ya que tener. La prueba está en los bancos, que no te fían porque si no tienes tampoco se fían de ti.
Y si no tienes, entonces ocurre como en el dicho evangélico…
“Porque se le dará a aquel que tiene y tendrá abundancia; pero a aquel que no tiene se le quitará incluso lo que tiene”. (San Mateo 13, 12).
La cosa no es tan fácil Miguel Angel, España pertenece a la comunidad Europea y no es un país que pueda competir en industria, lo pudimos hacer con los bienes que tenemos, con agricultura, en ganadería, y con la excasa industria que tenemos, pero los países de la Comunidad Europea compiten entre sí y decide quién debe producir qué. Luego están las subvenciones que intentan cubrir lo que te obligan a no producir porque ya otro país lo hace por ti.
ResponderEliminarY así nos va. Merkel viene a España a decir que gracias a la moneda única estamos tan rebosantes de salud laboral que por eso pretende hacer una fuga de cerebros.
Y es como dices, cuanto más tienes, más voz y voto tienes en la Comunidad Europea, en este caso España tiene poco que decir.
Lo de dice es básicamente cierto, sin duda. Salvo que te lo lea uno de estos economistas modernos emparentado con la crisis. Entonces sonreirá solapadamente y dirá entre dientes: angelito. Porque el truco está en eso, en que tengas que recurrir a Indonesia para limpiarte los zapatos e Indonesia deba recurrir a EEUU para montar la fábrica y transportar los productos. Porque el truco está en arrebatarte tu capacidad de decisión, en ponerte en manos de otros. Eso lo llaman mercados, instrumentos etéreos para que te sientas desamparado.
ResponderEliminarUn abrazo.
TORO SALVAJE
ResponderEliminarOBEDECIENDO - *Nos han comprado los chinos* *y obedecemos a los alemanes* *pero aún tenemos* *la banderita* *el himno* *y la cara de idiotas.*
Hace 12 horas
¡¡Hola Miguel Ángel!!, me alegro que estés de vuelta... con tu permiso me he bajado el post para explicarles a mis alumnos esa paradoja bíblica, porque además es que me he partido de risa leyéndote. ¡¡Genial de verdad!!... es que me recuerdas a los chistes del popular humorista catalán, Eugenio. ¡¡Triste realidad!!... de tan triste me dan ganas de reir, por no llorar... Un abrazo.
ResponderEliminar... ¡¡vuelves y sin avisar, anda, mira tú!!.
ResponderEliminarAsí andamos querido amigo, con grandes barcos cruzando por todas partes contaminando el mar, aviones y camiones con mercancías contaminando el aire, transportando mercancías desde los remotos confines, cosas que podríamos tener -y tenemos- ahí al lado, ¡¡¡PORQUE LES SALE MAS BARATO!!! por supuesto explotando sin sonrojo alguno a las pobres gentes bajo gobiernos corruptos y etc... y porque, claro está, la contaminación del planeta no la tienen que pagar con dinero estos desalmados patronos, les da igual.
Ya no sigo que me enciendo.
Veo que vuelves con ganas. Espero que el servus por lo menos sea bueno y te deje los zapatos como un jaspe.
Besos