Hace unos días volvióse a la carga sobre este asunto:
«El cardenal Keith O’Brien, Arzobispo de San Andrés y Edimburgo (Escocia), descarta la ordenación de mujeres. El cardenal lo justifica porque no hubo una sola mujer entre los apóstoles de Cristo.»
(Fuente: todos los medios de comunicación en papel y en digital, escuchados, hablados y leídos.)
El anterior papa, Juan Pablo II, parece que lo dejó zanjado: no se hable del tema y punto. Pero se habla, vaya que se habla. Unas personas lo hacen en voz alta, otras en voz baja, y también hay quienes lo tienen en la cabeza y no quieren o no se atreven a decirlo. Pero ahí está.
Es cosa que le zumba, porque se sale de toda razón y sentido. Y lo malo es que cuanto más se razona, más descabellada resulta esa negativa. Más que cabreo, produce risa… pero sin gracia.
No es que la Iglesia esté sujetada por manos femeninas, ni que las parroquias se tuvieran que cerrar si ellas faltaran, menos aún que fuera a estar manca o coja o sorda o ciega o muda… que eso no va a ocurrir porque las personas de sexo no masculino nunca lo consentirán. Es que es de una estupidez tan supina, que mantenerlo y defenderlo sólo describe y pone en ridículo a quien lo hace.
Los demás simplemente esperamos que esta pera se caiga del árbol por su peso (¡y pesa…!), y al fin resultará que habremos estado un tiempo muy largo, más que toda una vida, perdiéndonoslo.
El asunto así introducido, hoy presento este artículo, un poco largo, pero apetitoso para quienes estén interesandos en él. Y quienes no, pueden dejarlo tal cual, o leerlo en cualquier caso, que mal no les va a resultar.
Y advierto: digan lo que digan en Roma, en Escocia o en Madrid, si Jesús de Nazaret no llevó móvil en el bolsillo no es porque no tuviera bolsillos, sino porque aún no había nacido Graham Bell, que lo hizo, mira que es casualidad, en Edimburgo, Escocia, Reino Unido, el 3 de marzo de 1847.
Es cosa que le zumba, porque se sale de toda razón y sentido. Y lo malo es que cuanto más se razona, más descabellada resulta esa negativa. Más que cabreo, produce risa… pero sin gracia.
No es que la Iglesia esté sujetada por manos femeninas, ni que las parroquias se tuvieran que cerrar si ellas faltaran, menos aún que fuera a estar manca o coja o sorda o ciega o muda… que eso no va a ocurrir porque las personas de sexo no masculino nunca lo consentirán. Es que es de una estupidez tan supina, que mantenerlo y defenderlo sólo describe y pone en ridículo a quien lo hace.
Los demás simplemente esperamos que esta pera se caiga del árbol por su peso (¡y pesa…!), y al fin resultará que habremos estado un tiempo muy largo, más que toda una vida, perdiéndonoslo.
El asunto así introducido, hoy presento este artículo, un poco largo, pero apetitoso para quienes estén interesandos en él. Y quienes no, pueden dejarlo tal cual, o leerlo en cualquier caso, que mal no les va a resultar.
Y advierto: digan lo que digan en Roma, en Escocia o en Madrid, si Jesús de Nazaret no llevó móvil en el bolsillo no es porque no tuviera bolsillos, sino porque aún no había nacido Graham Bell, que lo hizo, mira que es casualidad, en Edimburgo, Escocia, Reino Unido, el 3 de marzo de 1847.
SOÑANDO UN FUTURO NUEVO PARA LA MUJER EN LA IGLESIA
Dada la actual situación de la mujer en la Iglesia es difícil pensar en un cambio a corto e incluso a largo plazo, pero como éste es el tema que me han pedido desarrollar en este número monográfico de Crítica he decidido que lo mejor es soñar.
Soñar es una manera de alentar el deseo y éste tiene una gran fuerza transformadora. Soñar es el primer paso para cambiar la realidad, es una manera de hacer verdad las utopías. Soñar y… empujar la historia en la dirección de lo soñado.
Los sueños no siguen un orden lógico, ni teológico. Son caóticos, espontáneos, brotan libremente del inconsciente, no se ajustan a normas establecidas, en ellos no todo encaja en lo “políticamente correcto“… Así me voy a permitir yo soñar.
Sueño una Iglesia que sea realmente una comunidad inclusiva y paritaria, donde mujeres y hombres concentremos nuestras fuerzas en hacer verdad la Buena Noticia, luchando por expulsar los “demonios” de la pobreza, la injusticia, la violencia, el sexismo, el patriarcalismo, la violación de los derechos humanos, la explotación y el tráfico sexual de mujeres y niñas, la explotación laboral, la violación como arma de guerra…
Sueño una Iglesia toda ella ministerial, en la que los ministerios no estén concentrados en manos de los sacerdotes, sino que cualquiera de ellos pueda ser ejercido, desde la llamada de Dios, el reconocimiento de la comunidad que elige y designa a las personas que están capacitadas para ello, sin ninguna discriminación sexual. Entonces podrá ser de verdad una Iglesia servicial, apasionada por todas las personas que sufren exclusión por razón de su clase, raza, sexo, orientación sexual una Iglesia cuidadora del cosmos y de toda la vida del planeta.
Sueño una Iglesia en la que los lugares de decisión y gobierno no estén condicionados por el sexo sino por la preparación, el amor y la capacidad de servir a la comunidad y de un modo prioritario a los más necesitados.
Una Iglesia donde las mujeres dejamos de ocupar los bancos como escuchadoras semi-mudas y pasantes de los cestillos, para tomar la palabra y constituirnos en sujetos activos de las celebraciones litúrgicas y sacramentales, en un servicio rotativo, igualitario, cuyo requisito no sea ser varón y clérigo, sino ser personas preparadas y dispuestas a servir así a la comunidad.
Una iglesia toda ella tan sensibilizada a la lacra de la violencia machista, que sea la primera en salir a la calle y animar a hacer lo mismo a la comunidad social, cada vez que una mujer es asesinada o maltratada.
Sueño una Iglesia donde ninguna mujer tenga que aceptar la situación clandestina de “amante secreta” de ningún clérigo, porque el celibato no sea una obligación sino una opción en libertad, separado del ejercicio del carisma sacerdotal.
Una iglesia donde las congregaciones religiosas femeninas, tengan los mismos derechos que las masculinas y no necesiten estar supervisadas, controladas ni “paternizadas” por ningún varón.
Una Iglesia que haga imposible que se digan cosas como las que dijo San Juan Crisóstomo, llamado por su elocuencia “Boca de Oro”: “Que soberana peste la mujer, ella es la causa del mal, la autora del pecado, la puerta del infierno, la fatalidad de nuestras miserias”. O como las de Tertuliano: “¿No os dais cuenta de que cada una de vosotras sois una Eva? La maldición de Dios sobre vuestro sexo sigue plenamente vigente en nuestros días. Culpables tenéis que cargar con sus infortunios. Vosotras sois la puerta del mal, vosotras violasteis el árbol sagrado fatal; vosotras fuisteis las primeras en traicionar la ley de Dios; vosotras debilitasteis con vuestras palabras zalameras al único sobre el que el mal no pudo prevalecer por la fuerza. Con toda facilidad destruisteis la imagen de Dios, a Adán. Sois la únicas que merecíais la muerte; por culpa vuestra el Hijo de Dios tuvo que morir”[1].
Sueño una iglesia donde no se considere palabra de Dios, sino palabra de varón, textos denigrantes para la mujer como las siguientes:
“El ángel que hablaba conmigo me dijo: alza los ojos y mira, ¿qué aparece?. Pregunté: ¿qué? Me contestó: Un recipiente de veinte y dos litros; así de grande es la culpa en todo el país.
Entonces se levantó la tapadera de plomo y apareció una mujer sentada dentro del recipiente. Me explicó: Es la maldad. La empujó dentro del recipiente y puso la tapa de plomo” (Zac 5,5-8)”.
Ni se vuelva a leer en ninguna liturgia otros textos, más cercanos, como los de Pablo, mandando callar a las mujeres en la Iglesia, pidiéndoles sometimiento a sus maridos, proclamando al varón cabeza de la mujer. Y si por casualidad se lean que sea para decir: “esta no es palabra de Dios y por ella no te alabamos Señor.”
Una Iglesia que recupere la memoria y reconozca que quién fue tentación no fue la mítica Eva, sino el personaje histórico Pedro a quien Jesús llamó Satanás.
Sigo soñando una Iglesia en la que –ya que nos atrevemos a imaginar y proponer imágenes de Dios antropomórficas– éstas sean fieles al mostrar la verdad de que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, de modo que nunca más se excluya de la representación de Dios el cuerpo de la mujer y su sexualidad. Que de una vez por todas el cuerpo femenino deje de ser no apto para revelar a Dios.
Una Iglesia en la que las orientaciones de moral sexual y familiar sean hechas por hombres y mujeres casados que desde su experiencia, su preparación y eficiencia puedan, de verdad, no solo orientar, sino ser testigos creíbles de aquello que proponen a los demás.
Una iglesia que tenga un lenguaje litúrgico no sexista, ni patriarcal y reconozca que Dios tiene hijos e hijas, hermanas y hermanos…y donde no ocurra, lo que acontece ahora tantas veces, que en una liturgia donde prácticamente sólo hay mujeres, la persona que presida la Eucaristía, las invisibiliza en su lenguaje y se dirige al público todo el tiempo en masculino.
Una Iglesia que se tome en serio y sepa respetar no sólo la teología que elaboran los teólogos sino también la que elaboran las teólogas, y por tanto sea paritaria la presencia de mujeres y hombres en las facultades de teología y en los centros de formación sacerdotales y laicales. Aunque, pensándolo bien quizás lo ideal es que desaparecieran el dualismo clerical/laical.
Sueño y sueño y no dejo de soñar… una comunidad eclesial fiel a Jesús de Nazaret. Él hizo verdad una comunidad de iguales, sin exclusión alguna, no estructuró su grupo de seguidores y seguidoras desde el orden patriarcal dominante, sino como una familia de iguales, sin relaciones de poder jerarquizado. Lo expresó muy claro: llamándolos amigos y no siervos (Jn 15,15), pidiéndonos que no llamásemos padre, ni maestro a nadie más que a Dios, porque todos los demás somos hermanos y hermanas (Mt 23, 8-10). Hizo visible la comunidad que quería lavando los pies a los suyos y diciéndole a Pedro que si no entendía ese gesto suyo no podía formar parte de la nueva familia (Jn 13,6-8).
Sueño una iglesia que, como Jesús, cambie radicalmente la mirada sobre las mujeres y visibilice de un modo nuevo nuestros cuerpos[2]:
No como objetos sino como sujetos autónomos y libres.
No como reproductoras sino como constructoras de la Historia de Salvación, del Reino de Dios.
No como cuerpos tentadores sino como amigas entrañables suyas, como quienes “aman mucho”, “tienen mucha fe”.
No como inferiores en nada sino como iguales en todo: en dignidad, derechos, deberes, tareas en su comunidad.
No para estar detrás y debajo de nadie sino junto a, al lado de… construyendo la historia.
No como ignorantes que nada tienen que decir sino como “maestras” de las que Jesús aprendió
No lejos de los espacios significativos sino dentro de la comunidad, ejerciendo los mismos roles y funciones que los varones.
No dentro del hogar sino donde la vida nos cite, donde Dios nos llame, en la vida, en la historia, en la plaza publica, en todos los ministerios eclesiales También, por supuesto, en el hogar compartiendo tareas y cuidados con los varones.
No como imposibilitadas para mostrar el rostro de Dios sino como revelación suya.
Es hora de despertar y no quiero. No quiero encontrarme con la realidad que ahora vivimos las mujeres en la Iglesia…, pero es preciso despertar, levantarnos, liberarnos de nuestros encorvamientos ancestrales, arriesgar a tocar lo prohibido por leyes y preceptos patriarcales…, es preciso unirnos, trabajar al unísono mujeres y hombres para ir empujando este Iglesia nuestra, santa y pecadora, fiel e infiel en la dirección del sueño de Dios: una comunidad de hijas/os, hermanas/os.
Es cierto que hay señales de esperanza, pequeñas semillas de mostaza, que con mucho esfuerzo y con la fuerza de la Ruah (el aliento de Dios), hemos ido sembrando muchas mujeres en la Iglesia, junto a algunos varones que nos ayuden en esta tarea. Aun son muy pequeñas pero, como toda esperanza evangélica, comienzan a crecer desde abajo y poco a poco. Así, como Jesús también soñó, se hará un gran árbol donde todas y todos podamos hacer verdad una Iglesia nueva.
En esta hermosa y ardua tarea todos y todas necesitamos convertirnos a la Buena Noticia del Reino y su llamada a creer en ella y a hacerla verdad en nuestro mundo y en nuestra Iglesia.
Emma Martínez Ocaña.
[1] Tertuliano, De cultu feminarum. El adorno de las mujeres, Traducción de Virginia Alfro Bech y Victoria Eugenia Rodríguez Martín, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Málaga 2001, 343.
[2] He desarrollado este tema en MARTÍNEZ OCAÑA. E. Cuerpo Espiritual, Narcea, Madrid 2008.
* * * * *
Esta muchacha, dicho en términos coloquiales, tiene página Web así de sencillita: http://www.emmamartinezocana.com/, (es el estilo que me gusta, nombre completo y apellidos todos, sin letras clave ni números simbólicos) y si vais allá veréis que tiene mucha enjundia, jucundia y facundia.
Bien cierto Miguel Angel y muy buen blog el de Emma. Pero obras son amores, y cuando uno se declara en rebeldía absoluta con las formas obsoletas tanto a nivel social como religioso; mientras la sociedad está demandando otro tipo de consuelo y siente que se está desmoronando, (y es algo que está ocurriendo, no nos engañemos) a estas alturas necesitamos menos dogma y más amor, buen amor. Para ello no hace falta mas que intención y acción. Las etiquetas para quien las necesite, la mayoría de los seres humanos solo necesitamos algo muy muy importante, empatía y comprensión, el amor viene por añadidura y el buen ejemplo lo culmina.
ResponderEliminarLa iglesia, tal y como la conocemos caerá, al igual que muchas otras estructuras sociales y con un poco de suerte y una población mundial muy mermada, por pura necesidad de supervivencia, QUIZÁS entonces, suenen campanas de gloria. Para entonces la cuestión de las mujeres formando parte activa de la iglesia puede que haya sido relegado a una mera anécdota, porque no volverá a ser la que conocemos. Ojala me equivoque, sería un placer. Un abrazo y buenas noches, pero buenas buenas, con sanos ronquidos incluidos.
Con la cerrazón y la cortedad incrustada de siglos...esto es un sueño imposible...si la Iglesia no avanza todo quedará en agua de borrajas....y mira que avanza poco, y menos de cara a la galeria porque detrás del muro hay mucho lanzado, ¡¡vaya lo que sale!!....mas vale no hablar.
ResponderEliminarEl escrito encierra ilusíón y esperanza,utopía si se espera respuesta.
Es una triste pena, pero mi generación no creo que vea ningún cambio...
Voy a ser grosera: habia un chiste que decia: la mujer...para el campanazo...debajo de la sotana y no digo con qué...si la sotana fuera de bronce...¡¡ay madre!!
Miguel Angel...me hago resposable de la groseria, en tu blog.
emejota, me alegro por coincidir contigo en que Emma y su Web merece la pena. En el resto ya no tanto. Lo que tú llamas dogma va unido a lo que tú llamas amor, o viceversa. Del amor a palo seco ya se ha dicho todo hasta convertirla en una palabra vacía, que todo el mundo usa pero nadie está dispuesto a asumir comprometiéndose (vaya por dios, ya metí un gerundio donde no debía).
ResponderEliminarY el dogma le da la consistencia que le hace realidad. Fe y caridad, caridad y fe, y no hay vuelta de hoja, para que podamos vivir con y en esperanza. Yo lo veo así, no puedo decir otra cosa.
Del futuro, ya no sé, sólo confío. Si existen personas que adivinan el futuro, al menos hasta ahora no han acertado con el final de la Iglesia. Tal vez hicieron mal los cálculos.
Un abrazo. Y los ronquidos en mi casa los pone Berto, pero son tan cálidos que no nos impiden al resto el sueño.
Anna, venga ya, tu generación ha visto mucho cambio, no me hagas recordar mi infancia y la tuya. Y seguirá habiéndolo, aunque el ritmo se haga exasperantemente lento en según qué cosas, porque en otras nadie va tan rápido como lo hace la Iglesia, que también lo es en esas cosas que todos sabemos. Si quieres voy y cito: Haití, África entera, Pakistán…
ResponderEliminarEl chiste lo pones tú, pero no refleja la realidad, sólo hace reír a quien ya tenía intención de hacerlo. Sabes perfectamente que hace referencia a un porcentaje tan pequeño que no tiene comparanza con lo que ocurre en el resto de la sociedad. Aún así no es justificable, hay que decirlo bien alto y desaprobarlo, y también aceptar las críticas que se hagan, pero sin exagerar.
La Iglesia ¿avanza?...a ritmo de tortuga reumatica y asmatica....
ResponderEliminarLa Iglesia es la Institución más obsoleta que hay hoy en dia...
Que los curas vayan sin sotana, ni siquiera sin clerigman...eso no es....A que te refieres con Haití y Africa...pobrecitos dejados de la mano de Dios...¿que ha salido de las arcas de la Iglesia para esas gentes?...bálsamos de palabreria, de fé, de resignación...pero obras son amores y no buenas razones....¡¡ay,ay¡¡ que me rebelo...¡¡tanto que creí en ella!!....
Solo admiro a los misioneros que estan en primera linea...los otros los veo igual que siempre bajo palio e intocables...que no intachables....
¿Sabes que va a costar la visita de su SSSSSSSSdaddddd el PAPA, 3 millones de Euros...que los repartan y harán más bien....
Bueno Miguel Angel...es tarde y me voy a descansar....
No se puede hablar desde la indignación, el acaloramiento y la cólera...
Respeto a todo aquel que hace su trabajo, creyendo en su trabajo...y los hay muchos....
Cada uno opina según le va en la feria, es por ello que las opiniones escritas u habladas de buena fe son siempre respetables y sirven para identificar a quien las pronuncia. El arte del simbolismo, sin embargo, solo se manifiesta a quien está preparado para recibirlo.¿A que resuena? Será por ello que se preste a tantos malentendidos.
ResponderEliminar"Lo que tú llamas dogma va unido a lo que tú llamas amor, o viceversa. Del amor a palo seco ya se ha dicho todo hasta convertirla en una palabra vacía, que todo el mundo usa pero nadie está dispuesto a asumir".
Lo entrecomillado, tu lo has escrito, no yo, por tanto es tu mente la que lo interpreta tan tristemente, no la mia.
Bien sabes las cosazas que escribo y que se me ocurren, si cosazas, lo admito, vivas y vibrantes y emocionantes, pero claro nací con el don de soñar casi imposibles y convertirlos en realidad, a las pruebas me remito y mi trayectoria de vida lo confirma.
Ea, que va siendo hora de dormir. Algunos ademas de soñar, roncamos. ¿Le preguntaste a Berto si soñaba?, porque Zola te aseguro que lo hace y se pega unas carreras en sueños siguiendo algún gamo onírico.
Permiteme una anotacion:
ResponderEliminarLa visita de su SAntidad cuyo gasto asciende segun la Xunta de Galicia a tres-cuatro millones de euros....sin contar lo que representará de gasto para Barcelona, cuando visite la Sagrada Familia...por el operativo de seguridad y otras hierbas.......
¿sabes la estimación del coste de la visita de SS a Reino Unido ha cuanto ha ascendido? a 31 millones de "dólares", de los que al menos la mitad se cubrirán con fondos del gobierno.....
¡¡claro!!...
El Papa ha ofrecido disculpas públicas por el abuso cometido por sacerdotes católicos en varias partes del mundo y dejará muy clarito la actitud de la Iglesia Católica ante la igualdad de género y el homosexualismo.....
¿que ha dicho de nuevo?...n.a.d.a.
Miguel ....gracias por dejarme hablar de este tema en tu casa...y por publicar mis cometarios en tono polémico...
No me puedo reprimir...
He leído con mucho interés el artículo de Emma y me ha parecido espléndido, deberían haber más mujeres de este tipo dentro de la iglesia que levantaran la voz para decir todas estas verdades. Desde muy joven leía la biblia y cada página, cada párrafo está escrito por hombres, que sea palabra de Dios, lo adjudican otros hombres, pero lo cierto es que la biblia es un libro con grandes dosis de 'misoginia', y partiendo de ahí pase el tiempo que pase, la igualdad dentro de la iglesia nunca será real. Tiene entonces mérito que una mujer como Emma que para la iglesia sea una persona de segunda según la biblia intente luchar con un gran gigante que ya tiene establecidas sus directrices y sus leyes divinas.
ResponderEliminarLa sociedad está cambiando, y la iglesia no sabe qué hacer ante estos cambios. Y si la iglesia exite todavía, la historia está ahí, y no entraré en detalles porque es bastante larga y a mi modo de ver penosa.
Ante toda esta realidad lo único que queda es soñar.
Tengo una mañana pillada pero no quiero dejaros sin réplica, a bote pronto.
ResponderEliminaremejota, no me saques conclusiones con esa facilidad. He puesto un post que me ha parecido sugerente, y una referencia personal que lo es, independientemente de opiniones. El resto, en efecto, cada quien lo valora según le va en la feria. En mi vida el amor, la caridad y la esperanza va tan juntas que son una sola cosa. Y es en la Iglesia donde lo encuentro. Que lo haya en otros lugares, no lo dudo ni lo niego. Decir que en la Iglesia es el dogma, la fe, lo intragable, sólo se puede decir desde fuera, y, con perdón, desde no entender nada de nada.
Berto sueña, y también Moly, lo sé porque los he tenido dormidos junto a mí. Y yo, digo que no recuerdo, no que no sueñe. Si l@s científic@s dicen que tod@s lo hacemos, yo también estaré incluido, digo yo.
Anna, exprésate con y en libertad. No te cortes que a mí no me importa. Pero que el amor que consideras defraudado no te lleve a exageraciones y deformaciones. La realidad es tozuda, ahí está. Tal vez te invite un día, cuando puedas moverte con más facilidad, a dar una vuelta por la Iglesia catalana, y en concreto la de Barcelona. Te llevarías alguna sorpresa.
Las prisas son malas, que inducen a error o al menos a inexactitudes.
ResponderEliminaremejota, quise decir, "fe, caridad y esperanza van tan junta…", aunque supongo que ya entenderías.
Encarni, reconoce que también el la Biblia hay personajes femeninos muy fuertes, a pesar de la misoginia que se percibe a simple vista. Y yo estoy convencido de que la Iglesia en su lento caminar lo reconocerá también en lo externo. Porque ahí está, y este personaje femenino que presento es sólo exponente de una multitud.
Yo no he escrito lo que tu has entendido, ni me he referido a la iglesia de ninguna manera, tan solo afirmo que está tocando a su fin la forma en que se manifiesta oficialmente y no hace falta ser adivino para verlo venir, al igual que las consecuencias del cambio climático. Ya ves de que manera tan (no ya opuesta, que sería complementaria)sino diferente sentimos las cosas, luego con el tiempo cada vida se decanta.
ResponderEliminarLo de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (ICAR para más señas) está más claro que el agua: son una panda de intransigentes y ególatras empedernidos. Sólo modifican su actitud en función de cómo va el negocio y ¡¡NADA MÁS!!. Otra cosa son las almas de las personas -hombres y mujeres- que forman parte del "cuerpo" de la iglesia, de cualquier iglesia, son gentes de fe que creen en aquello que necesitan creer, a ell@s el mayor respeto e, incluso, admiración por seguir ahí después de tanta vileza entre los que dirigen el cotarro.
ResponderEliminarQue al final tendrán que plegarse a que las mujeres participen con mayor responsabilidad en la estructura jerárquica de la iglesia, pues quizá, cuando los seminarios estén a CERO de varones o cuando convenga tácticamente incorporarlas.
Qué dicen las sagradas escrituras de la participación de la mujer: ¡y qué más da! si fueron escritas de la forma que ya sabemos: relatos de relatos de otros relatos y más intermediarios de relatos hasta llegar a los días de hoy pasando por la revisión de los inquisidores de todos los tiempos. Me da igual lo que digan. Sólo la torpeza y la vanidad de la jerarquía de la ICAR evita deliberada y obstinadamente su incorporación total: tienen mucho miedo a muchas cosas: que sean más listas, más honestas, más sexis (¡¡dios cuántos líos de faldas habría en la curia!!! no quiero ni pensarlo, o sí), más carismáticas.... y ya está.
Misoginia encubierta pero sólo para detentar el PODER que después.... ¡qué os voy a contar que no sepáis!
Míguel, hoy me he despachado a gusto, ya sabes tú interpretarme en estos arranques de rebeldía ante la tontería de los hombres que se creen tan estupendos.
A ti te quiero, ya lo sabes pero lo repito para que se sepa.
Me alegro haber encontrado este blog, y mira por donde también está mi amiga emejota.
ResponderEliminarSi es que el mundo es un pañuelo, y ahora unos simples cables.
Saluditos amorosos (con contenido, nada de vacio).
emejota, lamento haber entendido mal tus palabras; en cuanto al diferente sentimiento sobre las cosas, eso sí lo has dicho tú. El decantarse de cada vida es personal e intransferible.
ResponderEliminarMoly ha estado más de horas en el coche esperándome, y no se ha dormido, ha estado en vela y vigilante. Tal vez haya soñado despierta. Esta tarde, durante el paseo, me lo cuenta, seguro.
Julia, plas, plas, plas… ¿Sigo?
Que me quieres y que te quiero ya lo saben tod@s, pero no está nada mal que yo lo oiga una vez más. Besos.
belijerez, sé bienvenida. Ya ves, resulta de lo más familiar esto del blog, es como un patio de vecinos o si te parece una mesa camilla donde se platica sin más complicaciones. Y si hay contenido y te lo llevas contigo, mejor que mejor.
Gratifica leerte y oirte en los términos que lo haces. Hay una Iglesia impávida, que lucha contra la historia, y otra que avanza y sintoniza con los tiempos. Prevalece la primera en la sede romana y en los purpurados que se alimentan de ella. Pero, aunque no gobierno, somos legión a quienes nos interesa la otra. Por eso reconforta saber que, pese a todo, algo se mueve. Eppur si muove, como dijo Galileo, que supo mucho de intransigencias y mezquindades.
ResponderEliminar¡¡Joer!!...¡qué calentito está el patio!... ¡¡Dios te oiga!! Miguel Ángel... me estaba acordando de la decisión que toma Pedro, en el libro de los Hechos, en el relato de Cornelio cuando tiene la visión del cielo abierto y el lienzo con animales impuros y en el sueño se le dice: "lo que Dios ha hecho puro, no lo consideres tú impuro" (Hechos 10). Es de las pocas veces en las que Pedro ejerce el poder de atar y desatar dejándose guiar por sus sueños... pues confío en que, sueños como éste tuyo no tarden en hacerse realidad... Besitos y..¡calma pueblo!, que todo llegará.
ResponderEliminarBien, bien y bien.....
ResponderEliminarAyer quise entrar pero se fue la luz y el aparato no funcionaba.
Tendrán que volver al útero de la mujer para que la semilla germine.
Tendrán que volver a la semilla auténtica de la espiritualidad para llegar al hombre. Alejarse de fanfarrias y llegarse a las catacumbas de la pobreza, el dolor, la miseria, ese es el camino.
Julia lo ha dicho todo, a mi solo me queda decir que creo en Jesús, que creo en el Hombre y en los hombres y que como otros muchos creo en esa otra iglesia, pequeña de poder y grande de hechos.
Besos para todos