Hoy ha amanecido cálido y gris. Poco movimiento y ruido escaso. El correo, vacío. Día de lavadora y de rellenar frigo y despensa. Un día más, pero lunes. Momento de poner algún aviso…
El caso es que el otro día buscando una foto que existe de mi hermano y yo, niños y en pololo yo y él en pantalón corto, encontré esta otra cosa. Se trata de un carné que me hicieron en el Clínico de San Carlos, en los madriles.
Lo creí perdido, ¡la de veces que he extraviado o me han sustraído la documentación junto con la cartera! Lo llevo siempre conmigo, como el caracol con su concha. Así pasa lo que pasa.
La foto que buscaba sigue aún disparu, pero este carné sí que está en el baúl de mis cosas, qué suerte que aún lo conserve.
El caso es que el otro día buscando una foto que existe de mi hermano y yo, niños y en pololo yo y él en pantalón corto, encontré esta otra cosa. Se trata de un carné que me hicieron en el Clínico de San Carlos, en los madriles.
Lo creí perdido, ¡la de veces que he extraviado o me han sustraído la documentación junto con la cartera! Lo llevo siempre conmigo, como el caracol con su concha. Así pasa lo que pasa.
La foto que buscaba sigue aún disparu, pero este carné sí que está en el baúl de mis cosas, qué suerte que aún lo conserve.
Desde luego que ya está superado, que ahora sólo soy AB+, que el sub 1 ya no vale, ha quedado ampliamente derogado por inútil, por inexpresivo, por ineficaz.
Tampoco la foto mía que lo acompaña vale ahora tres pimientos. Cara barbilampiña, jovenzuela ,insulsa y lela, cuello despechugado habitual, peinado al aire e impersonal, nariz tirando a superlativa…
La firma ilegible para mí, no lo será para Julita que fue la gestora del hecho en cuestión, y que su buena memoria también -si bucea un poco- identificará. ¿Qué doctor en medicina me lo ratificó?
Pongo esto a propósito de un comentario que he colocado en el blog de emejota, sobre atardeceres y otoñales edades, donde dije que mis sueños siempre me llegan despierto.
El día se va aclarando, y el sol dice aquí estoy, que es agosto y es mi tiempo. Y le dejo que alumbre y caliente, y que siga haciéndolo en otoño y en invierno, que es cuando a mí más me conviene.
El tiempo es para usarlo, del mejor modo posible. Y también para perderlo con bobadas como ésta, que no sirve para nada, pero está diciendo estás vivo, fuiste esto y lo otro, ahora sé lo que tú quieras o lo que te dejen y consientan.
Tampoco la foto mía que lo acompaña vale ahora tres pimientos. Cara barbilampiña, jovenzuela ,insulsa y lela, cuello despechugado habitual, peinado al aire e impersonal, nariz tirando a superlativa…
La firma ilegible para mí, no lo será para Julita que fue la gestora del hecho en cuestión, y que su buena memoria también -si bucea un poco- identificará. ¿Qué doctor en medicina me lo ratificó?
Pongo esto a propósito de un comentario que he colocado en el blog de emejota, sobre atardeceres y otoñales edades, donde dije que mis sueños siempre me llegan despierto.
El día se va aclarando, y el sol dice aquí estoy, que es agosto y es mi tiempo. Y le dejo que alumbre y caliente, y que siga haciéndolo en otoño y en invierno, que es cuando a mí más me conviene.
El tiempo es para usarlo, del mejor modo posible. Y también para perderlo con bobadas como ésta, que no sirve para nada, pero está diciendo estás vivo, fuiste esto y lo otro, ahora sé lo que tú quieras o lo que te dejen y consientan.
Un buen recuerdo este carné...cuando miras fotos que ya tienen un tiempo, te das cuenta de cómo se cambia...
ResponderEliminarA mi no me preocupa la imágen, antes mucho, casi diria que exageradamente, ahora lo que me preocupa es la salud, estar bien es lo único que me interesa respecto al fisico....
Dicen que quien tuvo, retuvo y a ti se te ve muy "guapito"....
Ojalá despertemos a un nuevo dia co humor y vitalidad.
Un abrazo,Sr cura.
Algo parecido debí tener en su día, lo recuerdo sin fotografía. Eso sí, de lo más vulgarcita. Donadora universal. Respecto a la imagen, bueno, como dice Anna, ahora ya salud y humor, a lo cual añadiría energía para escribir en estos nuestros blogs. Un abrazo.
ResponderEliminarYo también, sí señor, también era donante, pero humildísima, que toda mi familia era medio vasca menos yo...
ResponderEliminarY carnets tengo unos cuantos, algunos para esconder...
Pero, que nos quiten lo bailado. Y ese otono invierno que nos llega, que sea como hasta ahora, blogs incluídos.
Cuando aparecen entre los cajones olvidados fotografías y otros recuerdos de hace tiempo es como encontrar un tesoro, eso me sucede a mí, me parece muy valioso encontrar algo del pasado, y es entonces cuando comienza la mente a retroceder en el tiempo y a hacer comparaciones, o a sentirnos nostálgicos por las personas que ya no aparecen en las fotos, así como a pensar, antes era así de joven, ahora soy asá de mayor, pero antes no había vivido estos años, y ahora en cambio, tengo la experiencia vivida.
ResponderEliminarMe gusta mucho esta entrada, por eso quise, dedicarla más tiempo para leerla y para comentar.
Conserva esta joya, porque tienes un tesoro, Miguel Angel.
Un saludo.
Anna, cuando extravié o me birlaron la mariconera con todo ello dentro, lo que más sentí no fueron las pelas ni repetir toda la documentación, que ya es carga, sino haber perdido este carné, que tengo en gran aprecio. No se trata de un carné de donante, sino únicamente de tipo sanguíneo que hacían entonces en el Clínico para llevar encima por si las moscas. Donante empecé a serlo en 1981, y ese carné sí que desapareció sin dejar rastro. Ahora tengo uno magnético que parece una tarjeta de crédito.
ResponderEliminarEn cuanto a la cara, no te creas, ni siquiera resultona.
emejota, ya ves tú que todo es relativo en esta vida; siempre fui receptor casi universal, pero ahora soy dador también casi universal. Cambie a aféresis y me llaman cada dos meses para sentarme en el potro del tormento. Vueltas que da la vida.
mariajesús, también yo tuve un porrón; algunos salieron a la luz junto con éste, pero no es plan de poner el carné del comedor de la universitaria, el de la biblioteca de la ponti, el del metro, etc. Tengo dos que a lo mejor los cuelgo un día, porque anda por ahí alguien tocándome las narices con que si soy socio reciente de las asociaciones de vecinos, que en cada barrio hay una. ¡Si soy socio fundador de ambas!
Además ¿también vasca? Chica, ¿te falta algo?
María, soy un auténtico desastre, guardo las cosas más extrañas: tornillos que encuentro por la calle, herramientas viejas junto con las nuevas, apuntes de ni se sabe cuándo, fotos de aquí y de allá, libros que nunca abrí y otros que no llegué a terminar… pero en un auténtico desorden. Así que si voy a por un clavo puede salirme una linterna, o si busco una camisa igual agarro los papeles de la última declaración de hacienda.
De modo que te preocupes por esto, que yo no tiro nada. La basura, cuando huele.
Queridísimo Míguel me acuerdo como si fuera ayer la tarde en que te hicimos el grupo sanguíneo en el servicio de Hemoterapia. Yo escribí tu tarjeta e hice su ficha correspondiente que en algún lugar perdurará (si no se lo han cargado todo como suele pasar más a menudo de lo deseable -¡pierden hasta cateterismos, no te digo más!-, la firma es del Dr. Gallardo (jubilado ya hace un ratito) que era el médico del turno de tarde.
ResponderEliminarMe reconozco en tu tarjeta, y tengo también la mía, O Negativo, donante universal, pero aún no he dado el paso, tengo terror a las agujas en las venas.
Me ha encantado que no se te haya extraviado y que la conserves. La foto es tal y como eras, así te recuerdo. La fecha parece que pretendiera ser un "regalo" de cumpleaños un poco atrasado ¿no? o sería pura coincidencia, de eso no me acuerdo.
¡Ah! y no es una bobada, forma parte de nuestra memoria -tuya y mía en este caso- y eso es estupendo o incluso "guay".
Te quiero , besos.