Llegaron personas

Queríamos un joven, soltero, centroafricano, musulmán no practicante, para la agricultura de primor española o italiana; una mujer de mediana edad, con cargas familiares en origen, de tez clara, y católica practicante para el servicio doméstico; peones, sin familia, que vivan en las obras donde trabajan, y dispuestos a la movilidad continua de tajo en tajo, para la construcción; mujeres y hombres sin horario laboral para la hostelería, la limpieza industrial y el comercio; conductores incansables para el transporte y la distribución de mercancías; mujeres jóvenes y con formación sanitaria para las residencias de tercera edad..., todos ellos dispuestos a cobrar un 40% menos que la media, porque se reconocen menos productivos, que accedan sin condiciones previas a su puesto de trabajo, y que, en la medida en que puedan, se hagan invisibles en lo cotidiano... pero llegaron personas.

10 comentarios:

  1. Acabo de leer esta carta en el periódico y enviársela a mi hermana Laura con un comentario de esperanza en el género humano. Menos mal, parece que hay conciencias despiertas en otros puntos de la piel de toro.

    Me congratulo de leer lo mismo que tú Míguel y de resaltar aquello que nos tiene más que sensibilizados, nos tiene afectados en nuestra esencia de seres humanos.

    Besos y abrazos

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  2. Que llegaron, ¿qué? ¿Personas? "Personne", en francés significa "nadie". En los demás idiomas adaptamos el significado. Seamos realistas: regresamos a finales del siglo XIX, una persona no es más que un elemento que introduce valor añadido en el sistema de producción. La vida en si misma no vale nada si no se es capaz de producir bienes.
    Pues mira por dónde que yo creo que esto se acaba porque no somos capaces de se tan inútiles como la poesía o el amor.

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  3. VIVA LA GENTE, LA HAY DONDE QUIERA QUE VAS, VIVA LA GENTE, ES LO QUE NOS GUSTA MAS...GENTE A FAVOR DE GENTE EN CADA PUEBLO Y NACION...
    GENTE CON CORAZÓN.
    Sería posible? SEGURO QUE SÍ.
    Saludos.
    Por cierto, somos de aquí y unos cuantos.

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  4. La persona como mercancía, como moneda de cambio, como objeto de usar y tirar. Tanto hemos avanzado en tecnología que los derechos humanos han quedado relegados a los inicios de la Revolución industrial cuando no al esclavismo más infame. Llegan personas, naturalmente, pero no se las ve como tales, sino como herramientas a las que se valora mientras sirven para aquello que se les encomienda. Acabado el uso, llega la liquidación. Atroz, pero real como la vida misma.

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  5. Miguel Ángel, no se podía hacer un retrato más exacto de la realidad de nuestro mundo rico, injusto, cruel, egoista y deshumanizado. Queremos personas para usar y tirar cuando ya no las necesitemos.

    Pero la realidad es muy terca y estas personas que llegan con toda su humanidad, nos evangelizarán y no están dando muestra de la gran categoría moral que en nuestra sociedad del bienestar estamos olvidando. La gente inmigrante que conozco me están enseñando unos valores extraordinarios.

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  6. quise decir "nos están dando muestra"

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  7. Queríamos herramientas. Punto. De noche se recogen, de día se usan y están calladas y no se quejan de nada. Cuando ya no sirve se las tira. Punto. Pero resulta que no eran herramientas, eran personas. Pero, mira, no éramos nosotros, todos nosotros los que queríamos eso, eran ellos, los que dominan la economia por encima de nosotros.

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  8. Suscribo totalmente el comentario de Clares.
    Un saludo.

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  9. Si pedíamos...
    Y llegaron, con su carga de recuerdos dejados en su tierra, comprobamos que tenían sentimientos, que eran buenas personas, cumplidoras de su trabajo.
    Sin embargo, en lo referente al "jornal", se les podía dar un poco menos, seguros que ellos no protestarían.
    ¡Doloroso!.

    Muchos besos.

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  10. ¡¡¡Llegaron personas!!!

    ¡Pues claro que sí, qué otra cosa sino personas!

    No seas malo, Juan, que ya verás lo poco que tardamos en ser perfectamente inútiles: las máquinas lo harán todo, incluso la poesía. En cuanto al amor, ya tanto no sé.

    Gracias a todos, Julia, Somos de aquí, Fernando, Clares, Izara, María Luisa, Ana y los silenciosos, por visitar este lugar.

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