Ya
se hacía esperar. La tardona nieve por fin se acercó a esta ciudad. No
estábamos quedando en solitario, farolillo rojo en la carrera nival.
¡Salvados
por la campana!
por la campana!
No caía en abundancia, pero lo suficiente como para notarse los copos contra el negro de la noche y por encima de la abundancia del alumbrado municipal y hospitalario.
Pero ya se había adelantado Abraham. Llegó justo al despuntar el día; eran las 0 horas y 35 minutos, del día de autos, 10 de enero de presente año del Señor, 2010. Antes de que los gallos cantaran ya estaba él dando que hacer.
Es un adelantado. Sus papás le esperaban a partir del día 17. Pero él, jubiloso, borró del mapa una semana entera y les sorprendió justo en la madrugada.
Mariamma, su mamá,-ésta sí que es María-, no necesitó el calor de bueyes ni mulas. Allí estaba un servidor, dispuesto a lo que fuera. Tengo pelo de dehesa.
Ficha
del personaje: Estatura, normal. Color del pelo, normal. Número de pie,
normal. Color de ojos, normal. Ombligo, normal. Sexo, normal. Peso,
normal: 3,430 Kgs.
María, digo Mariamma, feliz, ya relajada, sonríe. Maternidad.
Lo dicho. Navidad. Los Reyes se han portado. ¡Bien por ellos!
Pero, ¿qué me decís de María, José, la mula y el buey?
¡¡¡Maravilla de maravillas!!!
ResponderEliminar¡¡¡Maravilla de maravillas!!!
ResponderEliminarNo se que ha pasado, se me ha ido el mensaje.
ResponderEliminarBueno y bueno Míguel, estarás contento, el niño, la nieve...
¿Sabes aquello de año de nieves, año de bienes?
Felicidades a tutiplen.
:)
ResponderEliminarUn enorme abrazo...!
Qué bien!! un regalazo, sí señor. Se os ve a todos estupendos, felices. ¡¡¡Enhorabuena!!!. Larga y próspera vida para Ibrahima y su familia, toda, la natural y la supernatural (o sobrenatural, tú dirás).
ResponderEliminarEstás muy propio, ¿lo ves? no es preciso ser su papito, ser su abuelito es fantástico ¿o no?; ya tienes la cara que toca: ¡¡se te cae la baba!! (con razón ¿eh?)
Y tú con tus ironías ¿el buey serías tú por ventura? Ya te vale con tu afán navideño sin par.
Abrazos para todos y enhorabuenas también.
Estoy emocionada. Es tu nietecito, en realidad. Y qué bonito es, todo él normal y precioso, rellenito, es una lindura de nene. Enhorabuena a la feliz madre, enhorabuena al entusiasmado padre, enhorabuena a los abuelos felices, y enhorabuena a él que viene a este mundo, donde esperamos ofrecerle sólo cosas buenas. No hacía falta en este caso mula ni buey, pero puedes acercarle a Gumi y a Berto, a ver qué dicen. Besicos a toda la familia feliz.
ResponderEliminarY la nieve, encima la nieve. Aquí finalmente no ha nevado, pero aún tenemos esperanzas. Por cierto, la música preciosa.
ResponderEliminarMe parece que este Abraham viene a redimir al Abraham primigenio y a todos sus descendientes. Yo creo en este Abraham.
ResponderEliminarUn abrazo.
El Aleluya es ya el no va más!! Qué bonito queda para acompañar al magnífico acontecimiento, es un subrayado de lujo que le viene al pelo.
ResponderEliminar(en lo de la música no hay quien te tosa)
Besos
Gracias, Laura, Cornelius, Julia, Clares y Juan, por vuestra visita y felicitación.
ResponderEliminarRealmente, no sólo metafórica ni poéticamente, yo represento al buey, que estoy ahí por casualidad. Más bien por lotería, porque el billete sí que lo tenía en el bolsillo. Y salió mi número del bombo, y ya está.
Ya he transmitido vuestras enhorabuenas a los padres reales, que son quienes todo el mérito. Le han echado coraje, os lo aseguro. Como dice el refrán, “ayúdate, y te ayudarán”. Y si no lo dice, debería decirlo.
Gumi y Berto no valen, Clares. Son menores de doce años y no les dejan entrar en maternidad. Debe ser que en los hospitales del Sacyl han clasificado estos temas como gravemente peligrosos para la moral de nuestra infancia. Moli sí habría valido, pero para mula no vale y pasar por buey resultaría poco convincente.
El Mesías y su Aleluya se me ocurrió a última hora, y resultó acertado. Gracias, Julita, por hacerlo patente.
En efecto, Juan, ojalá Abraham nos redima a todos los que descendemos de aquel venerable patriarca. Falta nos hace, que por mucho que nos las demos de pueblos elegidos, las hecho “armado como amancio”; está la tierra toda aturdida de nuestras insensateces. Este niño y todos los demás recién nacidos son semilla de esperanza.
Miguel Ángel-
ResponderEliminarCon que arrobamiento lo miras...
No hay nada más hermoso que un niño/a recien nacido.
Es tan frágil, tan dependiente de nosotros, necesita tan ternura...
Enhorabuena a los padres y un besico muy tierno para Abraham.
Para ti lo que quieras, tienes una cara de felicidad.
¡Lo miramos como miran los abuelos/as a sus nietos!.
Lo vamos a quererrrrrrrr.
¿Cómo quieres que lo mire, si parece que mis brazos son su cuna natural?
ResponderEliminarNo te creas, María Luisa, que me atreví yo a cogerlo, no. Fue su madre la que nada más entrar me lo puso encima, así, ten, y yo, claro, lo cogí. Pero con miedo, sí con miedo, de que se me fuera a caer o a romper si apretaba.
Luego ya vi que no, que tener un niño en los brazos es tan natural como la vida misma.
El otro día, ya en su casa, lo tuve más de media hora cogido como si fuera mío. Debe ser cosa de la cultura africana, que aquí en mi tierra nunca me había pasado. Debe ser que las mujeres europeas son más posesivas. Digo yo.