Manifiesto por la Solidaridad. 1º Aniversario

Tengo la convicción de que la vida humana no consiste más que en dos pretensiones: alcanzar la felicidad y acabar con el mal. Lo que no sé es si es por este orden o al revés; incluso si no se trata de uno y lo mismo.

Ante el mal caben tres actitudes:

1ª. Aliarse con él.
2ª. Someterse a él.
3ª. Luchar contra él.

Gandhi, y como él otras y otros, luchó contra él de la única manera que el mal puede combatirse: resistencia pasiva, lucha no violenta, amor libre de odio…

Al mal siempre le vemos ganar, pero es una victoria aparente, es sólo una batalla más a su favor; la guerra no ha llegado a su final, y el resultado total es lo que cuenta. Está clarísimo, no tiene futuro, será derrotado de todas todas.

Por eso recordamos a estas personas que no cedieron y que siguen marcando la dirección correcta de lo que debiera ser empeño de todos los seres humanos.

No basta gritar: “Seamos realistas, pidamos lo imposible”.

Sino: “Hagamos lo imposible para que sea realidad”.

[Hace un año, varios miles de bloggeros nos unimos de manera extraña por un único motivo: lanzar al ciberespacio un grito contra el hambre que mata a una parte de la humanidad de nuestro tiempo. Individualmente nunca hubiéramos conseguido chillar tan fuerte. El hambre sigue siendo una de la manifestaciones del mal contra el que no tenemos otra cosa que luchar. Cada quien lo estará haciendo a su manera, pero juntos decidimos publicar este manifiesto que, hoy, un año después, volvemos a publicar. Reconocemos la ingente muchedumbre de personas que están involucradas en esta misma tarea desde diversas y múltiples opciones. Con ellas y junto a ellas, también nosotros queremos poner este pequeño grano de arena, conscientes de que las palabras solas no sirven casi de nada, pero, y hay un pero, tampoco son del todo inútiles si llegan adonde tienen que llegar, y allá son recibidas por corazones bien dispuestos.]

* * * * * * *



MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD

QUIENES SOMOS:

Los que suscribimos este manifiesto somos ciudadanos en el pleno uso de nuestros derechos civiles, y titulares de la soberanía popular, de la cual emanan los poderes del Estado.

Los firmantes nos dirigimos a todos los ciudadanos del mundo, conocedores de la situación de pobreza, hambre y enfermedad en la que se encuentra gran parte de la población humana en un momento histórico, como el actual, en el que se disponen de los suficientes medios políticos, económicos y científicos que pudieran solucionar estos problemas.

Este manifiesto tiene vocación de universalidad, y va dirigido a toda la humanidad, a cada ser humano que habita el planeta, para que tome conciencia de la terrible situación a la que se enfrentan millones de personas y de alguna manera actúe en consecuencia para terminar con esta insostenible situación. Por ello la versión original en español será traducida a diversas lenguas, pues nuestro propósito consiste en hacer oír la voz de la opinión pública en los lugares en las que se toman las decisiones políticas y económicas del mundo.

A QUIÉN NOS DIRIGIMOS:

Nos dirigimos a la clase política gobernante de nuestros países; así como a los más altos mandatarios de las Organizaciones Internacionales, tales como la Organización de las Naciones Unidas, y a los Presidentes y Gobiernos de los países más poderosos económicamente de la Tierra.

LES MANIFESTAMOS:

1.- Que este texto tiene su origen en la constatación de la extrema situación de necesidad y de hambre que sufre una gran parte de la población de la Tierra y en el desigual e injusto reparto de bienes que existe actualmente en el mundo. Entendemos que la ecuanimidad y la armonía en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, por lo cual es inadmisible que una gran parte de la población mundial tenga que enfrentarse a una realidad tan precaria, a tal grado de injusticia y desigualdad, a tanta hambre, pobreza y desnutrición.

2.- Que consideramos que dicha situación es intrínsecamente perversa y no admisible ni moral ni éticamente, dado que todos los seres humanos nacen libres e iguales. Igualmente, tenemos presente que todos los ciudadanos del mundo tienen esos derechos desde el mismo instante de su nacimiento y no como una promesa futura cuya conquista dependa de la realidad política, social o económica de sus países.

3.- Que defendemos que es completamente injusto, inmoral y un crimen humanitario punible ante los tribunales internacionales y la Historia que, en pleno Siglo XXI, existan seres humanos que pasen hambre en el mundo, y que mueran por ello. Que es un agravante de ese crimen que, existiendo las leyes internacionales suficientes, así como los medios técnicos, económicos y científicos para corregir dicha situación, los que ejercen el poder en el mundo no lleven a cabo las acciones necesarias para solucionar lo que generaciones futuras calificarán de verdadero genocidio en el que serán culpables todos aquellos que, teniendo los medios para solucionar el problema, no los hayan empleado.

4.- Que consideramos que esta injusta situación es contraria al Derecho Natural, a los Derechos Humanos y a las normas de la más elemental ética, y entendemos que ha llegado el momento de que la voz de la opinión pública exija de sus gobernantes el final de tal estado de cosas.

5.- Que el presente manifiesto no es un manifiesto utópico; y que tampoco es un manifiesto político, ni se pretende con el mismo la instauración de un nuevo orden político o socio-económico mundial, ni ningún menoscabo del tejido empresarial, sanitario y social del mundo desarrollado, sino la más elemental justicia con los desfavorecidos.

POR TODO ELLO, EXIGIMOS A NUESTROS GOBERNANTES:

1.- La adopción de medidas inmediatas y urgentes para paliar tal situación de hambre, enfermedad y desnutrición en el tercer mundo. Consideramos que tales medidas no constituyen una utopía, sino que son perfectamente viables y posibles.

2.- Mantener el compromiso de cumplir los Objetivos del Milenio que, establecidos por Naciones Unidas en el año 2000, definen los principios a los que ha de ajustarse la actuación de los países y del sistema económico internacional para superar, con el horizonte fijado en 2015, las injusticias que aquejan a la humanidad.

3.- La realización de acciones solidarias sistemáticas con los países más desfavorecidos y que se establezca un orden lógico y humano de prioridades en la política económica, con proyectos inteligentes que creen riqueza y puestos de trabajo en los países afectados, facilitando un desarrollo sostenible y un progreso que les ayude a la consolidación de una red sanitaria, económica y social estable que haga posible el retorno a una situación de partida igualitaria.

4.- Que se tomen las medidas necesarias para que los países ricos destinen una parte de sus presupuestos a la creación de riqueza, de empresas y de fuentes de trabajo en los países afectados; así como la adopción de un acuerdo internacional, que debería subscribirse en la ONU de obligado cumplimiento para los países desarrollados.

5.- La implantación de un código ético que regule la estrategia de las empresas multinacionales, así como la eliminación de los paraísos fiscales y la aplicación de la tasa Tobin, ú otra similar, a las transacciones comerciales internacionales, que permita crear un fondo de solidaridad gestionado por Naciones Unidas.

6.- No aceptaremos simples declaraciones de principios que no se traduzcan en políticas concretas. En definitiva, APELAMOS al sentido de la generosidad y humanidad de todos, y fundamentalmente de la clase política internacional económicamente poderosa.

Desde la tierra que espera y cree firmemente en la Solidaridad que construya un mundo mejor y más justo, a 30 de enero de 2009"



MANIFESTE POUR LA SOLIDARITÉ

QUI SOMMES-NOUS:

Les adhérents à ce manifeste sommes des citoyens en plein usage de nos droits civils et titulaires de la souveraineté populaire, de laquelle émanent les pouvoirs de l'État.

Les signataires nous nous adressons à tous les citoyens du monde, informés de la situation de pauvreté, de famine et de maladie dans laquelle se trouve une grande partie de la population humaine dans un moment historique, comme l'actuel, où l'on dispose des moyens suffisants tant dans les domaines politiques, économiques et scientifiques qui pourraient résoudre ces problèmes.

Ce manifeste a une vocation d'universalité et s'adresse à l'humanité entière, à chaque être humain qui habite cette planète afin qu'il prenne conscience de la terrible situation à laquelle sont confrontés des millions de personnes et d'une certaine façon agisse en conséquence pour mettre fin à cette situation. Pour ce faire la version originale en espagnol sera traduite en diverses langues, car notre intention est de faire entendre la voix de l'opinion publique jusqu'aux lieux où se prennent les décisions politiques et économiques concernant le monde.

Á QUI NOUS NOUS ADRESSONS:

Nous nous adressons à la classe politique gouvernante de nos pays, ainsi qu'aux plus hauts mandataires Des Organisations Internationales, telles que l'Organisation des Nations Unies, et aux Présidents et Gouvernements des pays les plus puissants, économiquement parlant, de la Terre.

NOUS LEUR MANIFESTONS :

1.- Que ce texte émane de la constatation de la situation extrême de besoin et de famine que souffre une grande partie de la population de la Terre et de l'injuste distribution des biens existants aujourd'hui dans le monde. Nous entendons que l'impartialité et l'harmonie dans le monde ont pour base la reconnaissance de la dignité intrinsèque et des droits égaux et inaliénables de tous les membres de la famille humaine, raison pour laquelle il est inadmissible qu'une grande partie de la population mondiale doive affronter une réalité si précaire, à un degré tel d'injustice et d'inégalité, à tant de famine, de pauvreté et de dénutrition.

2.- Que nous considérons que dite situation est de façon inhérente perverse et inadmissible ni moralement ni éthiquement, étant donné que tous les êtres humains naissent libres et égaux .De la même manière, nous n'oublions pas que tous les citoyens du monde ont ces droits dès leur naissance et non comme une promesse future dont la conquête dépend de la réalité politique, sociale et économique de leurs pays.

3.-Que nous défendons qu'il est absolument injuste, immoral et un crime humanitaire punissable devant les tribunaux internationaux et l'Histoire que, en plein XXI ème Siècle, existent des êtres humains qui souffrent de faim dans le monde et qui en meurent. Que c'est une circonstance aggravante de ce crime qu'existant les lois internationales suffisantes, ainsi que les moyens techniques, économiques et scientifiques pour corriger cette situation, ceux qui exercent le pouvoir dans le monde ne réalisent les actions nécessaires pour résoudre ce que les futures générations qualifieront d'authentique génocide dont seront coupables tous ceux qui tout en ayant les moyens pour résoudre ce problème ne les auront pas utilisés.

4.- Que nous considérons que cette situation injuste est contraire au Droit Naturel, aux Droits Humains et aux règles de l'éthique la plus élémentaire et nous pensons que le moment est venu que la voix de l'opinion publique exige de ses dirigeants la fin d'un tel état des choses.

5.- Que ce présent manifeste n'est pas un manifeste utopique; ni un manifeste politique, ni nous prétendons avec ceci l'instauration d'un nouvel ordre politique ou socio-économique mondial, ni aucun discrédit des réseaux entreprise, sanitaire et social du monde développé, sinon la justice la plus élémentaire envers les plus démunis.

POUR TOUTES CES RAISONS , NOUS EXIGEONS DE NOS DIRIGEANTS:

1.- L'adoption de mesures immédiates et urgentes pour mettre fin à la situation de famine, de maladie et dénutrition dans le Tiers-Monde. Nous considérons que de telles mesures ne constituent pas une utopie, sinon qu'elles sont parfaitement viables et possibles.

2.- Maintenir le compromis de remplir les Objectifs du Millénaire qui, établis par les Nations Unies en 2000, définissent les principes sur lesquels doit s'adapter la conduite des pays et du système économique international pour surmonter, avec comme horizon 2015, les injustices dont souffrent l'humanité.

3.- La réalisation d'actes solidaires systématiques envers les pays les plus démunis et que s'établisse un ordre logique et humain de priorités en politique économique, avec des projets intelligents qui créent richesse et emploi dans les pays affectés, facilitant un développement soutenable et un progrès qui les aide à consolider un réseau sanitaire, économique et social stable qui rende possible le retour à une situation de départ égalitaire.

4.- Que les mesures nécessaires soient prises afin que les pays riches destinent une part de leurs budgets à la création de richesse et d'entreprises et de sources de travail dans les pays affectés ; ainsi que l'adoption d'un accord international qui devrait se souscrire à la ONU et d'application obligatoire de la part des pays développés.

5.- l'implantation d'un code éthique qui contrôle la stratégie des entreprises multinationales, ainsi que l'élimination des paradis fiscaux et l'application de la taxe Tobin, ou une autre de semblable quand aux transactions commerciales internationales qui permette de créer un fonds de solidarité géré par les Nations Unies.

6.- Nous n'accepterons pas de simples déclarations de principes qui ne se traduisent en politiques concrètes. En définitive, NOUS FAISONS APPEL au sens de la générosité et de l'humanité de tous et fondamentalement de la classe politique internationale, économiquement puissante.

Depuis la Terre qui espère et croit fermement en la Solidarité qui puisse construire un monde meilleur et plus juste, le 30 janvier 2009.


MANIFESTO ON BEHALF OF SOLIDARITY.

WHO WE ARE:

We, the endorsers of this Manifesto, are citizens on total use of our civil rights and holders of popular sovereignty, from where State Powers are emanated.

We, the signers, aware of the situation of poverty, hunger and illness in which great part of the human population lives despite being in a historical moment, as the current one, where sufficient political, economical and scientific means are available so as to solve these problems, address to all world citizens.

This public declaration is a universal calling which heads for the whole humanity, to each human being that inhabits this planet, for them to become aware for the terrible situation that millions of people have to face and, somehow, to encourage them to act accordingly, to bring to an end this unsustainable situation. This is why the original version in Spanish will be translated to different languages, since our intention is that the public opinion´s voice is heard in those places where political and economical decisions are adopted.

WHOM DO WE ADDRESS TO?:

We address to all the politicians who rule our countries; as well as to the highest heads of International Organizations, such as The United Nations, and to presidents and governments of the richest and most powerful countries of the world.

WE DECLARE:

1.- That this text has its origin in the certain fact of the extreme situation of the needs and hunger a big part of the world’s population suffers and in the current unequal and unfair distribution of the properties existing in the earth. We understand that the equanimity and the harmony in our planet must exist based in the acknowledgment of the equal, inalienable and intrinsic dignity of all the members of the human family, that is why it is unacceptable that a big part of the world’s population has to face such a precarious reality with this level of injustice, inequality, hunger, poverty and malnutrition.

2.- Since all human beings are born to be free, we believe that this situation is particularly evil and unethical. We also plead that all citizens in the world must have these rights in the same moment they are brought to life and not as a future promise to be reached depending of the political, social or economical reality of their homeland.

3.- We defend what is utterly unfair, immoral and a humanitarian punishable crime before the international courts and the History that right in the 21st century there still exist human beings starving in this World and dying because of that. It is an aggravating circumstance that, existing enough international laws and technical, economical and scientific means to correct the aforementioned situation, those who have the power in the world do not carry out the necessary actions to solve what future generations will only describe as a real genocide in which they all will be guilty for having the means to solve the problem, but not using them.

4.-We consider this unfair situation to be against the Natural Law, the Human Rights and the procedure of the most elementary ethical principles, and we understand that the moment has come in which the voice of the public opinion demands from their leaders the end of such state of affairs.

5.- That this is neither a utopian nor a political manifesto, and it does not expect the founding of a new political or socio-economic world order, nor any damage to the business, sanitary or social network of the First World, but the most elementary justice with the underprivileged.

BECAUSE OF ALL THE FACTS AFOREMENTIONED, WE DEMAND OF OUR LEADERS:

1. To adopt immediate and urging measures to alleviate such a situation of hunger, illness and malnutrition in the Third World. We think that such measures do not represent any utopia as they are perfectly feasible and possible.

2. To maintain the promise of fulfilling the Millenium Objetives which were established by the UN in the year 2000. These Objectives define the principles that the countries and the international economical system must follow in order to overcome the unfair situations humanity suffers towards the year 2015 (as it was agreed).

3. To perform systematically acts of solidarity towards the countries in an unfavourable position and to establish a logical and human order of priorities in the economical policy, including intelligent projects that create wealth and jobs in the aforementioned countries, offering sustainable development and progress to help them to consolidate a permanent social, economical and health service network that makes it possible for them to start from an equal position.

4. To take the necessary steps so that the richest countries allocate part of their national budgets to create wealth, companies and work sources in the aforementioned countries, as well as to adopt an international agreement, which should be compulsory for the developed countries and signed in the UN.

5. To implement an ethical code that regulates the multinational companies strategy, as well as the elimination of the tax havens and the application of the Tobin Tax —or a similar one— to the international commercial transactions, that will allow to create a solidarity fund managed by the UN.

6. We will not accept simple declarations of principles that are not transformed into specific policies. In other words, we appeal to everybody’s sense of generosity and humanity, especially from the ones who belong to the international ruling class that have the economical power.

From the Earth that waits and believes firmly in the Solidarity that can build a better and fairer world, 30th January 2009.

 
ENLACES PARA OTRAS LENGUAS:




TRADUCCIÓN DEL MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD AL JAPONÉS

TRADUCCIÓN DEL MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD AL ITALIANO

TRADUCCIÓN DEL MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD AL PORTUGUÉS

TRADUCCIÓN DEL MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD AL ALEMÁN

A propósito de Haití

Si a todo ser humano, feliz o desgraciado, alguna vez en la vida le sobreviene preguntarse por qué le toca sufrir, y a quién ha de dirigirse cuando tal cosa le ocurre; si es una especie de peaje para estar aquí, o una deuda que alguien antes que él contrajo y ahora hay que pagarla en carne propia; si todo es cuestión de porque sí o hay algún tipo de plan preconcebido por vete tú a saber quién; si alguien se lo está pasando pipa viéndonos padecer y a santo de por qué esto de morir/vivir malamente está tan mal repartido…

A mí, ya antes, pero ahora algo más, estoy dándole a la pelota cómo tragar este asunto con lo de Haití.

Puedo decir y digo que he leído en estos días cosas que ya leí en otro momento, y también cosas nuevas, que a la postre de nuevas ná, que son tan viejas como el mundo, al menos como el mundo humano.

Quiero poner aquí un texto que me ha llegado de manera impersonal. Está en internet, pero ilocalizable. Es decir que sé la url, pero no doy con dónde lo han colocado. Por si alguien sabe cómo, esta es: http://d.yimg.com/kq/groups/3453930/637195736/name/Dios%20en%20Hait.doc

Lo publico porque es más breve que los otros que tengo a mano, y dice incluso más que muchos de ellos.

Y también porque su autor, al que leo desde hace ya más años que recuerdo, escribiendo es claro, sencillo, escueto y punto. Hablando, no puedo decir nada, lo siento.


DIOS EN HAITÍ

Por Carlos F. Barberá
PX de Madrid

No puedo evitar, a la hora de redactar una lectura creyente de la realidad, partir del hecho de la catástrofe de Haití. Ciertamente podría poner mis ojos en otra cuestión menos comprometida pero no me parece decente volver la vista hacia otro lado. Más aún cuando las desafortunadas declaraciones de un obispo han hecho que cuestiones teológicas hayan ido a parar a las páginas de los diarios y a los informativos de radio y televisión.
El mismo día del terremoto me llamó una amiga y, tras contarme su llanto al ir oyendo las noticias, añadía: “no me extraña que ante estas cosas mucha gente deje de creer en Dios”. Recordé entonces que, hace ahora algo más de 250 años, el terremoto de Lisboa causó una grave crisis de fe. No porque fuera el peor de la historia sino porque se ocuparon de él filósofos y pensadores. Como se ha escrito, “el terremoto de Lisboa curó a Voltaire de la teodicea de Leibniz”.
Estamos sin embargo en 2010 y parece que ya estamos curados de espantos. Hemos vivido en el siglo pasado tantas desdichas, catástrofes tan devastadoras, que la fe de los que creen no parece que pueda ya resentirse por una nueva. Sin embargo el envite vuelve a presentarse y de nuevo aflora la pregunta  en comentarios y entrevistas: ¿como se compadecen las imágenes que hemos visto con el Dios bondadoso y solícito que predicamos? Hoy como ayer buscamos argumentos y palabras que desde el principio sabemos que sólo pueden aproximarnos a una respuesta.
Hay un pueblo desafortunado -quizá ahora más que nunca- cuyo único y gran papel en la historia ha sido introducirnos en la lectura creyente de la realidad. Es el pueblo judío. Sus peripecias no son distintas de las de otros grupos humanos. Pasar del nomadismo a la agricultura, sufrir situaciones de hambruna, recurrir a la emigración y sufrir la enemistad y la persecución de los anfitriones, buscar una tierra nueva y luchar por conquistarla, dotarse de instituciones... Nada de todo eso sería relevante si no hubiera ido acompañado por una reflexión creyente, con el convencimiento de que Dios estaba en todos aquellos avatares. Esa lectura, primitiva y un tanto torpe al comienzo, va ganando en hondura y fineza con el paso de los siglos. Al final sin embargo se encuentra con el muro de la desdicha humana, que es el muro del misterio. Hay un momento en que no se puede pasar más allá. El libro de Job es la expresión más elaborada de esa situación. Sólo cuando Job, después de expresada su amarga queja, se entrega a ese misterio que le sobrepasa, vuelve a encontrar sosiego para su vida.
No alcanza una respuesta al sufrimiento pero sí al menos establece dos cosas previas. En primer lugar, afirma su inevitabilidad. “Es imposible no tener contacto con el sufrimiento, a no ser que se quiera rechazar la vida, cortando toda clase de relaciones y haciéndose invulnerable... Cuanto más fuertemente afirmemos la realidad, cuanto más estemos incluidos en ella, tanto más profundamente nos veremos afectados por esos procesos de muerte que nos rodean y penetran en nosotros por todos lados” (Dorothee Sölle). En segundo lugar, constata que sólo la mística puede marcarnos el camino.

Pero volvamos a la cuestión del comienzo. Quien resulta tocado por el terremoto de Haití es Dios mismo. Dios que, como decía Epicuro, no parece poder salir del dilema de no ser bueno o no ser todopoderoso. Pero ¿qué sabía Epicuro, que sabemos nosotros de Dios? A Dios nadie le ha visto nunca. Hay que tomar en serio esa afirmación de San Juan. Y también la siguiente: su Hijo nos lo ha revelado. Sólo mirando a Jesús de Nazaret podemos saber algo de Dios porque en sus palabras y acciones, en su vida, se transparenta cómo es el Dios que habita en una luz inaccesible.
Acabamos de vivir la Navidad, el comienzo de un camino hacia la Pascua. Jesús niño ha acompañado nuestras celebraciones. Pero quien las ha presidido, quien es en ellas una figura permanente, es el Crucificado. Quien le mira, ve a Dios, que no puede preservarnos del mal pero quiere compartirlo y acompañarlo, librarnos de su rostro ciego y sin sentido. Los místicos lo han comprendido siempre y en cualquier noche oscura han salido -su casa ya sosegada- hacia una luz a la vez presente y prometida. Pero ya Rahner dijo que todo cristiano de nuestro siglo tendría que ser un místico. Alguien que se ha tropezado con el misterio de la vida y de la muerte, que se ha sumergido en él y ha podido, en medio de las sombras ver el resplandor de la gloria y de la promesa de Dios.
Señor, ayúdanos a experimentar -a otear, a ver, a palpar, a gustar- que tu Reino está en medio de nosotros, en todos los momentos, en todas las situaciones.

Pero ¿cómo comunicar esa imagen de Dios a quienes no le aceptan, a quienes creen hacerle incluso un favor negando su existencia? ¿a quienes piensan: mejor para él y para nosotros si no existe?  Diría, si me cuestionan: Dios no está en el movimiento de las placas tectónicas. La tierra está en movimiento, produce árboles y plantas y también terremotos; distribuye lluvias pero también incendios; es causa de vida y de muertes. Sólo indirectamente es ése el lugar de Dios. Su lugar verdadero está en la com-pasión que se ha desatado hacia Haití. Dios está en la solidaridad abundante, en el compartir generoso. Se pensará que se trata de sentimientos normales,  de una compasión que es inherente al ser humano. ¿Y por qué? ¿no sería más bien al contrario? Quienes tantos años han tolerado un Haití dejado de la mano de Dios  ¿por qué se convierten ahora en sus manos y sus brazos? ¿no deberían estar contentos de que desapareciera en gran medida? La literatura económica más realista-y acaso por eso más cínica- ha sostenido siempre que sobran muchos pobres en este mundo. Sin duda habrá quien se haya alegrado de que la naturaleza ayude a eliminarlos. Y sin embargo la solidaridad se ha manifestado abundantemente. Es la presencia de Dios, de su Espíritu. “Benditos de mi Padre: tuve hambre y me dais de comer, estoy desnudo y me vestís, huérfano y me acogéis, sin casa y me la reconstruís”. ¿Dónde está Dios? En los voluntarios que estaban allí y allí siguen; en los bomberos que salvaron a un niño levantando escombros con sus manos; en los actores de Hollywood que donan millones de dólares; en la viejecita de una parroquia que pregunta dónde se puede aportar. Y en todos nosotros si escuchamos esta voz dramática de los pobres y no dejamos que de nuevo se apague.

He leído estos días un viejo texto de José María Fernández-Martos. No puedo por menos que reproducirlo al final de mi propio texto: “Señor, que nos alcance tu compasión y viviremos (Sal 119, 77). Que tu compasión por el dolor de tu pueblo sea la nuestra. Que en realidad compartamos el sufrimiento de los que están presos (Heb 10, 34). Que se nos cuele en las entrañas y nos pongamos a la obra de hacer habitable este mundo 'haciendo justicia a pobres e indigentes, porque eso sí es conocerte’ (Jer 22,16) ‘Ya veo, Señor, que gritarte no basta; tengo que apresurar tu venida (2 Pe 3,11), permitiendo que tú hagas visible en la honestidad de mi vida tu bondad y tu amor por los hombres’ (Tito 3,4) ¿se ve en nosotros, los que decimos hablar contigo, que nos vas haciendo como Tú eres, compasivo y clemente, misericordioso y fiel, que conservas la misericordia hasta la milésima generación? (Ex 34,7) ¿Tenemos la  cara radiante al hablar contigo? (Ex 34,29) ¿Por qué, Señor, los que decimos creer en ti somos, para tantos, tan poco creíbles? Deja, Señor, que la vida de Jesús se transparente en nuestro cuerpo (2 Cor 3,18).  Todo esto, señor, hazlo en nosotros por amor a tu pueblo, para que los paganos sepan que Tú eres  el señor, cuando les muestres tu santidad en los que decimos ser tuyos (Ez 36,23).

Anda, Señor, anímate; cosas más difíciles has hecho”.


[Una vez más, carezco del consabido permiso para publicar este texto, pero es que no sé dónde tengo que presentar la correspondiente solicitud. Si se entera Carlos F. Barberá, que sepa que soy subscritor de Alandar desde casi los comienzos, y ¡hombre! algún detalle bien puede tener conmigo, que son ya casi 25 tacos de calendario del Corazón de Jesús.]

¡Se hace saber…!


Reconozco que el campo de la psicología no es mi fuerte. ¡Vamos que es tan flojo que casi ni existe! Y debería serlo, también lo reconozco. Es una de mis muchas deficiencias.

Algo estudié, por supuesto. Aprobé exámenes y eso. Pero tengo mucho desconocimiento, muchísimo.

Me vendría bien saber, para manejarme mucho mejor en lo personal y en lo social.

Lo voy a apuntar, en realidad ya lo tengo anotado, como una más de mis asignaturas pendientes.

El caso es que un vecino de al lado nos hace un llamamiento, Cornelivs, de parte de una vecina suya, Mar, para que demos publicidad a un asunto de interés, la hiperactividad, que afecta a un porcentaje de población infantil mayor del que se considera.

Yo, por mi experiencia, puedo decir que algo he notado, cuando en un grupo de infantes alguno o alguna se sale de lo normal por alterado, inquieto, rabo de lagartija o mosca cojonera. Yo no sé si es asunto de especialistas, pero quien lo sufre de muy cerca se queja de falta de atención y de medidas de prevención.

Ignoro si en los centros de enseñanza este tema se tiene en cuenta, pero puesto que se quejan, algo habrá de ausencia de planes o de programas de prevención.

A mí me piden que lo de notoriedad, y eso es lo que hago.

Ñoras, ñores, la hipersensibilidad-déficit de atención (creo que suelen ir unidos o al menos relacionados) requiere ser debidamente diagnosticada y correctamente tratada.


¡Ya lo saben ustedes!

Una acacia ha muerto. ¡Viva el olivo!



      Hace más de veinticinco años plantamos dos acacias. Una de ellas se murió al poco, y hubo que sustituirla. Todas ellas fueron regalo de quien entonces era capataz del Vivero Forestal. Fue un detalle, porque en ese lugar ni venden ni regalan; producen para repoblar bosques y ceder a ayuntamientos y diputaciones de toda la Autonomía. El caso que en el jardín parroquial había dos acacias de bola que lucían frente al sol. Ahí están, a las 10:00 horas del martes.
      La más vieja de las dos, murió el pasado verano.
      En los trabajos de jardinería yo sólo opinaba y terciaba, y quien de verdad hacía era Felipe. Era el que sabía y también el que tenía oficio para manejar herramientas. Se nos fue este otoño, con 86 septiembres.
      Cosa de Felipe fue también poner un olivo. Él sacó uno de otro mayor, no tengo ni idea dónde fue a buscarlo. Luego yo conseguí otros dos por igual procedimiento, que me traje de Las Arribes del Duero un día de campo y marcha por tierras de Salamanca. Plantados en el jardín, agarraron y crecieron. Dos regalé a dos vecinos recién llegados que se pusieron a hacer jardín. El que quedó ya no sé si es de Felipe o mío. Zanjo la cosa y digo: de los dos. Es el que se ve en la foto.
      Este es el mismo olivo por su cara norte, entre las lilas y junto al membrillo. Por cierto este año los membrillos se quedaron en la infancia, y no hubo nada que hacer con ellos. Por el suelo están.
      Y esta es la acacia en cuestión, muerta y en pie, como mueren los árboles que se precian, después de haber dado todo lo que tenían.
      Era menester quitarla porque el olivo, agobiado por los lilares y sobre todo por el cedro, requiere otro lugar, más espacio, más aire, más autonomía, menos riego.
      Cuando lo decidí, tembléme. Ya no está Felipe. He de hacerlo yo solito. ¿Sabré hacerlo? El olivo está vivo y sano, no está preparado para ser movido, hay que andar con tiento y tacto.
      Y luego está lo otro, el agujero, el hoyo, el cavar y el palear. Y hace ya mucho que no uso pico y pala, las manos se me han puesto suaves y blandas, y los riñones ya están un poco viejos.
      Ahí están, junto a ella, el pico y la pala, malas, muy malas herramientas. Yo las tengo pánico, pero ¡qué remedio, no hay otra manera de remover la tierra cuando ésta se pone de frente y te dice: cava y muere…
       Tres horas encorvado, sacando tierra y escarbando entre las raíces, dieron como resultado ¡árbol va!


      Y vaya si fue. Rendido ya estaba, lo que queda es madera; algún hogar calentará en lo que falta de invierno.
      Aquí está el desalmado que se atrevió a derribar lo que no consiguieron arrugar vientos fieros y soles inclementes. ¡Qué victoria más pírrica! No importa. ¡Felipe, lo conseguí!

      Contumaz, persiste en demostrar su victoria, al estilo de aquellos viejos cazadores de bisontes y mamuts. ¡Qué arrogancia, qué gran vileza vanagloriarse de tal gesta! Qué me importa lo que digan, lo he conseguido, y basta. Y sí, ya sé que esta pequeña acacia no es una sequoia sempervirens; no tenía tantos aires de grandeza ni aspiraciones mayores que la dar sombra en un rincón de nuestro patio. Y lo hizo mientras pudo.


      Última vista del desastre y desolación perpetrada. Así cayeron estos pasados días muchos árboles frondosos por culpa de malos vientos. Hasta pinos centenarios se vieron en vida, muertos. No fue, sin embargo, el caso de esta acacia de mi huerto, que ella murió antes, mucho antes, no sé si de malos humos o de falta de alimento.
      Ahora, ya da igual. Deja su sitio vacío, pero por poco tiempo.

(Continuará mañana)


Hoy es mañana ¡Esto continúa!

      Felipe me había dicho, "si vivo para entonces ya te iré diciendo cómo hacerlo, y si no, pues toma nota. Quitas los lilares para tener espacio de trabajo. Podas lo más que puedas el olivo, no temas cortar demasiado, no te preocupes que ya tendrá otra vez frondosidad. Cavas alrededor del tronco, procurando coger de cepellón lo más que puedas, todo lo que tus fuerzas te permitan luego levantar. Y, procurando no sacudirlo demasiado para que las raicillas no se ahuequen de la tierra, lo pasas al hoyo nuevo. Echas primero la tierra primera que sacaste, la que está más soleada, y al final echas la última, la que está más fría. Aprieta la tierra según la vas echando, sin apisonarla excesivamente, y cuando tenga como la mitad, echas agua para que se junte bien todo, que no quede aire entre las raíces y la tierra echada. Y luego, haces una novena al santo que más te guste, y a esperar. Yo creo que no vas a tener problema y el olivo agarrará".
      Total, que así lo he hecho, eso al menos creo yo. Este es el proceso.


      Fui cavando alrededor, dejando tierra junto a la base del árbol. Hoy no metí el pico, que con él controlo menos. Usé la piqueta, que es más manejable aunque te deja el brazo para el desgüace.

      No quité los lilares, como me había aconsejado Felipe. A ojo calculé que si hacía mayor el pie de árbol no podría acarrearlo ni aunque llamara a todos los vecinos en mi ayuda. Cuando ahuequé lo más que pude la tierra por todo el contorno,

di pequeños empujones al tronco, para que se cortara la raíz principal, que tiene todo los visos de bajar vertical hasta el centro de la tierra.

      En un momento dado oí un crác; rompió la dichosa raíz, y bailó suelto el arbolito. Ahora si tengo fuerzas, lo muevo; y si no, quito poco a poco y voy viendo…

      Así quedó, el pobre, tumbado y derrengado. Ahora sí que lo domino, ya es todo mío.

       Este hoyo ya no tiene sentido. Hay que rellenarlo de tierra, y que las lilas campen a sus anchas.

      Este hoyo es la estación término. Va a recibir pronto al nuevo inquilino.

      Poda del olivo, tal como me indicó Felipe. ¿Habré quitado suficiente? Nunca se cuándo voy a acertar con lo justo. De momento lo dejo así, ya veré más tarde si conviene cortar más, aún hay tiempo.

      Primera aproximación. Queda demasiado profundo, hay que calzarle un poco, que los bajos son siempre muy fríos y por tanto peligrosos. Es sencillo, se echa en el fondo tierra cálida y se le vuelve a situar, atendiendo siempre a la vertical, que luego ya no es tan fácil moverlo.

      Así ha quedado el olivo. No se le oye, pero está diciendo que no está mal el nuevo emplazamiento que le hemos ofrecido. Incluso la piedras del rededor le sirven de adorno además de protección contra los pillos del barrio, que les gusta agarrarse a los árboles cuando juegan a pillar.

      Tampoco va a estar tan solo. Él necesitaba estar un poco más a su aire, pero sin pasarse. De modo que ahí tiene a la acacia y a la parra, por si tienes ganas de platicar. Justo a la derecha, y sin salir en la foto, hay un acebo que también es de pocas palabras, pero alguna cosa le dirá.

      Terminada la faena, sale Gumi a ver qué pasa. Aprovechando la coyuntura me saco una foto ya que esta vez no tengo reportera gráfica. El sol me cubre las espaldas.


      Insisto para que se me vea bien, y porque Gumi ha avanzado unos pasos y está más grade. Y de paso digo que este animal pronto, el 22, ¡cumple cuatro mesazos!

      Esta vez Gumi no quiere nada con mis calcetines, porque sabe que las botas son demasiado duras para sus dientes. Se para porque ha cogido algún olor que le reclama.

      De modo y manera que Gumi, a falta de otras presas, olisquea lo que los gatos del barrio han dejado en el único patio en tierra que existe en esta pequeña aldea.
      Este cuento está acabando. Una acacia se murió. Otra se mantiene bien viva. El cedro sigue siendo el rey. Pero el olivo ha cambiado de trinchera. Lo dicho. ¡Viva el olivo!
      [Ya enseguida comienzo una novena a san cucufate para que me cuide el olivo y agarre con todas sus fuerzas. Si queréis acompañarme, seréis bien acogidos.]

Yo sí lloro. A propósito de una entrevista a José Ignacio Munilla



Llevo dos días intentando digerir todo el follón mediático que se ha volcado sobre el papel y sobre el ciberespacio a resultas de unas palabras expresadas por el obispo de San Sebastián en una entrevista hecha en La Ventana de la Ser.

El pasado viernes confieso que me desazonó el radio despertador, enchufado a la Ser, con un titular que me aplanó.

El País ofrecía el audio de la entrevista, pero no hubo manera de que pudiera descargarlo, y sólo tenía ante los ojos las frases entresacadas que se publicaban.

En numerosos blogs y en portales de información general y específica se aireaban los mismos titulares y había comentarios verdaderamente antológicos si no fueran más bien vergüenza. Me ha sido del todo imposible contar todos los comentarios de aquí y de acullá, pero puedo asegurar sin temor a equivocarme, que suman varios miles. Pero no conseguí sacar nada en limpio. Sólo insultos y apóstrofes contra la persona de Munilla y su pensamiento teológico.

Hoy, domingo, por fin he conseguido oír sus propias palabras desde esta url: http://www.cadenaser.com/cadenaser/podcast/audios/cadenaser_laventana_20100114csrcsr_14_Aes.mp3

Reconozco que no he escuchado toda la entrevista. Sólo me interesaban las frases que tanto se han aireado. Son las últimas de su conversación. Las transcribo aquí, para que juzgue el personal.

Gemma Nierga:
 

«Quiero terminar, monseñor, acordándonos juntos de la catástrofe de Haití, de tantos muertos, de tanta desgracia como ha dejado. Incluso esta mañana creo que en el programa suyo en Radio María algún oyente creo le preguntaba acerca de este tema ¿verdad? Es decir, la perplejidad en la que se sumen los católicos cuando se preguntan ¿Por qué Dios permite estas calamidades?»

Obispo Munilla:
 

«Pues así es, la verdad, en Radio María las llamadas suelen entrar en directo, allí no hay filtro y, bueno, pues esa llamada, esa pregunta ha respondido a una pregunta que todos llevamos dentro de nosotros, si existe Dios por qué existe también el mal. Cómo es posible que los más inocentes, porque claro somos conscientes de que a veces parece que el mal se ceba en los más inocentes. Y bueno, pues la respuesta que yo he dado la he referido también a Jesucristo. He querido recordar cómo Jesucristo fue el inocente, el justo de Dios, y sin embargo también pues él fue injustamente perseguido e injustamente condenado a muerte. Y la respuesta que le he dado a ese oyente esta mañana ha sido la siguiente: Que desde luego si el mal tuviese la última palabra entiendo que sería incompatible con la existencia de Dios, ¿eh? Sería incompatible. Ahora bien creemos firmemente que el mal no tiene la última palabra, creemos firmemente en que Dios nos ofrece una felicidad eterna y creo que existen males mayores, aunque parezca fuerte lo que voy a decir, existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo estos días. Yo recordaba esta mañana en Radio María ese momento del evangelio en el que Jesús, cargando con la cruz, camino del Calvario, se encuentra con un grupo de mujeres que lloran por Jesús al verle atormentado. Y Jesús les dice, no lloréis por mí, llorad por vosotras. Nosotros nos lamentamos mucho de los pobres de Haití, pero igualmente también deberíamos, además de poner toda nuestra solidaridad en ayudar a los pobres, nuestros medios económicos, etc., también deberíamos de llorar por nosotros, por nuestra pobre situación espiritual, por nuestra concepción materialista de vida, quizás es un mal más grande el que nosotros estamos padeciendo que el que esos inocentes también están sufriendo.»

Yo, ahora, estoy más tranquilo. No creo que haya dicho este obispo nada que de motivos para tanto ruido y escandalera. Es algo que se atiene a la normalidad de la persona que las dice, y que incluso los dos periodistas que con él estaban, Gemma Nierga y Mikel Huarte, aceptan en la entrevista con simpatía.

Puestos a decir, tendría que haber dicho más, bastante más. Supongo que la entrevista se pasó de tiempo, así al menos dieron a entender tanto Gemma como Mikel, que por cierto estaba encantado escuchando.

Yo no soy quien para hacerlo, pero voy a atreverme a insinuar algunas cosas.

La historia de Haití es muy larga, y muy tortuosa. Tan torcida que no me es fácil recorrerla por mis medios. Parece ser que además de España, en esa isla han hecho sus desmanes bucaneros, filibusteros y toda clase de corsarios, Francia, EEUU, los Duvalier y sus tontons macout, las mafias de toda calaña, y la madre naturaleza.

¿Dónde están los quinientos mil millones de euros que dicen que la ONU ha invertido en ese país para desarrollarlo? Porque resulta que ahora sólo tiene una carretera para entrar y salir hacia República Dominicana.

Sólo un puerto y sólo un aeropuerto, ahora destrozados e inservibles. ¿No se merecían aquellas gentes algunos más? ¿Por qué no los tienen si se trata de una isla?

Allí dentro existe más solidaridad internacional, laica y/o religiosa, por metro cuadrado que en ninguna otra parte del planeta. ¿Qué sino o qué mal absoluto ha impedido ver algún fruto de ese esfuerzo?

Un terremoto, un maremoto, un cataclismo no hay quien los pare. Pero hoy día hay artilugios para prevenirlos y tomar alguna medida ante su próxima llegada. ¿Esa isla no tenía derecho a ellos?

Sólo nos queda llorar con ellos, y echarles encima toda nuestra ayuda, y más.


Anoche, viendo Informe Semanal, estoy seguro que mucha gente lloró viendo lo que la tele nos transmitía.

Pero yo, creedme, estoy llorando por mí, porque no he hecho nada para evitar o al menos aminorar ese mal.

¡Me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra!


Trasteando en un blog vecino, Diario del Aire, di con otro lugar y con este texto que me ha producido empatía, simpatía y sintonía. No es que lo ocurrido en Haití esté ahí explicado. Pero pensando, pensando en lo que se dice, tal vez se entiendan cosas a las que hemos estado dando vueltas durante estos días pasados.
Yo disfruté, y también sufrí, leyéndolo. Mirad a ver si os pasa lo mismo. No es demasiado largo y no os ocupará más que unos minutos.


"Del hecho al desecho"
por Eduardo Galeano (Uruguay)
martes, 12 de enero de 2010
Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco..
No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.
Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.
¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó botar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo.
¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra.
Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡Guardo los vasos desechables!
¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!
¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!
 Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!
¡Es más!
¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.
Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces.
¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.
¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike?

¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?

¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?

¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?

 Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
El que tenga menos de 30 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!!
¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años! Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)

No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan. Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor.. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'.Hay que cambiar el auto cada 3 años como máximo, porque si no, eres un arruinado. Así el coche que tenés esté en buen estado . Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!! Pero por Dios. Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo. Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron? En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!!

¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!

Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa. Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo, pegatina en el cabello y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado".



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Definitivamente este post ha nacido malamente:

1º Parece ser que la autoría del texto que se cita pertenece a Marciano Durán (http://marcianoduran.com.uy).

2º En diversos blogs aparece como atribuido a Eduardo Galeano, y con títulos diferentes, no ya en el 12/1/2010 sino incluso desde febrero de 2009.

3º Igualmente parece cierto que Galeano desmiente este error, afirmando que no le pertenece, aunque se siente amablemente elogiado al atribuírselo.

4º. Sí parece que el otro artículo, “Los pecados de Haití”, tomado de http://www.patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/escritos/los.pecados.de.haiti.htm sea cierto. Si no lo fuera, me sentiría doblemente engañado. Y ya me suena a tomadura de pelo y burla este juego de autorías. ¡Qué fácil es copiar y pegar!