¿Una tarde como otra cualquiera? ¡Ni hablar!


Los domingos son unos días muy particulares. O están llenos, o están vacíos. Si están llenos, están llenos y punto. Pero si están vacíos, ¿cómo se llenan?

Decía mi madre que "cuando el diablo no tiene nada que hacer, con el rabo espanta las moscas". Pues eso es lo que hacen algunas personas en la tarde de los domingos, espantar moscas.

Digo esto porque durante esos ratos en que tal parece que nadie tiene ganas de hacer comentarios sesudos en los blogs de la más diversa y variopinta variedad de temas y profundidades, porque una tarde de domingo es para descansarrrrrr, llegan al email videos, pps, documentos, etc. con "cosas" originales y en ocasiones inusuales. Unas son pías, muchas profanas, y algunas llegan a ser de tres estrellas.

No os digo los que me han llegado hoy, tampoco es significativo, que yo tengo un recorrido en internet bastante cortito. Pero seguro que si hacemos una encuesta a alguien le han llenado la carpeta de descargas de correo.

Bueno, el caso es que me han enviado una presentación que me ha divertido. Contiene fotos raras, pero reales. He pasado un rato viéndola y, picado por la curiosidad, he buceado por las aguas de la red buscando cosas similares. Y han salido la tira.

Dado que mañana tengo análisis de sangre, cosa rutinaria para el colesterol, la próstata y otras minucias, tengo que cenar temprano y no me apetecía salir. De modo que he gastado un poco de este tiempo recopilando, añadiendo y dando forma. Resultado de este divertimento ha salido esto, que espero que os entretenga y nada más. Y si resulta que os hace reír, mejor todavía.



Ni que decir tiene que esto que he manoseado es propiedad de alguien que lo ha colgado en algún sitio de Internet. Supongo que concede permiso para que haga uso de ello sin mayores problemas. Si así no fuera, que lo diga y lo retiro. Y voy y pongo otra cosa, mariposa.

5 comentarios:

  1. Lo sabes mejor que yo: un domingo está vacío, si tú estás vacío. Puesto que no estás vacío, nos regalas ese pequeño trabajo de composición.
    Un saludo

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  2. Algunas escalofriantes y otras ingeniosas, pero desde luego ninguna aburrida. Besos

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  3. ¡Qué razón tenía tu madre y el dicho! Lo que hace la ociosidad. Mi madre decía: El ocio es la madre de todos los vicios, citando a alguien que no recuerdo. Pues eso, guapo. Vaya y vaya...
    Un abrazo

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  4. Increíbles, y qué pequeños resultan los humanos en sus miserias y necesidades. Algunas son, como dice Laura, escalofriantes. En cualquier caso, son curiosísimas.
    No hay. amigo Miguel Ángel, ninguna tarde que sea cualquiera,todas son únicas, solo las tendrás una vez, así que se disfrutan y se ofrendan a la propia vida, como se puede. Un abrazo. ¿Y los bertitos, cómo siguen?

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