Nona

Me presento: soy Nona. Hija de Trufa y de Berto. Debí nacer la última, porque salí más bien pequeña. Gumi, mi hermano mayor, ya pasó por aquí, y ahora andará por Cantabria. Yo entro ahora, y me quedo.


Mi amo me puso en manos de doña Trini, que es abuela, y sabe criar hijos. Y esto es lo que ha hecho de mí, a base de biberones y ricas papillas.
El que me sostiene no es doña Trini, sino Chema, supongo que habréis caido en la cuenta. No hay que ser demasiado vivo para verlo.


Os prometo que sabréis de mis aventuras. Habrá quien os cuente mis andanzas de aquí en adelante.




Ahora estoy con Celia, o Celia está conmigo. Bueno, quiero decir que ella me sostiene con sus bracitos. ¡Uf! que bien me encuentro. Celia es mucho más vieja que yo, que ya tiene 3 añazos, pero no está bien que salga aquí todavía. ¡Es de guapa…!



¡Nos vemos! Quiero decir que me veréis. Y yo os veré si os acercáis por la casa de mis amos. De momento sigo en bracitos de Celia, que es un solete.
¡Hasta pronto!

6 comentarios:

  1. Miguel Ángel que ternura despiertan los cachorritos...
    Ya nos contaras como le va la vida, seguro que estará "requetebién"..

    Un abracico

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  2. Desde oviedo se echa de menos los perrines, caballos, churras y merinas... bueno cada día queda uno menos para el examen sin MIRiedo!! Un abrazo campeón!

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  3. María Luisa, desde luego que iré contando sus andanzas. Nona queda en casa del Jefe de la tribu, así que las conoceré de primera mano.

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  4. Cornelius, también yo te saludo. Aunque de bicicletero a motero no hay nivel ni comparanza. Por cierto, se me ocurre que algún día podrías acometer la empresa de comparar las diferencias posibles y las también posibles similitudes entre la cuadriga romana y la moto jiennense. Piénsatelo, anda.

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  5. Anónimo, por más que te ocultes tras seudónimo estás tan al descubierto que hasta se te lee el D.N.I.
    Este domingo no, que estamos en fiestas en La Cañada, pero el siguiente apareceremos por allá, para ver perros, ovejas y caballos. Pero tú sólo a lo tuyo, ese MIR tiene que caer, como buen fruto maduro. ¡Duro y a la cabeza!

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