Pensamiento primero del día: Cuando leas esto ya estarás despierto/a, habrás ido al cuarto de baño, te habrás quitado las telas de araña de los ojos, y te habrás observado las patas de gallo. Tranquilizada/o porque siguen ahí, habrás respirado hondo porque estás viva/o, ¡qué suerte! o ¡gracias a Dios! o ¡menos mal! o ¡qué susto!, según.
Igualmente con el peine o con los dedos, habrás colocado en su debido lugar los pelos de tu hermosa cabellera, si es que tienes la suerte de contar con los suficientes para hacerlo. Te habrás limpiado los dientes y habrás comprobado si no han sufrido mayor deterioro en las horas de descanso.
Antes de salir corriendo al curro, tal vez hayas pensado cuándo demonios llegará el momento de hacer todo esto con calma, en plan jubileta, con tiempo por delante para hacer lo que te de la gana a un ritmo simplemente humano, como disfrutando de las cosas inútiles que haces a esta hora del día.
Si no hay otro encargado(a), habrás tenido que pensar qué pones hoy para comer, porque habrá que ir a la compra, ver si hay sardinas, o congrio, o aquella carne tan buena que pusiste hace quince días y que tu pareja te ensalzó mientras se limpiaba con la servilleta la babilla deslizante.
Luego habrás tratado de echar un vistazo a tu agenda, manual o electrónica, a saber, más que nada para estar organizado/a y no perder ninguna de tus importantes citas de negocios y/o trabajo y/o domésticas y/o sociales.
Habrás desayunado suficientemente, que dicen los que saben de eso que conviene hacerlo abundantemente, que luego uno/una no funciona con solvencia si no está bien nutrido/nutrida desde primera hora.
Por fin sales de casa.
¡Alto! Vuelve a mirarte en el espejo. ¿Eres de tez blanca, negra, amarilla, o aceitunada? Mira que este dato es bien importante, que lo dice hasta Saramago.
No quisiera parecer ni resultar “cargante”, pero el autor hispano/luso, o sea peninsular, o sea europeo, o sea mundial y planetario, vuelve a marcar el paso de este blog en este nuevo día.
Igualmente con el peine o con los dedos, habrás colocado en su debido lugar los pelos de tu hermosa cabellera, si es que tienes la suerte de contar con los suficientes para hacerlo. Te habrás limpiado los dientes y habrás comprobado si no han sufrido mayor deterioro en las horas de descanso.
Antes de salir corriendo al curro, tal vez hayas pensado cuándo demonios llegará el momento de hacer todo esto con calma, en plan jubileta, con tiempo por delante para hacer lo que te de la gana a un ritmo simplemente humano, como disfrutando de las cosas inútiles que haces a esta hora del día.
Si no hay otro encargado(a), habrás tenido que pensar qué pones hoy para comer, porque habrá que ir a la compra, ver si hay sardinas, o congrio, o aquella carne tan buena que pusiste hace quince días y que tu pareja te ensalzó mientras se limpiaba con la servilleta la babilla deslizante.
Luego habrás tratado de echar un vistazo a tu agenda, manual o electrónica, a saber, más que nada para estar organizado/a y no perder ninguna de tus importantes citas de negocios y/o trabajo y/o domésticas y/o sociales.
Habrás desayunado suficientemente, que dicen los que saben de eso que conviene hacerlo abundantemente, que luego uno/una no funciona con solvencia si no está bien nutrido/nutrida desde primera hora.
Por fin sales de casa.
¡Alto! Vuelve a mirarte en el espejo. ¿Eres de tez blanca, negra, amarilla, o aceitunada? Mira que este dato es bien importante, que lo dice hasta Saramago.
No quisiera parecer ni resultar “cargante”, pero el autor hispano/luso, o sea peninsular, o sea europeo, o sea mundial y planetario, vuelve a marcar el paso de este blog en este nuevo día.
¿Te quieres creer que he visto el anuncio ese y no entendía nada? Debo de vivir ya en otra galaxia. Incluso pensé que el niño lo que decía es que él no era negro, Ya te digo, o vivo en otra galaxia, o me voy volviendo tonta por segundos. O quizás ya ni pienso en cosas como que la gente es de este color o del otro. Lo de Sarkozy, de todos modos, no tiene nombre. No le veo yo muy buenas intenciones.
ResponderEliminarOye, que ya he terminado de poner notas y qué bien, ya no iré a los calabozos del instituto, porque mañana a primera hora las entrego y ya está. Buenas noches, amigo.
Pues es que yo ni recuerdo haber visto ese anuncio. Pero lo que dice Saramago es para pensar qué demonios nos ocurre según vamos creciendo. ¿Será todo tan inconsciente como para no darnos cuenta?
ResponderEliminarDefinitivamente estamos escasos de vigilantes en la playa.
Yo no he visto ese anuncio, pero entiendo el mensaje que transmites tan bien. Yo pensaba que todo el mundo tiene claro el color de la piel antes de quitarse las legañas de los ojos y mirar la agenda. Pues muchas de las tareas y los tiempos con los que se comienza el dia vienen marcados de antemano por lo que cada cual sabe y piensa de sí mismo. Hay un determinismo a partir dce una época de la vida que nos deja bien claro lo que somos y lo que nos espera, sin que nadie nos lo advierta. Cuidate, Miguel Angel, porque tienes mucho que decir todavía
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