Escribo esta entrada cuando en mi ciudad está nevando. Me gusta ver nevar. En la montaña la nieve me aterra, me hace sentir pequeño e inseguro, me da miedo dar un paso y hundirme, me canso mucho caminando sobre ella, en fin, que si puedo la evito.
Pero cuando cae como ahora, suave e inofensivamente, disfruto viéndola, y luego, cuando la piso con infantil alegría, también lo hago con cierto pudor de hollar lo que parece inmaculado y puro. ¿Qué será la pureza?
Bueno, a lo que voy: un 29 de mayo del presente año en curso abrí este blog reconociendo que nunca había cedido a la tentación –nunca tuve tal- de escribir un diario. Lo hice, lo de abrirlo, buscando ayuda para algo que me habían propuesto y que no sabía siquiera cómo encuadrar a estas alturas de mi vida, un aniversario escolar.
Aquello pasó y ya está. No ha dejado rastro.
Pero hete aquí que este blog sí empieza a dejar huellas, y conforme pasa el tiempo ya hay gente que me visita y lee, y hasta comenta, ¡cielos, comentan lo que yo escribo!, y eso es de alguna manera parecido a lo de la nieve, que me asusta en cierto grado.
Alguna vez he comentado algún reparo ante la red, más por desconocimiento que por malas experiencias. Fernando Manero me tranquilizó y me animó a no dejar lo empezado.
Y así estoy ahora, un poco ilusionado y un tanto embarazado por la responsabilidad de medir y calibrar lo que ponga o no ponga.
Digo esto porque ayer, con los de confirmación hablamos de lo de ser o estar.
Yo apelaba a mis recuerdos colegiales, en los que ser o estar pasaban por ser lo mismo. Ellos afirmaban que eran distintas palabras y diferente significado.
Total, que yo mantenía que las cosas no son, que sólo están, porque son de distinta manera en cuanto que pasa un instante siquiera o algo apenas se mueve. Que hay que ser conscientes de dónde (y cómo, y para qué, y por qué, y con quienes…) estamos, para ser, y ser de verdad.
Y esto fue a raíz del Bautismo que ellos recibieron (cuando lo hicieron otr@s sin contar con ell@s) y que dan por hecho que ya tienen y son, por consiguiente, cristian@s. Y les quise hacer ver que eso de que son…, que no, que no se trata de ningún carnet, ni ninguna posesión en el ser, sino en el siendo, en el haciéndose, en el estando…
Y eso terminé diciéndoles: que no se abrumasen, que no tuvieran miedo, que no iban a estar nunca sol@s, que la Confirmación era precisamente eso, el Espíritu de Jesús, que les asegura su presencia completa y continuada; que tuvieran esa fe, que tuvieran esa esperanza, que el Amor que en ell@s está no falla… nunca.
Pero cuando cae como ahora, suave e inofensivamente, disfruto viéndola, y luego, cuando la piso con infantil alegría, también lo hago con cierto pudor de hollar lo que parece inmaculado y puro. ¿Qué será la pureza?
Bueno, a lo que voy: un 29 de mayo del presente año en curso abrí este blog reconociendo que nunca había cedido a la tentación –nunca tuve tal- de escribir un diario. Lo hice, lo de abrirlo, buscando ayuda para algo que me habían propuesto y que no sabía siquiera cómo encuadrar a estas alturas de mi vida, un aniversario escolar.
Aquello pasó y ya está. No ha dejado rastro.
Pero hete aquí que este blog sí empieza a dejar huellas, y conforme pasa el tiempo ya hay gente que me visita y lee, y hasta comenta, ¡cielos, comentan lo que yo escribo!, y eso es de alguna manera parecido a lo de la nieve, que me asusta en cierto grado.
Alguna vez he comentado algún reparo ante la red, más por desconocimiento que por malas experiencias. Fernando Manero me tranquilizó y me animó a no dejar lo empezado.
Y así estoy ahora, un poco ilusionado y un tanto embarazado por la responsabilidad de medir y calibrar lo que ponga o no ponga.
Ya está cuajando la nieve, a las 12:00 horas, en el patio parroquial. El cedro central del jardín se está volviendo de verde a blanco. No es blanco, no, sólo está blanco.
Digo esto porque ayer, con los de confirmación hablamos de lo de ser o estar.
Yo apelaba a mis recuerdos colegiales, en los que ser o estar pasaban por ser lo mismo. Ellos afirmaban que eran distintas palabras y diferente significado.
Total, que yo mantenía que las cosas no son, que sólo están, porque son de distinta manera en cuanto que pasa un instante siquiera o algo apenas se mueve. Que hay que ser conscientes de dónde (y cómo, y para qué, y por qué, y con quienes…) estamos, para ser, y ser de verdad.
Y esto fue a raíz del Bautismo que ellos recibieron (cuando lo hicieron otr@s sin contar con ell@s) y que dan por hecho que ya tienen y son, por consiguiente, cristian@s. Y les quise hacer ver que eso de que son…, que no, que no se trata de ningún carnet, ni ninguna posesión en el ser, sino en el siendo, en el haciéndose, en el estando…
Que ahora con la Confirmación tenían la oportunidad y la suerte de tomar en sus propias manos su ser para seguir siendo, estando…, como ellos y ellas quieran hacerlo, teniendo en cuenta que eso supone tomar decisiones constantes y sucesivas desde lo que en su interior sienten, anhelan,encuentran, reciben, se comprometen…
No sé si me expliqué, desconozco si me entendieron, pero a buen seguro que ellos y ellas irán descubriendo lo que han de decidir en su vida y para ell@s y también para l@s demás. Y así irán creciendo en su ser y en su modo de estar en todas las circunstancias que irán moldeando sus vidas, exactamente igual que ha ocurrido al resto de l@s mortales: que hemos tenido que vivir aprendiendo a vivir. Y esto se hace mucho mejor, o sea bien, acompañad@s que sol@s.Y eso terminé diciéndoles: que no se abrumasen, que no tuvieran miedo, que no iban a estar nunca sol@s, que la Confirmación era precisamente eso, el Espíritu de Jesús, que les asegura su presencia completa y continuada; que tuvieran esa fe, que tuvieran esa esperanza, que el Amor que en ell@s está no falla… nunca.
Hoy ha nevado en mi ciudad, y está preciosa toda vestida de blanco, me encanta contemplar así los paisajes.
ResponderEliminarHe descubierto tu blog a través del blog de Cornelivs y voy a ojearlo, con tu permiso, veo que eres sacerdote y también eres de Valladolid, encantada de descubrir tu blog.
Te deseo una feliz tarde.
Saludos.
Muchas gracias por la atención que has tenido de devolverme la visita y sobre todo de dejar la huella de tus palabras con un comentario tan maravilloso en mi blog.
ResponderEliminarCon tu permiso, voy a dejarte enlazado entre mis blogs seguidores para no perder la pista de este blog porque me interesa mucho lo que escribes.
Gracias, de nuevo.
Un beso.
Excelentes fotos! Gracias por compartirlas con nosotros.
ResponderEliminarQuería desearte una feliz navidad y que siendo amigos en el 2009!
Abrazos y no bajes los brazos nunca.
La única vez que pude palpar la nieve fue en una subida a las cumbres nevadas de Venezuela, por eso lo que sentí fue un furor frenético. era de suponerse.
ResponderEliminarAdelante con tu blog. Te aseguro que tu esfuerzo vale la pena. Yo soy un ejemplo de ello.
Vengo a ver si tienes un nuevo post, pero estaré pendiente.
ResponderEliminarSaludos.
María: Por supuesto que tienes libertad para visitar este blog, toda la del mundo. Gracias por tu amabilidad.
ResponderEliminarNo, de momento estoy en seco.
david santos: Também desejo um feliz Natal e amizade em 2009. Eu não sou um bom fotógrafo, mas vou continuar colocando-os em locais que visita. Obrigado pela vossa coragem para não depor as armas nunca. Nem você fique ao!
Alí Reyes: Seguimos nevados y con frío, pero menos. Con esos ánimos que das ¡cómo no seguir! ¡Seguiremos leyéndonos!