1. Consulta con mi dentista. Llego a tiempo y ella me pide que espere unos minutos. Me atiende; se trata de hacer radiografías para ver si la encía ha consolidado lo suficiente para implantar lo que sea dentro de un mes. Todo está en orden, así que ella me llama para realizar el implante o implantes necesarios.
Entre unas cosas y otras hablamos de esto y de aquello, como sin pensar en serio. Pero hete aquí que al final, vamos en la despedida, la deseo feliz navidad con sus niñas y marido y ella, muy seria va y suelta lo de que no sabes la de cosas que dejas de hacer por las hijas.
Yo ni lo pienso y salto: pues aprovecha todo lo que puedas de estar con ellas, disfruta y juega con ellas, que ellas disfrutarán también contigo.
Bajo la escalera pensando que a veces la vida da pan a quien no tiene dientes. ¡Con lo que he disfrutado yo de todos los enanos y enanas que se han cruzado en mi vida! Y va esta madre de dos rubias preciosidades a decirme que no ha avanzado más en su profesión por ser madre… Pero, ¡qué les han dado a estas criaturas en la universidad! Desde luego dos titulazos, licenciatura y doctorado en medicina, más muchos montones de diplomas de cursos y master y qué se yo, pero no han crecido ni un palmo en sentido común.
Paso página, que esto no me gusta.
2. Día 60 aniversario de la declaración de los derechos humanos. Otra fecha más para el papel, que ni es fiesta ni vacación. Algunos lo recordarán porque les preocupa en serio esto de hacer valer lo que vale un ser humano. Pero poco más.
60 años son toda una vida como para que eche raíces y coja fundamento esto que a todos nos va constituyendo en ciudadanos iguales y respetables, y también respetuosos.
Pero, bueno, hay que reconocer que como no da de comer, de momento sólo es una declaración más que todavía está por poner el valor.
Habrá que dejar que pase un poco más de tiempo, para ver…
3. Reunión de pastores. Y no, no ha habido oveja muerta.
Nos hemos reunidos los compañeros curas del arciprestazgo en nuestra reunión mensual.
Primero los avisos y temas generales de la diócesis. Hemos hecho nuestra aportación para el trabajo del consejo de presbiterio que estas Navidades va a tratar sobre los itinerarios en el proceso de iniciación cristiana. No están las cosas claras porque ahora hay multitud de situaciones nuevas que exigen nuevas formas de tratarse. Habrá que pedir a los obispos unas directrices comunes, a ver si nos vamos aclarando y entendiendo…
Ya hemos quedado en apropiarnos un proyecto común de los que Manos Unidas tiene recibidos, así en la campaña contra el hambre de este año todos presentaremos el mismo asunto y trataremos de llevarlo a cabo juntos, como el año pasado. La cifra es más o menos la misma que entonces, unos 20.000 €. A ver si sale adelante.
Hemos trabajado el tema de la formación permanente: el capítulo 2º de la Dei Verbum. Hemos dicho cuatro cosas de nada, que nadie se lo había preparado y así sale lo que sale. Pero dentro de la nada, dijimos que tradición es lo que recibimos, pero también lo que nosotros y todos incorporamos y entregamos a su vez a los vienen después. Así que esto es como un río que va ajuntando agua de los diversos afluentes que le van saliendo al paso… Una imagen sugerente.
También hablamos, bueno porque lo saqué yo (y no es por fardar) que estamos como “atravesados”; cuando dije esto todos me miraron como diciendo, a ver explícate. Y es verdad, que la primavera se fragua en el invierno. Así llegó lo que Juan XXIII, una bella primavera (concilio Vaticano II) tras el invierno de Pío XII; pero no es de recibo que ahora tengamos invierno. ¿Cómo diablos se puede gestar el invierno en plena primavera? No hemos tenido en la Iglesia ni verano ni otoño, y así es difícil que esto pueda dar vida, y menos vida de verdad. Hablamos cuatro vaguedades y así quedó el asunto.
Mientras salíamos camino del restaurante fuimos hablando de qué fecundos fueron los años 70 a todos los niveles, cultural, humanista, político, social, religioso… ¿Qué queda ahora de todo aquello?
Terminamos la reunión comiendo juntos. Como siempre, los mismos. A la hora de juntarnos las excusas y las ocupaciones salen a entorpecer la convivencia, y de ser la comida un buen momento de resolver diferencias y aunar inquietudes pasa a convertirse en una simple comida. Así es la vida.
Entre unas cosas y otras hablamos de esto y de aquello, como sin pensar en serio. Pero hete aquí que al final, vamos en la despedida, la deseo feliz navidad con sus niñas y marido y ella, muy seria va y suelta lo de que no sabes la de cosas que dejas de hacer por las hijas.
Yo ni lo pienso y salto: pues aprovecha todo lo que puedas de estar con ellas, disfruta y juega con ellas, que ellas disfrutarán también contigo.
Bajo la escalera pensando que a veces la vida da pan a quien no tiene dientes. ¡Con lo que he disfrutado yo de todos los enanos y enanas que se han cruzado en mi vida! Y va esta madre de dos rubias preciosidades a decirme que no ha avanzado más en su profesión por ser madre… Pero, ¡qué les han dado a estas criaturas en la universidad! Desde luego dos titulazos, licenciatura y doctorado en medicina, más muchos montones de diplomas de cursos y master y qué se yo, pero no han crecido ni un palmo en sentido común.
Paso página, que esto no me gusta.
2. Día 60 aniversario de la declaración de los derechos humanos. Otra fecha más para el papel, que ni es fiesta ni vacación. Algunos lo recordarán porque les preocupa en serio esto de hacer valer lo que vale un ser humano. Pero poco más.
60 años son toda una vida como para que eche raíces y coja fundamento esto que a todos nos va constituyendo en ciudadanos iguales y respetables, y también respetuosos.
Pero, bueno, hay que reconocer que como no da de comer, de momento sólo es una declaración más que todavía está por poner el valor.
Habrá que dejar que pase un poco más de tiempo, para ver…
3. Reunión de pastores. Y no, no ha habido oveja muerta.
Nos hemos reunidos los compañeros curas del arciprestazgo en nuestra reunión mensual.
Primero los avisos y temas generales de la diócesis. Hemos hecho nuestra aportación para el trabajo del consejo de presbiterio que estas Navidades va a tratar sobre los itinerarios en el proceso de iniciación cristiana. No están las cosas claras porque ahora hay multitud de situaciones nuevas que exigen nuevas formas de tratarse. Habrá que pedir a los obispos unas directrices comunes, a ver si nos vamos aclarando y entendiendo…
Ya hemos quedado en apropiarnos un proyecto común de los que Manos Unidas tiene recibidos, así en la campaña contra el hambre de este año todos presentaremos el mismo asunto y trataremos de llevarlo a cabo juntos, como el año pasado. La cifra es más o menos la misma que entonces, unos 20.000 €. A ver si sale adelante.
Hemos trabajado el tema de la formación permanente: el capítulo 2º de la Dei Verbum. Hemos dicho cuatro cosas de nada, que nadie se lo había preparado y así sale lo que sale. Pero dentro de la nada, dijimos que tradición es lo que recibimos, pero también lo que nosotros y todos incorporamos y entregamos a su vez a los vienen después. Así que esto es como un río que va ajuntando agua de los diversos afluentes que le van saliendo al paso… Una imagen sugerente.
También hablamos, bueno porque lo saqué yo (y no es por fardar) que estamos como “atravesados”; cuando dije esto todos me miraron como diciendo, a ver explícate. Y es verdad, que la primavera se fragua en el invierno. Así llegó lo que Juan XXIII, una bella primavera (concilio Vaticano II) tras el invierno de Pío XII; pero no es de recibo que ahora tengamos invierno. ¿Cómo diablos se puede gestar el invierno en plena primavera? No hemos tenido en la Iglesia ni verano ni otoño, y así es difícil que esto pueda dar vida, y menos vida de verdad. Hablamos cuatro vaguedades y así quedó el asunto.
Mientras salíamos camino del restaurante fuimos hablando de qué fecundos fueron los años 70 a todos los niveles, cultural, humanista, político, social, religioso… ¿Qué queda ahora de todo aquello?
Terminamos la reunión comiendo juntos. Como siempre, los mismos. A la hora de juntarnos las excusas y las ocupaciones salen a entorpecer la convivencia, y de ser la comida un buen momento de resolver diferencias y aunar inquietudes pasa a convertirse en una simple comida. Así es la vida.
Miguel Ángel he venido a darte las gracias por tu paso por la gatera y el trato tan humano que has tenido en le comenterio. Dicho sea.
ResponderEliminarLuego empiezo a leerte el post y cuando llevo un ratito, donde tu has pasado página me empiezo a reír que la vida es eso una comedia mal compuesta la mitad de las veces y dices; Dios da pan al que no tiene dientes... jajajjja
valla definición más excelente del comportamiento de esa madre estresada que es como esta.
Cuando pasen unos años se acordará que no los ha disfruto nada de nada y no tendra nada grato de que se acordar, puesto que la vida es un sueño de rápido que se evapora.
Ya he visto que estas o eres de la parte de España donde se habla el Castellano con una perfección tal, como en ningún otro sitio, de los que lo yo anduviese por lo menos.
Seguiremos en comunicación si lo deseas, lo dejo en tus manos dicha elección, de echo las puertas de mi casa las tienes abiertas para pasar cuando lo desees.
Un abrazo de esta que escribe.
María del Carmen.
Hola, Padre, vengo a devolverte la visita que me hiciste el otro día y me encuentro que tienes cuatro blogs, ahí es ná! Parece que te gusta darte buenas caminatas por el campo con tus perritos, que gozo.
ResponderEliminarUn abrazo, me pasaré por aquí.
Hola! :-)
ResponderEliminarCuando he leído lo que cuentas de tu dentista he pensado más o menos lo mismo que tu has dicho...
Tengo una amiga que tiene dos hijos mellizos (niño y niña) han cumplido once años ya.
Siempre planea sus vacaciones, sus fiestas, cualquier cosa pensando en que los niños tienen que estar a gusto y dice que no entiende esas madres que sólo piensan en lo que están perdiendo, en cómo les apetece ir a tal sitio "sin los niños"... ella dice que son sus hijos y con ellos va :-)
Ella sabe coser muy bien, se le dan genial las manualidades... pues cada año prepara (hecho por ella misma) algo de decoración navideña y mira que su niña pueda colaborar en la realización (al muchacho no le gustan tanto las manualidades jeje)
En fin... yo no tuve niños... no sé qué hubiese hecho, pero siempre he creído que me habría encantado estar con ellos, jugar, leerles cuentos... ¿qué mejor tiempo para una madre? ¡y para un padre! porque mi marido hubiese sido también un padre excelente :-))
CArmen - La Gata Coqueta, bienvenida a este mundo pequeño en el que habrá de todo, mira lo que quieras. Esa mamá estresada no es lo general, haberlas haylas. Mi castellano es sólo de andar por casa; mi paisado Fernando Manero lo hace mucho mejor. ¿Eres de Barcelona? ¡Qué bien!
ResponderEliminarUn Profe: no tengo hijos, así que lo de padre (y encima con mayúscula) como que no me pega, pero se acepta. Y sí, me gusta el campo y la montaña, y superar colinas y montes. También tuve mi época de enseñante y tuve ratos buenos y menos buenos, al final me he quedado en nada, como en el tango…
Los cuatro blog son cosas útiles reducidas en realidad a uno sólo, éste. Los tres restantes son experimentos puramente instrumentales.
Pásate cuando quieras.
Assumpta: Yo he sido muy niñón cuando mi gente era mi gente; ahora las cosas son distintas porque todo el mundo va corriendo, niños y mayores, y no hay tiempo para dispendios afectivos. El mercado y las hipotecas y las profesiones y las actividades de todo tipo tienen la primera palabra. Tú puedes ejercer de madre con tu tarea en catequesis, ¿no te parece? ¡Que te vaya bonito!
Uaaaaaaau :-)) Qué bonito esto que me has dicho... GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS :-))
ResponderEliminarYo también te doy las gracias por tu comentario acertadisimo en mi blog, me quedo la reflexión para pensarla. Gracias por tu labor, por ser como eres...
ResponderEliminarJope, Miguel Ángel, no te pongas así con el profe cualquiera, que te dice padre porque eres un poco el padre de todo el mundo, ¿no? Eso les pasa a los curas, creo. Yo sí soy madre, ya lo creo, además de madre, madre de dos hijos, de un montón de criajos y adolescentes cada año, unos cien más o menos.
ResponderEliminarNo me hables de dentistas que me da dentera, qué mal rollo tienen. Y las reuniones de trabajo, la tuya es de trabajo, quieras que no, por muy pastores que seáis, de esas reuniones estoy un poquico harta. La semana que viene me esperan al menos cuatro. Qué sinvivir, padre... Huy, perdón, se me ha escapado. Un día te contaré la historia de mi abuelo cura. Hala, ya te he dejado intrigado.
Assumpta: ¿Yo decir cosas bonitas? ¡Si no sé! Por cierto me tienes que dar instrucciones, en plan fácil oye que soy un poco tardo digo lento, para sacar lo que tú sacas de tantas cosas pequeñas como ves… Y por cierto, ¿muchos nervios anoche en el partido del siglo? ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarmreina: ¡No se merecen! Tú fuiste la culpable, dando pie a que mis adentros salieran a partir de los colores de tu paleta de pintora.
Clares: Tranqui, que no pasa nada y el profe cualquiera lo entenderá, supongo. Es que eso no me lo dicen, bueno sí, cuando llega alguien nuevo y me pregunta por el párroco suelo indicar que está en alguna parte, y claro dicen eso de ¿dónde está el padre?
A mi dentista no le tengo ningún miedo. Empecé con el abuelo, luego el tío, más tarde el padre y ahora es la hija o sea la nieta del primero. Todos me han tratado con suma delicadeza, y además, entre tú y yo, no me cobran. Y así desde que tenía 16 años, figúrate si voy a tener miedo a mis dentistas.
Y de reuniones, qué te voy a decir… Casi siempre salgo "salpicado". En todos los gremios cuecen habas, pero en este mío…, vamos que lo hacemos en calderas más grandes que las de pedro botero. ¡Menudas calderadas de …!
Lo del abuelo cura está muy bien, ya conozco yo más de uno… Son muy niñones y suelen hablar a ras de suelo. ¿Fue así el tuyo? ¡Qué suertaza!
Tu pequeño mundo parece bien grande ¡y sonoro!
ResponderEliminaruhhhhhhh
Que no se nos olviden nunca los derechos humanos.
Un besico, un abrazo
Pilar M Clares: Gracias por tu visita, y ya sabes, esta es tu casa; que la música no te turbe, aunque esté un poco alta; es también fácil de quitar…
ResponderEliminarTe engañan tus sentidos en cuanto a mi mundo, es mucho menor de lo que pueda aparentar, y en ningún caso pretende ser mayor de lo que realmente es.
¡Los derechos humanos…! Mucho se ha avanzado en este tema, pero queda tanto todavía…
Gracias y vuelve pronto, es decir: espero tener algo interesante que decir en este blog que sólo empecé pensando en mí. Que ahora empiezo a ver que también tengo que mantenerlo pensando en otr@s.