A veces el diablo, o sea Satanás, viene y me tienta.
Lo hace, —sabio que es el tío—, con suavidad y astucia tocándome donde más
duele, en el propio orgullo: “Tú eres lo más”.
Así las cosas, sin subirme a ningún altozano, me
muestra todo alrededor el reino que regento y pretende convencerme de que, en
lo que a mí concierne, todo está en regla; y lo que no, no es de mi
responsabilidad e incumbencia, y por lo tanto no me obliga.
De tal modo discurro por la vida ufano y satisfecho,
no como otros que a saber de qué pie cojearán, porque camino bien derecho y doy
pasos con ritmo y seguridad.
Tal aplomo, sin embargo, hace aguas y me hace
sospechar en una fecha como la de hoy. ¿Tendrá, por ventura, algo que ver
conmigo? ¿Seré yo acaso piedra de tropiezo o muro constreñidor? En castellano,
¿soy compa o el enemigo? Porque, vamos a ver, ¿cómo es posible que estando tan rodeado de personas
del sexo mujeril nadie, ni siquiera ellas, me haya avisado, sugerido, propuesto
o requerido para hacer, decir, ir o parar?
Ese silencio, ominoso, me hunde en negros
pensamientos, y llevo, inquieto, mi angustia a cuestas desde hace ya unos días.
Ni siquiera el Tentador ha logrado apaciguar mi estado de ánimo. Por más que ha
insistido en mostrarme el idílico panorama que habito, no ha aportado ni una
sola prueba, ni un mínimo detalle, ni un simple y ridículo gesto de que yo no
sea colaborador activo y pasivo del actual estado de cosas.
En un momento dado, las nubes han dejado colarse un
tímido rayo de sol y con él la voz de mi ángel de la guardia (del que algún que otro obispo parece prescindir o desconocer su existencia); enérgicamente me
ha soltado: ¡Te toca!
Se me ha hecho la luz y he corrido a colgar mi
mandil en la ventana de la cocina.
Post scriptum
En estas estaba cuando han llegado
señoras a limpiar la iglesia porque hoy toca. He salido corriendo a
reprenderlas por no participar en lo que hoy todo el mundo lo hace, pero no sólo no me han hecho caso, sino que además me han largado
una explicación sobre no sé qué de que el mundo no se para y ellas tampoco. En
fin, que así estamos.
Bien por ti, Míguel, pero ya ves de dónde nace el problema sempiterno del machismo. Esas mujeres que acuden a limpiar la iglesia en el día en que deberían, como mínimo, no hacer nada de lo habitual, paren y educan a hijos para que sean los amos y señores y a las hijas para que sean sumisas, diligentes para subvenir las necesidades de los demás, sobre todo las de ellos y así sucesivamente per secula seculorum. En la escuela, más de lo mismo salvo excepciones. En la sociedad, ídem de eadem ídem como no podía ser de otra manera como consecuencia de lo anterior. Esperemos que después del aldabonazo de las manifestaciones del día 8 algunos se apliquen el cuento y empiecen a hacerlo mejor pero sobre todo, y es lo más importante, que las mujeres 'eduquen' a su entorno en igualdad, empezando por el señor de la casa al que creen que deben, no sé porqué razón, pleitesía. Desaprender es muy difícil para las mujeres que como tus feligresas no han entendido nada de su papel en la vida. Y ahí siguen... limpiando la iglesia en el día que no toca aunque fuera el que tocaba. Yo que tú les daba la charla en la siguiente homilía y por lo menos que escuchen al obispo de Madrid si a ti no te hacen caso, digo yo ¿eh?.
ResponderEliminarBesos, feminista de pro (siempre lo has sido, doy fe)
Gracias Señor porque apesar de existir Julias y curas como éste, hay en esa parroquia mujeres que no comulgan con:
ResponderEliminar¿Por qué hacemos huelga?
•Porque no somos dueñas de nuestros cuerpos, nuestros deseos y se nos niega nuestro derecho a decidir.
•Porque la jerarquía católica, el Estado, los poderes patriarcales conómicos y políticos y la cultura machista (de nuestros amigos, padres, hermanos y cinos), generan un contexto que niegan o limitan nuestras decisiones sobre cómo queremos vivir la sexualidad, nuestra corporalidad, la maternidad, nuestras vidas y relaciones.
•Porque nuestros derechos sexuales y derechos reprodu
ctivos o no están reconocidos, o no están garantizados o están limitados y no son efectivos para todas las mujeres.
•Porque la educación afectivo-sexual no está en el currículo escolar, aunque si existe de forma implícita no está basada en el placer, sino en el miedo y en los tabúes. Es heteronormativa, ce
trada en la reproducción, coitocéntrica einvisibiliza la diversidad tanto de identidades como de sexualidades.
•Porque se contemplan los cuerpos y nuestra sexualidad como objetos y no como sujetos de placer. Por tanto, se limita la expresión de nuestros deseos y nuestra erótica, tanto a la hora de relacionarnos con otras personas como con nosotras mismas (intimidad).
•Porque el aborto sigue en el Código Penal, sin estar reconocido como un derecho a las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su maternidad. Las mujeres continuamos enfrentándonos a quienes nos criminalizan y culpabilizan por abortar.
Además,no se respeta la autonomía de las mujeres jóvenes de 16 y 17 años (que siguen necesitando el permiso de sus padres/madres o tutores legales) y siguen existiendo muchos obstáculos para hacer efectivo este derecho, incluyendo que en la práctica no se realiza en la red sanitaria pública.
•Porque las lesbianas, bisexuales y trans vivimos una situación de invisibilización, no reconocimiento social y de discriminación. Sigue rigiendo un modelo de familia tradicional nuclear y se nos dificulta el
acceso a la reproducción asistida.