Falta de certidumbre, explica el DLE de la RAE. Tras
la certeza de lo sucedido, está lo que se nos oculta y desconocemos. Y, si es
terrible lo evidente tanto en Niza y en Turquía como mucho más cerca, en Aranda
de Duero, donde acaba de morir una mujer a manos de su pareja de toda la vida,
la sospecha agranda lo que puea estar detrás; que la imaginación y también la
experiencia construyen como sin querer, temiendo lo peor.
Puestos ante lo más inmediato: Matrimonio arandino
de larga duración, hijos mayores, convivencia sin hechos violentos
denunciables, que una madrugada calurosa de verano termina con ella acuchillada
a manos de él. ¿Qué ha habido entre ambos que hubiera sido posible corregir a
tiempo? ¿Quién sospechaba pero prefirió no implicarse? ¿Hubo quien alentó y
empujó?
Pasemos a lo primero: Niza, ciudad turística y
cinematográfica. Mezcla de culturas a orillas de un mar nuestro por los siglos.
Una multitud pacífica es atropellada con nocturnidad. ¿Trastorno mental
trasitorio, accidente simple y llano aunque inoportuno, alevoso atentado de
factura yihadista? Todo en medio del mayor nivel de despliegue antiterrotista y
de seguridad nacional.
Y terminemos por Turquía: ¿Hay que matar a trescientas personas para fallar un golpe militar? ¿Merecen esos
milicos ocupar tareas de tanta resposabilidad? ¿Se ha tratado de una operación
encubierta desde el gobierno? ¿Ese país…?
Lo pésimo, es decir lo peor de lo peor, es que hasta
el momento, en cada caso, no había enemigos, o eso al menos parecía. ¿Asesinar
a la propia esposa? ¿Atropellar a sus conciudadanos? ¿Disparar contra el pueblo
que debe defender?
Estoy hecho un mar de dudas.
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