Con Lesbos




¡Y la Palabra se hizo carne!, fue su rúbrica al salir tras mirar el ambón. No lo dijo con sorpresa, sino por curiosidad, ante la precisa obra de ajuste y talla en madera. Es de Argentina, radal, una madera típica de allí, le comenté. Y fue a tomarse un vaso de mistela con la concurrencia. Aquí, dijo, no se usa vino de la tierra; esto pasa muy bien con el dulce de las pastas.
Luis había venido en alas del Espíritu, y de su mano lo dejó todo enaltecido. Veintiocho rostros ante él hicieron profesión de fe y tras mostrarnos que estaban llenos de dudas pero firmemente decididos, ofrecieron sus frentes para recibir la Crismación.
Sí, la cosa salió bien. A su edad era imprevisible. Se ve que el momento impone y a todos nos ocurre cuando “nos toca”. Pero yo estaba en Lesbos. Sí, con Francisco. No me lo podía quitar de la cabeza. Aún lo tengo ahí.
Estoy escribiendo de la Confirmación que Luis Argüello ha conferido en la parroquia a un grupo de jóvenes. Él ha estado genial, como acostumbra. Cercano, pedagogo, ilusionante. El reportaje fotográfico estará en breve tiempo colgado de la web parroquial, para uso y disfrute de quien lo desee.
Lesbos está donde siempre. Es famosa porque allí cantó Safo sus amores. Hoy es noticia por ser lugar de llanto. Y yo, hoy, he estado más allá que acá.
Francisco, el papa, no sólo ha ido y ha vuelto de Lesbos. Sigue allí, con aquella torturada gente, aunque su cuerpo y los de otras doce personas, tres familias, pernocten ya en la ciudad del Vaticano.
Si Cristo se paró una vez en Éboli, ahora lo ha hecho en Lesbos.

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¡Ya están visibles las fotos del evento!
Podéis disponer de ellas en https://sites.google.com/site/laparroquiadeguadalupe/galeria-de-fotos

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