Despect. del lat. popŭlus
'pueblo'. Así se despacha el DEL de la RAE. Pero son simples palabras. Mucho
más expresivo ha sido el señor juez magistrado, o magistrado juez que tanto
monta, que ha ninguneado el veredicto de un jurado popular, aunque se escude en
un error, suyo de él como juez, y de esta forma quiera enderezar el entuerto.
Sin embargo a contundencia gana el gobierno de esta nación. Tiene claro
que el pueblo, representado por el parlamento, carece de entidad para controlar
al ejecutivo, que, aún en funciones, goza de total inmunidad y está por encima
del bien y de mal. "Esto es así".
Abuso del derecho constituyen estas dos situaciones –auténticas
maquinaciones– sucedidas en los niveles más altos de nuestra realidad política
y social, el poder judicial y el poder ejecutivo. A lo evidente habrá que
añadir lo que está subyaciendo, que se verá en su día.
Entre tanto, lo inmediato es que el pueblo está siendo obviado
olímpicamente. Por un juez, que considera despreciables a unos iletrados
jurados, por unos gobernantes y políticos que agarrándose a sus escaños
pretenden gestionar el poder recibido como si les correspondiera absolutamente
y a perpetuidad.
El señor magistrado recibirá, tarde o temprano, su corrección a manos de
un tribunal superior. Sus señorías, sin embargo, saben que el personal votante
a lo más puede que la próxima vez en lugar de a las urnas, se dirija a la
playa.
El legislativo, el que faltaba por citar, está manga por hombro. ¡Menudo
traje están confeccionando!
¡Vaya con la democración representativa!
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