Leí lo que creía eran manifestaciones del cardenal arzobispo de Valencia, don Antonio Cañizares, en un desayuno informativo, y he leído su nota posterior en la que pide perdón y manifiesta haber sido malinterpretado.
Respiro hondo con alivio, nadie ha manipulado sus palabras, y él mismo las
reconoce como suyas; únicamente se han entendido mal. ¿Pide perdón o se
defiende? ¡Valiente manera de confesarse!
Ahora resulta que se queda sin poder concelebrar con papa Francisco en
no sé acontecimiento en Roma, por culpa de un accidente fortuito. ¿No habrá
sido éste un acto sobrenatural, es decir, un milagro, de los que nadie levanta
acta a pesar de ser real?
¡Mucha misericordia hubiera necesitado para estar ante el altar, juntos,
tras conocer lo que sin lugar a dudas fueron sus palabras textuales!
Llueve sobre mi tejado, pero no sufro, estoy a cubierto, graciasadios.
También le deseo al papa que San Pedro le preserve de otro tipo de inclemencias
que parecen estar azotando el sínodo romano.
Por si lo necesitare, yo conozco a alguien que sabe quitar goteras
radical y definitivamente.
¡¡Madre mía, madre mía!! ¡cómo anda el personal. El tal Cañizares ¿es tan lerdo que a sus años (sólo uno más que yo, o sea) aun no sabe cuando debe estarse calladito? aunque piense lo que dijo, que estoy segura de que sí, pero no se puede ser tan tontolhaba a nuestra edad. Anda que no tendrá él mismo mezcla de genes de todos y cada uno de los pueblos que recalaron, por las razones que fueren, en las costas valencianas, anda que no. Otro, preservando a estas alturas de la fiesta la "blanca y maravillosa Europa", ¿a qué me suena esto?... ni acordarme quiero.
ResponderEliminarPor cierto, que llueva que llueva y etc, que así podrás comprobar que tus tejados los tienes bien pertrechados. Y lo del Papa, ya te dije, ¡por dios que no tome tisanas ni chocolates sin que los pruebe el/la que se los prepare antes!!.
Besos