Primera fotografía sacada con mi flamante smarphone |
Al pasarme todos mis contactos a la aplicación recién instalada, todos,
absolutamente todos tenían su logo. Ostras tú, eres el último en engancharte,
me dije.
Y es que realmente estaba anticuado. Ya me lo habían dicho, ese
aparato es de la época de los dinosaurios.
No soy mucho de usar teléfono. Apenas para recibir y dar algún aviso.
Cosa de segundos. Diez años y pico pagando sin hacer uso del móvil, y diez años
y pico saliendo de casa y dejándolo olvidado. Nunca estás disponible, no coges
las llamadas, no hay manera de hablar contigo. Son frases
suficientemente significativas del poco interés que he tenido siempre por estar
a tiro.
Movistar me ha obligado a cambiar de aparato y ahora ya son todos así, y
más. Tan contento que estaba yo con mi pequeño celular, de apenas sesenta
gramos, que, cuando lo llevaba, ni caía en la cuenta de que estaba en mi
bolsillo, ahora tengo que cargar con una pieza de no sé cuantas pulgadas de pantalla,
que abulta casi como los de antes de matusalén y, eso sí, me permite navegar y
estar fichado por gps.
En fin, que soy el último en engancharme y no me pesa. Lo que pesa es
este cacharro del que ya nadie puede prescindir.
Ahora voy a ver si confecciono –en un ratejo de asueto– una funda en
piel auténtica, tipo personalizado, porque las que ofrecen en las tiendas no me
gustan.
¡Has caído en la trampa!. Pues yo no. No acepté un nuevo aparato al suscribir la historia esa de la fusión porque me bajaba la factura del teléfono fijo y el ADSL y me "regalaban" cien minutos mensuales de llamadas con el móvil. Como yo lo tenía con tarjeta prepago y lo uso bastante poco, tan poco como tú o menos, suscribí esta modalidad, me sobran los minutos de ‘regalo’ mensuales, me ha bajado la factura telefónica, pero... no acepté un aparato nuevo porque con el que tengo, regalo que me hicieron hace exactamente siete años (febrero de 2008) me sobra y me basta. Eso de andar "navegando" en cualquier sitio y por cualquier tontá, le será útil a algunos pero yo no lo necesito para nada.
ResponderEliminarEn fin, me niego a sucumbir a la tiranía del consumismo, a la dictadura de los mercados, conmigo que no cuenten para seguir engordando los bolsillos de las tecnológicas, las operadoras y toda esa bazofia con la que disfrazan la modernidad. ¡Anda ya! ¿Es que no pueden esperar a localizarme en casa como toda la vida de dios? ¿Es que es preciso comunicar a todas horas todo lo que se hace, dice, o "piensa"? No veo más que zombis a mi alrededor o alienados por la pantallita que tienen delante. ¡Es un horror!.
Amigo mío, si además te pesa mucho más que el anterior y es un incordio para todo, creo que has hecho un mal negocio. Te lo digo.
Besos
Amigo yo todavía no he caído y el mío es una reliquia. No me importa que me digan que no me modernizo, bastante conectada estoy en casa para que al salir de ella, siga,siga...no,no, me resisto. Que lo disfrutes.
ResponderEliminarUna idea
ResponderEliminarhttps://picasaweb.google.com/107400205452583718684/PortaMovil#6117963401838775906
Y déjese de coñas de piel, no pierda el tiempo hombre de Dios. Tan anticuadas como sus comadres.
Mira emejota, primero sé valiente y da la cara y no te hagas llamar tontás como 'pequeño nicolás' porque aburres. Segundo si pretendes insultar necesitas alguna neurona más de las que tienes en funcionamiento habitualmente. Si así fuera, que tuvieras suficientes neuronas activas e interconectadas (sinapsis), habrías entendido lo que tanto Ana como yo hemos escrito, pero eso es p'a nota y para un c.i. pelín más alto que el tuyo. Lela.
ResponderEliminar____________________________
Míguel, perdona que use tu entrada para responder a quien se cuela de rondón para dar lecciones. La pobre... no le da p'a más.
Besos guapo.