O más bien debería decir no consigo que me convenzan. Porque en el fondo
lo deseo. Pero no hay manera. Y eso que han utilizado armas contundentes, no se
han ahorrado esfuerzos.
Está muy bien la libertad de expresión. Pero no que te metan el dedo en
el ojo, alegan. O, que en todo hay un límite, y el honor está para algo, dicen
otros. Hay sentimientos muy profundos que no pueden ser objeto de risa, salvo
que queramos que todo se vaya al traste, terminan aquellos por argumentar. En fin, siempre hay un "algo" inabordable.
Y ponen ejemplos. De aquí, España, y de allá, Francia.
No soy un contumaz defensor de este derecho, porque reconozco mis
límites, que son muchos, y porque además tengo miedo y vergüenza. También
tenemos leyes que lo regulan, y desconozco cómo sortearlas. No quiero verme ante
el juez.
Por eso no voy a poner imágenes. Están a disposición de todo el mundo.
Son suficientemente claras y no requieren comentarios. A mí no me hacen reír,
ni siquiera una pizca. No me importa que se publiquen, ni merman mis
convicciones, ni remueven mis creencias. Sin embargo han tenido diferente trato
a saber por qué ocultos motivos.
Ya me gustaría que quienes se han manifestado contra el terrorismo en
Paris de la France tuvieran sus manos limpias, y sólo ejercieran la palabra y
no la fuerza de la armas en su vida personal y pública.
Pero mucho me temo que eso es intocable.
En fin, es sólo mi opinión.
Lo tremendo es que a los que instrumentalizan a estos pobres fanáticos les mueven exactamente los mismos "valores" que a los que ya conocemos por estos pagos: el dinero y el poder. Sobre los demás, contra los demás. Si la religión es la excusa perfecta mejor que mejor. La que está liada en todo Oriente medio, Oriente próximo, África y etc, responde a lo mismo. Cuando la religión no es importante apelan a la etnia y cuando no a cualquier otra tontá como la identidad diferenciada por vivir un poco más al norte del paralelo 40. Los verdaderos culpables de la sinrazón que utilizan a los desheredados de la tierra para que libren sus batallas y les sirvan como carne de cañón para conseguir sus objetivos, son los de siempre, los tenemos identificados, pero falta valor y sobran complicidades para acabar con ellos.
ResponderEliminarNos gusten más o menos los dibujos y las historietas, nos hagan más o menos gracia, no dejan de ser dibujos, con no leerlos, comprarlos o mirarlos está resuelto. Pero si a eso contraponen kalashnikovs, pues ya se ha pasado la línea.
La tele de los obispos es el prototipo de “libertad de expresión” a pesar de las barbaridades que dicen, las mentiras y de ser la tele menos cristiana que cualquiera haya visto. Este es el caldo de cultivo perfecto para la radicalización de cualquier mente simple (que las hay y a millones) y quiénes son toda esa caterva que está a sueldo del mejor postor, lanzando soflamas un día sí y otro también. Ni ideas, ni religión, ni ná. TODO POR LA PASTA, querido Míguel. Pues por ahí es por donde hay que empezar, limpiando la casa propia, viendo la viga en ojo propio antes que la paja en el ajeno…
Tanto rasgarse las vestiduras con el fanatismo islamista y no ver que en occidente, desde las guerras de religión hasta la actualidad, es lo mismo mismito.
Hartita estoy de tanto histrionismo para tapar las mierdas propias y desviar la atención.
La pena que me da es que los que acaban muriendo son las pobres gentes que por multitud de razones son cebos perfectos para ser utilizados.
¡Un dolor!
Besos
Y además pongo este enlace que es clarificador.
ResponderEliminarhttp://www.eldiario.es/miradaalmundo/Retrato-asesinos-Paris_6_344775537.html
Besos