Vivo en una zona de España en la que la sanidad de todos los que aquí
habitamos está, eso juzgo, suficientemente atendida. Castilla y León parece ser
que cumple, en tanto en otras zonas dicen que hay muy serias deficiencias.
Gozando, pues, de buena salud por una parte, y de la debida y suficiente
atención sanitaria por otra, estoy siendo testigo perplejo de la amplia
información mediática y de los múltiples y dispares comentarios sobre el
tratamiento que se le está dando a unas personas pertenecientes a una institución
religiosa, afectadas de ébola, que han sido repatriadas con todos los medios
disponibles para ser atendidas en nuestro país.
Lo excepcional del caso, en todos los sentidos, –enfermedad rara y
altamente peligrosa, despliegue de un costosísimo y muy complejo equipo militar
con avión incluido, selección de personas enfermas a transportar,
acondicionamiento de un hospital madrileño, caravana de catorce vehículos
atravesando Madrid, condición de miembros de entidad religiosa y no del
ejército en servicio o del cuerpo diplomático del estado…– es base suficiente
para que la gente se pregunte, y yo tenga mis reparos.
Lejos del ruido que se ha hecho y de los juicios y opiniones a favor y
el contra, muchos de ellos desorbitados y en algún caso carentes de
conocimiento de causa y de sentimientos que se precien de humanos, he
encontrado esta comunicación de una persona conocida mía, Ana María Rodrigo
Contra, que la ha dejado como comentario en atrio.org, y que me parece digna de
toda consideración. Con su permiso, la ofrezco en mi pequeño mundo:
Comienzo manifestando mi desconcierto personal ante
el hecho por un lado y, por otro, ante determinados posicionamientos sobre el
hecho concreto que estamos analizando.
*En primer lugar, quede constancia de mi admiración
por las personas que con una generosidad digna del mayor de los elogios
entregan su vida a los más débiles y desamparados del mundo. Una vida
carente de las muchas comodidades, atenciones sanitarias, alimentarias,
familiares, etc. que tendrían en sus lugares de origen sin complicarse la vida
yendo a lugares hostiles a la vida misma.
*Supongo que su intención es ayudar a los demás (que
no es poco), no ir a morir. Y bastante heroicidad es estar en esos lugares
durante 50 años, como para pedirle que aguante la enfermedad, el sufrimiento y
la muerte. Si alguien quiere dar la vida en estas circunstancias, mi admiración
total, pero echarle en cara que no lo haga, me parece injusto.
*Que salvarle la vida en estas circunstancias a este
misionero haya desbordado la exhibición del protocolo correspondiente, ahí
está, cada cual puede pensar lo que quiera. Quizá no haría falta tanta
parafernalia. Si bien, creo que se trata de evitar dar entrada a un virus
letal, no sólo a un país, sino a un continente.
*¿Podría haberse resuelto de alguna otra manera con
menos coste económico? Puede ser.
Creo que la orden de San Juan de Dios siempre han
sido unos auténticos héroes de generosidad con los más desfavorecidos de la
sociedad. Han hecho mucho bien, seguro que a cambio de nada, ¿es proporcional
el que se le juzgue tan fuerte por un caso que se ha atendido de esta manera,
cuando esta orden lo ha hecho con tantos miles y miles de enfermos que nadie
quería atender ni siquiera acoger? San Juan de Dios y sus frailes tienen mucha
tradición encomiable en Granada donde pasó parte de su vida.
*¿Se trata de dinero? Pues vamos a mirar, primero
nuestros bolsillos, o sueldos, o gastos compatibles con nuestra salud y
nuestras vidas. Sigamos por los corruptos y el dinero que han robado, de ahí
vayamos a las millonadas que el ejército gasta en aviones y otros elementos de
muerte, (Creo que no es un exceso que por una vez se dedique el ejército a
salvar una vida), seguimos por los sueldos y sobresueldos (y otro tipo de
sobres), ERES, Puyoles, comisiones por vivienda y alimentos a l@s polític@s en
vacaciones, etc. etc.. Y podemos seguir hasta la Roseta, artilugio que ha
viajado durante 10 años recorriendo seis mil millones de kilómetros para llevar
otro artilugio a un pedrusco del espacio.
Punto y aparte. Dicho lo dicho, ahora afirmo que lo
mismo que se ha hecho con este hombre, se debe hacer con cualquier ciudadano o
ciudadana española en casos en los que viniendo a su país, se le pueda salvar
la vida. Y condeno los casos en los que no se ha hecho.
Sí, cierto, nadie sabe porqué algunas personas hemos
tenido la suerte (¿privilegio?) de nacer a un lugar determinado del planeta y
no en otro. No lo hemos elegido, pero ya que nos ha caído en suerte, tenemos
derecho a que se nos atienda como ciudadan@s de dicho país. ¿Es una injusticia
cósmica? ¡¡Yo qué sé!!
Otro tema, el de los y las misioneras, así como el
voluntariado de ONGs españolas cristianas que, a quienes admiro y me asombran
de que sean capaces de llevar su compromiso evangélico hasta las últimas
consecuencias, sin mirar el que su vida podría haber sido más confortable en su
tierra. ¡Tantas veces criticamos lo poco coherentes que somos con nuestra fe
cristiana!!!!!!!!! Mi idéntica admiración por tantas otras personas que sin
referente religioso alguno, entregan su vida con la misma entrega en lugares
peligrosos arriesgando su salud y sus vidas.
Así mismo, pido que se atiendan a l@s inmigrantes
que vivan en este país porque es un derecho humano. Me gustaría que hubiese
posibilidad de mayor cooperación con los países empobrecidos, y empobrecidos,
entre otras razones, porque explotamos sus riquezas naturales en beneficio
nuestro.
Y me gustaría que los miles de millones en construir
armas, se dedicasen al desarrollo de tantas regiones en el mundo, y me gustaría
que las farmacéuticas investigasen enfermedades que afectan solamente a países
empobrecidos, y me gustarían tantas cosas, pero…, sigue mi desconcierto ante
tanta impotencia.
Yo estoy, como ya es habitual, escandalizada, indignada y hasta las mismísimas de la alharaca que se ha montado con esta historia. Han exagerado todo, con todo y sobre todo y desde luego es una demostración de la ineptitud -como ya es habitual también- del ministerio de sanidad y del de exteriores, no digamos nada del de defensa. ¿Por una persona todo este montaje?. Claro que hay que atenderle a él y a las que estaban con él, ¿por qué no se trasladó también a las otras monjas contagiadas aunque no sean españolas?????? ¡¡¡qué más da de donde seas!!!!. Las han abandonado allí a su suerte, es que no doy crédito!!!!! Y la organización religiosa, ¿cómo acepta semejante discriminación? ¿Cómo no da un puñetazo en la mesa de la Ana Mato y de los demás –TODOS CATÓLICOS, APOSTÓLICOS Y ROMANOS- y exige que se traslade a todos los demás. Ya que montas el numerito de la cabra y un despliegue digno del apocalipsis que sirva para atender al máximo de personas afectadas.
ResponderEliminarMucho mejor hubiera sido que cuando el misionero, hace ya más de un mes, pidió ayuda a su país se hubiera elaborado un plan de atención 'in situ', coordinado por la OMS -¡¡¡servirá esta organización para algo digno alguna vez!!!!-. Y mucho mejor hubiera sido que no se desmantelara toda la infraestructura del Carlos III para ahora, a toda prisa, volver a montar el tinglado de aquella manera. Son impresentables. Y me sigo preguntando ¿por qué no se excomulga toda esta gentuza del gobierno con la que están haciendo y con lo que, sobre todo, están dejando de hacer?. Es toda una pantomima para intentar demostrar que se hace algo pero la verdad es que no sirve más que para el autobombo como todas las políticas de la derecha de este país, de Europa, del mundo mundial que están haciendo que este mundo y los más pobre se vayan a la mierda directamente. ¡Son tan estúpidos!. No se han enterado de que si los más pobres mueren en condiciones infrahumanas, como está sucediendo, la presión seguirá hacia arriba, hacia este primer mundo de vergüenza y ellos no tendrán paz. Aunque ya sé que esto, a ellos, les importa un comino.
Sigo queriendo bajarme de este andamiaje,
Harta, estoy harta.
Besos
No sé qué comentar a tu comentario, Julia. En este asunto me gustaría ser moderado, ya que al parecer está tan desmadrado. Me pregunto si el gobierno habrá hecho un a modo de ensayo, ya que salvo USA, nadie hasta ahora ha hecho nada, o eso parece, con el évola, salvo meter miedo. Por supuesto que no puede traer para acá a todas las personas infectadas, ni siquiera a los de ese hospital ahora cerrado y cercado por el ejército liberiano. Quiero creer que los de San Juan de Dios van a volver para allá con un equipo adecuado y a seguir trabajando en lo suyo. Y quiero creer también que este suceso va a hacer entrar en razón a quienes mandan y que la ayuda para el desarrollo de los pueblos empobrecidos va a mantenerse y a aumentar… porque tenemos medios para ello. Yo sigo reclamando como mínimo el 0'7.
ResponderEliminarUn beso y una taza de tila…
El estado español ha rescatado con muchísimos millones a los secuestrado por Acción Ciudadana de Barcelona (creo que se llama así), a otras dos cooperantes en Somalia, a un periodista de El mundo, no sé si a alguno más, más otros secuestrados por terroristas.
ResponderEliminarNo sé a qué viene tanto escándalo por salvar la vida de un español que ha entregado su vida entera en ayudar a la gente. ¿Acaso alguna otras institución que no sea el Estado tendría los medios para trasladar a este hombre? ¿Se trata de dinero? ya he dicho que dinero hay a espuertas, pero para una minoría que lo acapara y lo disfruta, y para otros gastos más sucios como las armas, etc. etc. etc.
La pena es no poder salvar más vidas, españolas o no. Nos quedamos con la pena, no con la posibilidad de salvar el mundo. Jesús sólo curó a unos pocos que se cruzaban en su camino.
Gracias, Ana, por ceder tu comentario a este blog, y por esta visita de ahora.
ResponderEliminarHe intentado documentarme sobre la legislación española respecto a la repatriación de ciudadanos y ciudadanas residentes o viajando por el exterior del país, pero sólo he encontrado un lugar donde dan alguna orientación: la oficina virtual del ayuntamiento de Barcelona (https://w30.bcn.cat/APPS/portaltramits/portal/channel/default.html?&stpid=19970000809&style=ciudadano&language=es)
Con datos sueltos de aquí y de allá, he podido recoger esto:
1) Cualquier persona, de nacionalidad española o en trámite de recuperarla si la hubiere perdido, en situación de peligro, puede solicitar al estado español su repatriación a territorio nacional.
2) El estado puede realizar dicha repatriación y exigir el pago del coste de la misma.
3) La solicitud debe presentarse en el consulado correspondiente.
4) Corresponde a la Administración General del Estado la gestión de todo el procedimiento.
Desconozco cuántas veces y en qué circunstancias ha realizado nuestro gobierno repatriaciones, salvo los casos de sobra conocidos y que han salido en los medios. En este caso parece ser que ha sido la institución religiosa de San Juan de Dios quien lo ha solicitado, a instancia de los propios misioneros, y desde el primer momento, según se ha sabido, estuvo dispuesta a abonar los gastos originados.
Personalmente creo que la repatriación de los dos misioneros de Liberia se ha realizado de manera exagerada en cuanto la publicidad y en cuanto a la forma, con unos medios aparatosos y ¿extraordinarios?, tanto, que dan miedo. Y expresa o manifiesta que o se tenía alguna intencionalidad política o no se conoce lo suficiente una enfermedad que ya fue detectada en los años setenta del siglo pasado.
Todo el mundo es libre de manifestarse y opinar, allá cada cual con lo que dice. Lo bueno es que al expresar sus ideas, se retrata.
Daría por bueno todo esto si a partir de ahora el ébola y otras calamidades que sufren seres humanos en cualquier lugar del planeta se convierten en asunto propio y empezamos a plantearnos cómo resolverlos.
Gracias por expresarte. Un abrazo