lo peor del eco
es que dice las mismas
barbaridades
es que dice las mismas
barbaridades
Así se expresa Benedetti y lo
justifica:
“Encerrar en 17 sílabas (y además, con escisiones
predeterminadas), una sensación, una duda, una opinión, un sentimiento, un
paisaje, y hasta una breve anécdota, empezó siendo un juego. Pero de a poco uno va captando las nuevas posibilidades
de la vieja estructura. Así la dificultad formal pasa a ser un aliciente y la
brevedad una provocativa forma de síntesis”.
Anoche apenas pude
introducirme en su Rincón de Haikus (Editorial Sudamericana, Buenos Aires) que
acababa de bajarme de Internet. Gumi tuvo desazón y no paraba de lamerse la
barriga. Tal vez le hicieron mal efecto las pastillas contra los parásitos
intestinales que periódicamente debe ingerir.
En lo poco que pude
centrarme, percibí que esa estructura 5-7-5 obliga a condensar la idea y a
comprimir la expresión, teniendo muy claro el concepto y eligiendo los términos
justos. O sea, exactamente lo contrario de como lo hago yo.
Esta mañana de sábado, con
solo el canto de los pájaros del jardín en directo y los Traveling Wilburys en
diferido, querría centrarme en una sola idea y utilizar las palabras exactas.
¿Seré capaz?
el roce
suave
del aire arranca un
dulce ay al cedro
del aire arranca un
dulce ay al cedro
Afortunadamente Gumi disfruta ahora relajado, junto a Berto, de un sol clemente.
Y se repone poco a poco. Yo tardaré algo más en superar una noche en
movimiento.
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